Violencia de género: La herencia colonial y patriarcal que persiste en el Perú

La historia del patriarcado está marcada por una estructura de poder que ha perdurado por siglos, pero que en la actualidad enfrenta una crisis evidente. Sin embargo, esto no quiere decir que vaya a desaparecer

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La violencia de género sigue
La violencia de género sigue siendo una realidad tangible en Perú y en muchas otras partes del mundo.

La congresista Milagros Aguayo, de Renovación Popular, ha presentado un proyecto de ley que propone eliminar el delito de feminicidio y reemplazarlo por el de asesinato de la pareja. Esta propuesta se suma a otras iniciativas similares impulsadas tanto por sectores conservadores del Congreso como por el Ejecutivo. A pesar de los avances en la lucha por la igualdad de género, persisten prácticas que limitan los derechos de las mujeres y refuerzan la violencia en el ámbito familiar.

En una reciente entrevista, Luis Bustamante, historiador y autor del libro Matrimonio y violencia doméstica en Lima colonial (1795-1820), analiza la evolución del patriarcado y los desafíos actuales que enfrentan las mujeres. Según Bustamante, en la Lima colonial, la violencia dentro del matrimonio no solo era común, sino que estaba legitimada bajo la idea de corrección. La esposa y los hijos debían obediencia, y cualquier acto de “rebeldía” podía ser castigado con sevicia, un trato cruel hacia las personas.

Libro "Matrimonio y violencia doméstica
Libro "Matrimonio y violencia doméstica en Lima colonial"

Este tipo de violencia estaba normalizada y rara vez se consideraba una infracción grave. Solo los casos extremos, en los que la sevicia era visible y documentada, llegaban a instancias judiciales. Sin embargo, los procesos judiciales de la época no tenían como objetivo principal proteger a la víctima, sino preservar la institución del matrimonio.

Para ilustrar mejor este panorama, Bustamante compara el poder del hombre en la Lima colonial con el de un monarca sobre su reino. A pesar de los avances, este modelo de poder no ha desaparecido por completo. Según el Ministerio de la Mujer, en enero de 2025, los Centros de Emergencia Mujer atendieron un total de 14,665 casos de violencia. De este total, 55,000 denuncias fueron presentadas por personas de entre 30 y 59 años.

La crisis del patriarcado

¿Por qué la violencia persiste más de 300 años después? La respuesta, según Bustamante, radica en el patriarcado, una estructura de poder que ha perdurado durante siglos. Aunque el patriarcado ha evolucionado con el tiempo, sigue siendo un factor determinante en las dinámicas familiares, sociales y laborales. Los avances en igualdad de género no han sido suficientes para erradicar la influencia de este sistema, que sigue estando presente en la cultura, la política y la economía, especialmente en los sectores más conservadores de la sociedad.

Luis Bustamante indica que para
Luis Bustamante indica que para erradicar la violencia, es fundamental abordar las raíces culturales del patriarcado. Foto: Fondo editorial U Lima
“Estamos ante un sistema que, en mi opinión, está en crisis. Crisis que no significa que vaya a desaparecer inmediatamente, que vaya a terminar. Pero, crisis entendida como un cuestionamiento, como dudas y como expresiones de rebeldía. No solo de parte de quienes en el sistema aparecen como la parte débil, las mujeres, sino también de otros sectores subalternos, e incluso sectores que se verían beneficiados por el sistema, como los varones”, explicó Bustamante.

A pesar de los avances obtenidos en los últimos años, especialmente gracias a la revolución de la liberación femenina, el patriarcado sigue vigente. Este fenómeno ha dejado su huella en la sociedad peruana, que sigue arrastrando las estructuras patriarcales desde la época colonial.

Esta resistencia se refleja en recientes iniciativas legislativas, como la propuesta de cambiar el Ministerio de la Mujer por el Ministerio de la Familia, o la eliminación del término “feminicidio” de la legislación penal, propuestas impulsadas por sectores conservadores que buscan restaurar modelos patriarcales, y que lamentablemente tienen poder político.

Cifras del Ministerio de la
Cifras del Ministerio de la Mujer

Luchas por el cambio

Bustamante también subraya que, para erradicar la violencia, es fundamental abordar las raíces culturales del patriarcado. En este proceso, la educación juega un papel crucial. La educación en el hogar y en las escuelas es esencial para enseñar a las nuevas generaciones sobre el respeto, la igualdad y la violencia de género. Sin una educación adecuada, las viejas costumbres y prejuicios seguirán reproduciéndose, perpetuando el ciclo de violencia.

Aunque los avances en educación y en la lucha por los derechos de las mujeres han comenzado a desafiar las estructuras tradicionales del patriarcado. Las resistencias son aún fuertes, especialmente en sectores rurales o menos alfabetizados, donde las viejas tradiciones siguen prevaleciendo. Estos sectores son los más propensos a mantener prácticas como los matrimonios forzados y la violencia doméstica.

“Yo diría que en los sectores más tradicionales y aislados, los sectores menos globalizados, menos vinculados con las nuevas ideas, con lo que ocurre en otras partes del mundo y con las leyes, menos alfabetizados, generalmente sectores más ligados a las áreas rurales de sierra y selva es donde más vamos a ver este tipo de cosas”, comentó.

Para Bustamante, a medida que la sociedad peruana avanza, se espera que el patriarcado siga perdiendo terreno, aunque los avances serán lentos y enfrentarán grandes desafíos. El camino hacia una sociedad más justa e igualitaria sigue siendo largo, pero los esfuerzos para combatir la violencia de género, tanto desde la legislación como desde la educación, son pasos importantes en esa dirección.

Mujeres marchan contra la violencia
Mujeres marchan contra la violencia de género en el marco del Día Internacional de la Mujer en la Ciudad de México, el sábado 8 de marzo de 2025. (Foto AP/Ginnette Riquelme)