En medio de un contexto de creciente inseguridad ciudadana, diversas instituciones educativas han optado por implementar medidas adicionales para proteger a los estudiantes. En el distrito de Bellavista, un colegio público ha reforzado su seguridad con la instalación de detectores de metales en los accesos, lo que ha generado una respuesta favorable entre los padres de familia.
Durante una entrevista con el programa Buenos Días Perú, la directora de la institución detalló la estrategia utilizada para evitar el ingreso de objetos peligrosos. Explicó que la iniciativa no solo se basa en la tecnología de los detectores, sino también en la participación activa de los padres de familia, quienes colaboran con la revisión de los alumnos antes de ingresar a clases.
Un colegio comprometido con la seguridad de sus alumnos
El colegio Dora Mayer, ubicado en Bellavista, Callao, alberga a más de 2000 alumnos en los niveles de inicial, primaria y secundaria. Ante la creciente preocupación por la seguridad en los centros educativos, la dirección del plantel tomó la decisión de instalar detectores de metales en las puertas de acceso.
Según explicó la directora Plácida Gómez, esta medida forma parte de un conjunto de estrategias diseñadas para garantizar un entorno seguro. “Una de las medidas estratégicas es la organización con las madres de familia. Ellas hacen la revisión diaria a los más de 2000 estudiantes para evitar que traigan algún elemento nocivo”, indicó.
Padres de familia apoyan la iniciativa
La implementación de los detectores ha contado con el respaldo de la comunidad educativa, en especial de los padres de familia. Muchos de ellos forman parte de la Brigada de Auto Protección Escolar, grupo encargado de colaborar con la vigilancia dentro del colegio y velar por el bienestar de los estudiantes.
Los progenitores consideran que esta medida contribuye a reducir el riesgo de violencia dentro de las aulas y permite a sus hijos asistir a clases con mayor tranquilidad. Según Plácida Gómez, la iniciativa ha tenido un impacto positivo. “Esto nos ha ayudado muchísimo porque ha bajado bastante cualquier tipo de incidencia y los chicos saben que no pueden traer objetos prohibidos”, afirmó en la entrevista.
Aplicación de protocolos en caso de hallazgos sospechosos
Además de los detectores de metales, el colegio ha establecido un protocolo de seguridad para actuar en caso de que se detecte algún objeto peligroso en posesión de un estudiante. La directora detalló que cuando se identifica un artículo sospechoso, se procede con una intervención inmediata.
“Cuando hay algún elemento nocivo, inmediatamente se activa el protocolo de protección. Este alumno es separado y llevado a un ambiente especial que tenemos, donde será revisado con algún miembro de la VAPE junto a otras autoridades. Y si es una situación de gravedad, se convoca a la Policía”, explicó.
Esta acción coordinada permite actuar de manera rápida y efectiva, minimizando cualquier riesgo dentro de la institución. La dirección del colegio reafirmó su compromiso con la seguridad y anunció que continuarán evaluando nuevas estrategias para reforzar la protección de los alumnos.
El uso de detectores de metales en instituciones educativas no es una práctica nueva en otros países, pero en Perú es una medida que recién comienza a implementarse en respuesta a la crisis de inseguridad. En el Callao, varias escuelas han mostrado interés en replicar esta iniciativa como parte de sus estrategias preventivas.
Con el respaldo de la comunidad educativa y la participación de los padres, la implementación de estas herramientas busca reducir el riesgo de incidentes dentro de los colegios y garantizar un ambiente de aprendizaje más seguro para los estudiantes.
Extorsiones en colegios: bandas criminales amenazan a directores, docentes y padres de familia
Las extorsiones en instituciones educativas del Perú han alcanzado niveles alarmantes. Según el Ministerio del Interior (Mininter), cada vez más colegios reciben amenazas de bandas delictivas que exigen sumas de entre 5.000 y 60.000 soles a cambio de “garantizar” la seguridad del plantel. En caso de negativa, los criminales atentan contra los centros educativos, dejando explosivos o atacando a docentes y directivos.
El caso del colegio San Vicente, en Comas, refleja esta realidad. La institución fue blanca de un atentado con explosivos tras negarse a pagar un cupo extorsivo, generando pánico entre los padres de familia, quienes han optado por retirar a sus hijos del colegio ante el temor de nuevos ataques. “Director del colegio San Vicente, ya te exploté tu colegio y aún así sigues sin darme solución”, advertía la nota extorsiva enviada el pasado 8 de marzo.
