La crisis económica en Bolivia empeora. Sus ciudadanos enfrentan una preocupante escasez de alimentos y combustible, que ha generado descontento generalizado y numerosas protestas a nivel nacional. Este 2025, es un año decisivo para la nación altiplánica que celebrará las elecciones presidenciales. Los resultados podría paliar su crítica situación, o empeorarla, provocando un éxodo masivo hacia países vecinos como Perú.
Desde hace varios meses, los ciudadanos bolivianos enfrentan graves dificultades para conseguir productos básicos como el arroz, el aceite y la carne. Las largas filas en supermercados y estaciones de servicio se han vuelto habituales en Bolivia, donde los precios de alimentos y combustibles siguen aumentando. Lo que es peor, en muchas ciudades, se ha optado por regular la venta de estos insumos, limitando la cantidad que se puede adquirir.
Las protestas han aumentado, y muchos ciudadanos han expresado su frustración con el gobierno de Luis Arce, al que acusan de no haber tomado las decisiones correctas para evitar esta crisis. “Hemos dado suficiente tiempo al gobierno para que dé soluciones, pero no hay respuestas claras. Si no actúan pronto, nos declararemos en paro indefinido”, afirmó un manifestante en las calles de La Paz.
Ola migratoria de bolivianos a Perú cada vez más cerca

Una de las consecuencias más evidentes, si esta crisis no es mitigada, apunta a un éxodo de bolivianos. Esta situación ya había sido advertida hace algunos meses por Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos de Bolivia, a Infobae Perú, y hoy parece más cercana que nunca.
“A partir de 2029 empezará la importación, porque ya no tendrán nada qué ofrecerle al mundo. Esto, debido a una caída de la producción, debido a políticas estatistas que ahuyentaron totalmente la exploración privada, donde se concentran los mayores riesgos. En el Perú, pasará lo mismo que con Venezuela hace algunos años, y se espera que más de 1 millón de bolivianos lleguen por la crisis”, dijo Ríos en una entrevista pasada con este medio.
Según evidenció Latina Noticias, al ser países vecinos, cientos de bolivianos cruzan la frontera peruana a diario, buscando productos a precios más bajos o simplemente para conseguir aquellos que escasean en su país. Algunos regresan a Bolivia, pero otros han comenzado a quedarse en Perú, especialmente en zonas cercanas a la frontera.
De acuerdo a las normas migratorias peruanas, los ciudadanos bolivianos pueden ingresar al Perú sin pasaporte ni visa, solo con su documento de identidad o la Tarjeta Andina de Migración, y permanecer hasta 90 días. Sin embargo, la experiencia que tiene el Perú con la masiva migración venezolana evidencia deficiencias en el control fronterizo e interno del país inca. Esta situación hace al Perú más atractivo para los extranjeros en busca de refugio.

Otro factor que refleja la estrecha relación entre Perú y Bolivia, y que explica por qué este país es una de las principales opciones migratorias para los bolivianos, es el uso del sol como moneda de cambio. Ante la escasez de dólares en el sistema financiero boliviano y la devaluación constante de su moneda, muchos ciudadanos cruzan a Desaguadero, en Puno, para realizar intercambios informales utilizando soles, con la esperanza de luego conseguir divisas estadounidenses.
“En Bolivia, lo que se hace es tratar de establecer mecanismos de intercambio de productos bolivianos. Se está dispuesto a recibir soles porque luego, una vez llevado adelante la acumulación de estos soles, se puede cambiar esta moneda ya sea en el lado boliviano o en el lado peruano por dólares”, explica José Gabriel Espinoza, economista boliviano.
Próximas elecciones son decisivas
Los bolivianos atraviesan esta difícil situación teniendo en la mente que en agosto próximo, se celebrará las elecciones presidenciales, y muchos esperan que el proceso electoral ofrezca una oportunidad para cambiar de rumbo. No obstante, tienen como principales candidatos favoritos a Luis Arce y Evo Morales, los protagonistas del modelo económico estatista que ha llevado a esta nación, a una crisis generalizada.

Un aspecto que agrava aún más la crisis en Bolivia es la proyección de que, en los próximos tres años, el país podría quedarse sin reservas de gas natural, su principal fuente de ingresos. Esta posible pérdida intensificaría el deterioro económico y empujaría a gran parte de la población a buscar empleo y estabilidad en otros países, ante la falta de oportunidades dentro de su territorio.
El gobierno de Luis Arce ha intentado implementar medidas para reducir el impacto de la crisis. Entre ellas se encuentra la reestructuración de los horarios laborales, como la reducción del tiempo de almuerzo a solo 20 o 30 minutos, así como el regreso a clases virtuales. Sin embargo, estas decisiones han sido ampliamente criticadas, ya que no atacan las causas profundas de la crisis, como la falta de productos esenciales y la devaluación de la moneda.