Al recorrer las calles y jirones de Pueblo Libre, se percibe una calma que invita a la reflexión. Ya sea de día o de noche, es común ver a sus habitantes caminar con tranquilidad, una escena difícil de hallar en distritos como San Juan de Lurigancho, Los Olivos o San Martín de Porres, donde la gente suele caminar apresurada, siempre con la mirada alerta ante lo que pueda suceder.
Este ambiente de calma se experimenta tanto en los días laborales como los fines de semana. Incluso las principales avenidas, como Antonio José de Sucre, no están exentas de esta tranquilidad, que se mantiene a lo largo de todo el día, excepto durante la hora punta.
Estas características podrían resultar atractivas para los peruanos que residen en distritos donde la tranquilidad es escasa. Además de la relativa paz que se experimenta al caminar por los senderos de Pueblo Libre, el distrito cuenta con numerosos parques, los cuales están distribuidos casi de manera equidistante en los 4,77 km² de extensión de su jurisdicción.
En un sector de esta extensión se construyó un cementerio que fue clausurado en la década de 1950 debido al hacinamiento de los entierros; es decir, los cuerpos comenzaron a ser sepultados en los jardines que rodeaban los pabellones del camposanto. En 1966, un sismo derrumbó los nichos que contenían los cadáveres. Actualmente, en el terreno donde se encontraban los restos, se alza la urbanización Colmenares.
La urbanización de Lima construida sobre un cementerio
Como se mencionó anteriormente, la tranquilidad en las calles y jirones de Pueblo Libre es una de las características que atrae a los visitantes. Sin embargo, esta particularidad podría no resultar tan atractiva si supieran que en un sector de esta jurisdicción existió un cementerio.
En el sector donde reposaban los cadáveres, ahora se encuentran calles y casas de dos o más pisos. El youtuber ‘Greco’ recorrió el distrito de Pueblo Libre para explorar la zona donde se levantó el antiguo camposanto y conocer las historias de los vecinos del lugar.
En el video publicado en su cuenta de YouTube, se puede observar que las calles están ‘desiertas’. No obstante, ‘Greco’ logró conversar con algunos vecinos, quienes le brindaron detalles sobre el cementerio que fue construido en los terrenos de la hacienda Colmenares.
“Hemos llegado a uno de los cruces de avenidas más importantes del distrito: por un lado, la avenida Sucre, y por el otro, la avenida La Mar. En esta esquina se encuentra un casino con varios años de antigüedad. Lo curioso es que, detrás de él, se encuentra la urbanización Colmenares, llamada así en honor a la antigua hacienda Colmenares. Sobre los terrenos de lo que fue esta hacienda, se construyó el cementerio de Magdalena Vieja”, contó.
Es importante señalar que lo que actualmente conocemos como Pueblo Libre era denominado en el pasado Magdalena Vieja. En esa época, no existían los distritos tal como los entendemos hoy, sino que se hablaba de pueblos. El Pueblo de la Magdalena abarcaba una extensa área que incluía lo que hoy son los distritos de Miraflores, Breña, Jesús María, San Miguel, Magdalena del Mar y Pueblo Libre.
Según la página web de la Municipalidad de Pueblo Libre, desde 1672, el nombre original de su jurisdicción fue Magdalena Vieja. Sin embargo, este nombre cambió tras la publicación de un importante documento.
“El 8 de julio de 1821, el libertador don José de San Martín la renombró como Pueblo Libre, en reconocimiento al patriotismo de sus habitantes. Posteriormente, un decreto supremo del 10 de abril de 1822, ordenado por el general José Bernardo de Tagle y Portocarrero, hizo efectiva la voluntad del libertador”, se lee en el sitio oficial.
Durante la vigencia de la Constitución liberal de 1856, una ley promulgada el 2 de enero de 1859 otorgó existencia legal al distrito con el nombre de Magdalena Vieja. Su primer alcalde fue don Pedro del Solar, quien asumió el cargo en 1873. Sin embargo, esta denominación no perduró, ya que el 5 de septiembre de 1940, durante el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, la Ley 9162 restableció el nombre de Pueblo Libre.
Más allá de los datos históricos, lo que realmente llama la atención es que se haya levantado una urbanización sobre un cementerio. Pero, ¿dónde se encontraba este camposanto? El investigador Luis Rodríguez, en su artículo “El cementerio de la Magdalena Vieja”, proporcionó las coordenadas exactas.
