
El Río Rímac, fuente de abastecimiento para gran parte de la ciudad de Lima, se convirtió en el centro de un debate ambiental tras la aparición de aguas con una inusual tonalidad rojiza en febrero de 2025. Imágenes y videos de la situación se difundieron ampliamente en redes sociales, generando preocupación en la población y llamados a la acción por parte de diversas entidades gubernamentales y ambientalistas.
Sedapal, empresa responsable del abastecimiento de agua potable y saneamiento en la capital, rechazó cualquier implicación en el vertimiento de sustancias que provocaron la alteración del color del río. En un comunicado oficial, la entidad declaró: “Rechazamos tajantemente que Sedapal fue la responsable del vertimiento que alteró la coloración del Río Rímac”. Según su versión, tras tomar conocimiento del incidente, se realizaron investigaciones junto con la Policía Nacional del Perú y el Ministerio Público, detectándose que una empresa textil habría sido la causante de la descarga de sustancias desconocidas a través del colector Candela.
Además, informó que, como medida inmediata, procedió al cierre de redes formales e informales de la empresa implicada, además de presentar una denuncia por delitos de contaminación ambiental y afectación a las redes de alcantarillado. El caso quedó en manos de la Fiscalía de la Nación, que deberá continuar con el debido proceso para determinar responsabilidades.

Investigaciones y hallazgos
Mientras Sedapal atribuía la situación a causas ajenas a su gestión, un informe periodístico de Latina Noticias presentó documentos oficiales que señalaron otra versión de los hechos. Según este medio, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) identificaron como origen del vertimiento al colector Candela, administrado por Sedapal. La información reveló que desde octubre del año pasado, residuos altamente contaminantes habrían sido descargados en el cauce del río.
Los análisis indicaron la presencia de metales como cromo, plomo y manganeso, además de aceites, grasas y coliformes en niveles alarmantes. En particular, se determinó que la concentración de coliformes habría superado en 24 millones por ciento los valores permitidos, generando riesgos significativos para la salud pública.
Por su parte, Sedapal informó que, al tomar conocimiento de la situación, procedió al cierre de las redes formales e informales de la empresa textil señalada como responsable del vertimiento. “De manera inmediata, Sedapal procedió a cerrar las redes formales e informales de la empresa textil y, a la vez, procedió a denunciarla por los delitos de contaminación ambiental y afectación a las redes de alcantarillado”, indicó la entidad.
Reacciones de las autoridades y medidas anunciadas
La Defensoría del Pueblo anunció que convocará a autoridades sanitarias y ambientales para coordinar acciones conjuntas y evaluar el impacto de la contaminación en la población. Asimismo, se solicitó el inicio de investigaciones penales para esclarecer la responsabilidad del caso.
Mientras Sedapal insiste en que la alteración del color del río se produjo aguas abajo de su captación y que el servicio de agua potable no se vio afectado, especialistas ambientales han expresado preocupación por la posibilidad de que este episodio revele una problemática mayor en la gestión de residuos industriales. “Aclarar, nuevamente, que este hecho, al haber ocurrido aguas debajo de la Bocatoma, no afectó el sistema de tratamiento de agua de Sedapal, por lo que el servicio se continuó brindando sin interrupciones y con los estándares óptimos de calidad de siempre”, se lee en el comunicado.
También informó que el colector Candela, bajo su administración y registrado en el Registro Único para el Proceso de Adecuación Progresiva (RUPAP), no presenta problemas en los vertimientos al Río Rímac. Sin embargo, anunció el refuerzo de inspecciones a usuarios no domésticos de la zona, aplicando clausuras y multas a quienes superen los Volúmenes Máximos Admisibles (VMA) permitidos.
Además, se conformó un equipo de especialistas para monitorear los residuos vertidos en el colector Candela con el fin de garantizar el cumplimiento de los estándares ambientales y evitar situaciones similares en el futuro.