
“No le hicieron nada. Estuvo en todas las misas”. Con esas palabras, una joven identificada como ‘Diana’ recuerda como la Iglesia en Puno actuó con negligencia e indiferencia ante su grave denuncia por violencia sexual, física y psicológica contra el sacerdote colombiano Carlos Londoño.
La relación entre la joven obstetra y el cura se hizo pública en la quincena de febrero, a partir de ese momento, Londoño, quien era párroco en la iglesia San Juan Bautista, el templo donde descansa la Virgen de la Candelaria, desapareció de la vida pública y religiosa de la ciudad.
El obispo Puno, Jorge Pedro Carrión Pavlich, anunció en una conferencia de prensa que Londoño fue suspendido y que inició una investigación en la Diócesis. Sin embargo, aclaró que este proceso duraría al menos un año y no quiso dar mayores declaraciones al respecto.

Las respuestas a ‘Diana’ serían igual de escuetas. La joven salía frustrada y llorando de cada reunión en el arzobispado, ya que tanto Carrión Pavlich, como su Canciller, Alex Cano, le dieron a entender que solo estaban esperando que el escándalo termine. Hasta el momento, nadie le pidió perdón.
Ahora, Carlos Londoño parece estar lejos de la justicia peruana, pues está no habido y podría haberse ido a Colombia. “Solo está su abogado, dicen que ya se fue”, lamenta ‘Diana’.
No sabe si la Fiscalía solicitó el impedimento de salida contra el párroco. A inicios de marzo, el Poder Judicial ordenó medidas de protección en favor de ‘Diana’ y terapia psicológica para Londoño. Sin embargo, la joven indica que el abogado del cura advirtió que no acataría la disposición judicial, porque ya salió del Perú. “Sí que está fuera”, señaló la joven.
Infobae Perú se contactó con el obispo Jorge Carrión, quien no quiso dar muchas declaraciones, pues aseguró que es “juez y parte” y por eso no puede pronunciarse. Dijo desconocer las disposiciones judiciales y que eso no le corresponde a la Diócesis.
“El Poder judicial no ha dictaminado nada, desconozco totalmente eso. Nosotros sí hemos dictaminado, él está suspendido preventivamente. (...) No, de ese tema en cuestión, del tema con las normas del estado, desconozco totalmente. No hemos sido informados”, contestó.
Asimismo, fuentes del Hospital Manuel Nuñez Butrón, lugar donde Londoño debía llevar la terapia, confirmaron a este medio que el cura no se presentó. Además, que en la resolución judicial no consigna ningún número para que pueda ser ubicado, solo aparece la dirección de la parroquia, donde ya no vive.

Respuesta tardía a la denuncia
‘Diana’ fue el 8 de enero a la sede del arzobispado en Puno para relatar la turbia relación que sostuvo con Londoño, que terminó de la peor manera: cuando se enteró de su embarazo. ‘Diana’ entregó las pruebas que evidenciaban este romance y los actos de violencia que vivió mientras sostuvo el vínculo con Londoño.
El ‘cargo de recibido’ con el sello oficial del Obispado de Puno, dirigido Jorge Carrión Pavilch es la prueba que en la Iglesia conocían de esta denuncia desde enero. Incluso, en el documento con el “testimonio personal en relación con el párroco de la Iglesia San Juan Bautista y otros”, ‘Diana’ indica que ya tuvo una conversación previa con Alex Cano.

“El informe que dejo por escrito, es el mismo que se ha dialogado con el canciller del obispado, Alex Cano Arce (...)”. Indica el oficio. Infobae Perú intentó contactarse con el canciller; sin embargo, no obtuvo respuesta.
Pese a que la denuncia se había hecho, Londoño participó en las celebraciones por la Virgen de la Candelaria. De hecho, en la página de Facebook de la Iglesia San Juan, quedan los registros de las misas por la octava de la virgen, en la celebración central, sale Londoño junto a Carrión Pavlich.
Por otro lado, ‘Diana’ no obtiene respuestas y, en ocasiones, se arrepiente de haber denunciado. “No pasó nada”. No comprende por qué la Iglesia en Puno protegió a su agresor, mientras ella sigue viviendo bajo amenazas y con su información personal expuesta en redes sociales.
