Vecinos de Barrios Altos sobreviven entre humo tóxico del incendio, con su salud en riesgo y abandono de las autoridades

Más de dos semanas después del incendio en el jirón Cangallo, la emergencia persiste. Sin agua, sin luz y expuestos a una humareda tóxica constante, los damnificados sobreviven en condiciones precarias

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Vecinos afectados por incendio de Barrios Altos continúan sin luz y agua por falta de atención de las autoridades| Latina Noticias

La emergencia no terminó el día que las llamas consumieron las estructuras de un almacén clandestino en el jirón Cangallo, en el Cercado de Lima. Aunque el fuego fue contenido, las secuelas afectan a decenas de familias que, desde hace más de 17 días, permanecen sin servicios básicos y expuestas a una humareda constante que amenaza su salud. La falta de acción rápida para remover los escombros ha prolongado la crisis y mantiene a los damnificados en condiciones precarias.

De acuerdo con el comandante general de los Bomberos, Juan Carlos Morales, el incendio aún no fue extinguido por completo debido a la persistencia de materiales inflamables bajo los restos de la infraestructura colapsada. Mientras los bomberos continúan lanzando agua a la zona afectada, los vecinos denuncian que no cuentan con el líquido para satisfacer sus necesidades básicas. La electricidad también sigue interrumpida, lo que obliga a las familias a vivir en penumbras y altera su rutina diaria.

La contaminación del aire sigue siendo un peligro invisible

Incendio en el Centro de
Incendio en el Centro de Lima | AFP

El humo que emana de los escombros es una amenaza latente. El ingeniero ambiental José Inoue, especialista del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), explicó que los contaminantes generados por el incendio afectan amplias zonas de Lima. Según el análisis de dispersión realizado por la institución, el material particulado suspendido en el aire puede tener consecuencias graves en la salud de la población expuesta.

Ante esta situación, recomendó a quienes residen cerca del incendio que usen mascarillas o cualquier otro método de protección para evitar la inhalación de gases contaminantes. Sin embargo, muchos afectados carecen de recursos para adquirir implementos de protección, agravando el impacto de la emergencia ambiental.

El doctor Jorge Chung Ching, neumólogo del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, alertó sobre los efectos nocivos que el humo y las partículas finas pueden tener en las vías respiratorias. Explicó que la combustión de materiales derivados del petróleo liberó compuestos tóxicos que pueden causar inflamación severa en los pulmones, dificultad para respirar y agravar enfermedades preexistentes como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

“La exposición prolongada a estos contaminantes puede provocar cuadros inflamatorios similares a infecciones virales severas, afectando no solo los pulmones, sino también el sistema cardiovascular”, explicó el especialista. Enfatizó que las personas con síntomas respiratorios deben buscar atención médica inmediata para evitar complicaciones.

La crisis de los servicios básicos

Incendio en el Centro de
Incendio en el Centro de Lima | AFP

El impacto del siniestro se extiende más allá de los riesgos para la salud. Los damnificados denuncian que, a pesar de las promesas de ayuda, la falta de agua y electricidad persiste. Una vecina relató que debe pagar aproximadamente 10 soles para conseguir agua por unos días, lo que representa un gasto adicional que muchas familias no pueden afrontar.

“Todos estamos sin agua, sin luz y la humareda no para. Respiramos puro humo, no se puede vivir así”, expresó un afectado. Además, denunció que las cenizas cubren sus viviendas y que no han recibido suficiente apoyo de las autoridades.

La presencia de estructuras colapsadas impide la extinción definitiva del incendio. Los vecinos insisten en que, mientras los escombros no sean retirados, los focos de fuego seguirán activos. “Casualmente, como el almacén se ha derrumbado, adentro todavía sigue candente el fuego. Necesitamos que vengan para que saquen las estructuras. Solo así se podrá apagar completamente”, declaró un residente.

A pesar de los reclamos, la remoción de los restos del siniestro no se concretan, prolongando la angustia de los damnificados. Mientras tanto, los bomberos continúan arrojando agua a la zona afectada día y noche, sin que esto sea suficiente para sofocar los focos de calor.

La vida en la incertidumbre

Foto: Paula Elizalde
Foto: Paula Elizalde

Las noches en Barrios Altos transcurren en la oscuridad. Sin electricidad, los vecinos deben acostarse temprano, adaptándose a una rutina impuesta por la falta de luz. “No hay televisión, no hay nada. Nos vamos a la tercera semana sin luz”, comentó un habitante de la zona.

La ausencia de un plan de contingencia agrava la situación. Según los afectados, los camiones cisterna no han llegado con regularidad y la ayuda alimentaria es insuficiente. Algunos han recibido alimentos, pero otros continúan dependiendo de sus propios recursos para subsistir.

“Lo más importante es que remuevan esos escombros, porque si no, no vamos a vivir tranquilos. Se vuelve a prender el fuego y todo empieza de nuevo”, afirmó un damnificado, reflejando la incertidumbre que pesa sobre la comunidad.

Mientras la humareda sigue cubriendo las calles de Barrios Altos, las familias damnificadas esperan que las autoridades atiendan sus pedidos y brinden una solución efectiva a la crisis que enfrentan. La falta de respuestas prolonga su sufrimiento y deja en evidencia la vulnerabilidad de quienes lo han perdido todo en este desastre.