“Con el crecimiento de la población cristiana y los fallecimientos correspondientes, se construyó un nuevo cementerio en los terrenos de la hacienda Colmenares, también conocida como ‘De los Ejercicios’. Un mapa de principios del siglo XX (1909) registra la ubicación exacta de este cementerio II, el cual se encontraba entre la avenida La Mar y la avenida Sucre (a la altura de la Cruz del Viajero, frente a la ‘Pizzería La Romana’). Su extensión se amplió abarcando algunas manzanas más”, señaló.
Tanto Rodríguez como ‘Greco’ coinciden en el lugar donde se ubicaba el templo de los muertos. Sin embargo, lo curioso es que en las coordenadas indicadas hoy existen casas y avenidas. Esto plantea preguntas sobre si las personas tuvieron reparos en vivir en los terrenos donde reposaban cadáveres. Otra interrogante, quizás más atrevida, podría ser si existe actividad paranormal en esas viviendas.
Ante esta situación, el youtuber peruano conversó con vecinos del lugar, quienes compartieron algunos detalles sobre este tema polémico, que cuenta con diversas opiniones y, sobre todo, testimonios.
Las misteriosas historias de la urbanización Colmenares
Además de mostrar las calles y proporcionar datos históricos sobre Pueblo Libre y el cementerio construido sobre los terrenos de la Hacienda Colmenares, ‘Greco’ conversó con vecinos de la urbanización, quienes compartieron información que podría generar suspicacias entre los lectores. Sin embargo, algunos podrían sentirse identificados con lo relatado.
“Donde vivo, esa área formaba parte del cementerio, y sí, había bastante actividad paranormal. Por ejemplo, vi la cara de un hombre mayor mientras estaba acostado en mi cama. No lo conocía, pero mucho tiempo después lo vi en una foto y pensé: ‘Este es el hombre que vi debajo de la frazada...’. Resultó ser un familiar”, contó.
Al conversar con el joven, se podía percibir la calma que caracteriza a las calles, una de las principales particularidades del distrito. Es importante señalar que el camposanto de Magdalena Vieja fue establecido para satisfacer las necesidades funerarias de los antiguos habitantes de la zona.
Se dice que el cementerio fue construido con material resistente, pero durante el terremoto de la década de 1960, los pabellones se agrietaron y algunos se derrumbaron. Como resultado, los ataúdes cayeron al suelo, se destruyeron y los restos de los difuntos quedaron expuestos.
El youtuber también conversó con otro vecino, esta vez una persona de la tercera edad. “Yo vivo en la parte de atrás, pero por el lado de enfrente estaba el cementerio”, contó.
El anciano también relató que solía jugar dentro del cementerio. “Yo tenía unos amigos en la Marina que venían a jugar aquí (al cementerio) a escondidas, porque ya no había muchos muertos. Entonces, con ellos jugábamos a las escondidas y nos metíamos a los nichos que estaban vacíos. Eran de tres o cuatro pisos”, contó.
Se cree que debajo del parque Leite Ribeyro hay cadáveres, ya que en el pasado se le conocía como el “Parque de los muertos”. “La gente de antaño lo conoce así. Aquí todo el mundo decía: ‘Aquí hay muertos enterrados, debajo de estas casas’. Algunos muertos se han quedado, aunque no se sabe en cuál de las casas están enterrados”, indicó.
Finalmente, es importante dar a conocer los testimonios de las personas sobre este tema. “Viví en el Parque Colmenares por 33 años y sí, toda esa zona era pesada, sobre todo de noche. Siempre escuchaba a mi mamá y mi tía atribuir esto al hecho de que toda la parte del parque, hasta La Mar y pasando Sucre, había sido el cementerio de la antigua hacienda Colmenares”, contó una internauta.
“Lo cierto es que en casa penaba una niña desde que tengo memoria; solo mi mamá y yo la vimos. (...) Cuando nació mi hijo, varias veces lo encontré balbuceando y riendo solo. Ya para entonces no la veía, pero imagino que mi hijo sí”, agregó.
Otra internauta relató que su tía le contó que trabajó en los años 70 en una de esas casas por Acevedo, y que un día la mandaron a dormir al tercer piso. Según su relato, esa noche se experimentaron presencias paranormales.
