El seguimiento a un entramado criminal con ramificaciones en varios países culminó con la detención de seis integrantes de un grupo dedicado a delitos de extrema violencia. Las autoridades, en una operación conjunta entre la Guardia Civil en España, los Mossos d’Esquadra y la Policía Alemana, consiguieron desmantelar parte de una red involucrada en asesinatos, extorsiones y secuestros.
El caso tiene su punto de partida en un crimen ocurrido en Ciempozuelos, Madrid, en 2022. Un ataque a plena luz del día dejó a una de sus víctimas sin vida: se trataba de René Jesús Aroni Lima, conocido en los círculos criminales como el ‘Loco Aroni’. Su presencia en España se debía a un intento de escapar de los sicarios que le buscaban en Perú, pero su destino ya estaba marcado. Dos impactos en el tórax y dos en el cuello pusieron fin a su historia.
Las pesquisas llevaron a los investigadores a conectar este crimen con un intento de asesinato ocurrido en 2024 en Cornellà de Llobregat. Un hombre irrumpió en una barbería y disparó contra un trabajador. El agresor se dio a la fuga en patinete, mientras que la víctima, con una herida en el hombro, acudió más tarde a un centro médico, lo que alertó a las autoridades.
Gracias al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), se estableció un vínculo entre ambos casos. La persona investigada por los Mossos d’Esquadra en Cornellà era el principal sospechoso del asesinato en Ciempozuelos. Ante esta revelación, se organizó un operativo para capturar a los implicados.
El 21 de enero, en Hospitalet de Llobregat, las autoridades detuvieron al presunto autor material de los hechos. Posteriormente, se realizaron otras capturas en Fuenlabrada, Tres Cantos y Alemania, desmantelando una estructura que operaba en diferentes territorios.
Un pasado marcado por la violencia

El ‘Loco Aroni’ no era un delincuente común. Su historial criminal en Perú lo situaba como líder de “Los malditos de Bayóvar”, una organización implicada en homicidios, extorsiones y el control ilegal de terrenos. Se le vinculó con el asesinato de Carlos Enrique Burgos Gonzales en 2014, un crimen que sacudió Lima al tratarse del hijo de un exalcalde. Además, fue señalado como responsable de la muerte de su propio cómplice, Juan Ezequiel Rayos Céspedes, alias ‘Chicharrón’.
Sus actividades delictivas se extendieron a la usurpación de terrenos en la provincia de San Marcos, donde impuso pagos extorsivos a los comuneros. Incluso tras su captura en 2016, la justicia lo dejó en libertad por exceso de carcelería, lo que le permitió seguir operando.
Huida a España y muerte anunciada

Luego de ser acusado nuevamente por el asesinato de Burgos Gonzales, Aroni Lima optó por la clandestinidad y salió de Perú con destino a Madrid. Sin embargo, su pasado lo alcanzó en agosto de 2022. En un aparcamiento de Ciempozuelos, unos sicarios en motocicleta le dispararon y lo dejaron malherido. Tras 12 días de agonía, falleció en un hospital de Madrid.
Desde su residencia en España, según informes policiales, continuaba dirigiendo actividades ilícitas, entre ellas la extorsión y el cobro de cupos. Su desaparición generó una disputa entre grupos criminales por el control de estos ingresos.
Con las recientes detenciones, las autoridades lograron dar un golpe significativo a la organización que operaba en distintas localidades de España y Alemania. Uno de los arrestados en Fuenlabrada fue identificado como pieza clave en la logística del asesinato de Ciempozuelos, mientras que otro en Tres Cantos habría colaborado en el encubrimiento del crimen.
En Hospitalet de Llobregat, dos personas más fueron aprehendidas por su participación en el intento de homicidio de Cornellà. Se investiga si existía una estructura mayor con vínculos internacionales.
Las autoridades han destacado la importancia de la cooperación internacional en esta investigación. La conexión entre el asesinato de Ciempozuelos y el ataque en Cornellà permitió acelerar las detenciones y evitar que el grupo siguiera operando.
El ‘Loco Aroni’, quien logró evadir a la justicia en diversas ocasiones, finalmente encontró su final en un país donde buscaba refugio. Su historia, marcada por la violencia y el crimen, ha servido como detonante para desmantelar una red con ramificaciones en varios continentes. La investigación sigue en curso, mientras se analizan nuevas pistas que podrían llevar a más arrestos.