
Agricultores de Arequipa confirman que se encuentran en una “huelga indefinida” en contra de la implementación del proyecto de Tía María. “Tenemos razones sociales, ambientales y técnicas para oponernos”, indica Mario Chirapo, agricultor y dirigente de las movilizaciones.
Desde julio del año pasado, el gobierno de Dina Boluarte viene apoyando la implementación de este proyecto minero. Miguel Meza, dirigente de la protesta, sostiene que la presidente se había identificado con la lucha del Valle de Tambo, cuando se reunieron en el Club Apurímac. Sin embargo, ahora se sienten traicionados.
“Desde el 7 de febrero hemos empezado un paro indefinido y se extenderá hasta cancelar el proyecto. El gobierno no ha abierto ninguna ventana para dialogar con nosotros”, manifiesta a Hildebradnt en sus trece.
Para José De Echave, “es claro que hay un sector importante de la población que se mantiene en contra del proyecto y se fundamentan en el impacto ambiental”. En ese sentido, cree que si la empresa quería evidenciar que cuenta con aprobación “pudo haber hecho una pequeña encuesta en la zona, pero no lo ha hecho”.

Habrá juicio contra Southern
De acuerdo con el semanario, los agricultores del Valle de Tambo anuncian que denunciarán a Southern en tribunales, debido a que el Estudio de Impacto ambiental caducó en agosto del 2019.
“Desde esa fecha, la empresa no tiene autorización legal para iniciar obras ni obtener nuevos permisos vinculados al proyecto. Existía una opción para prolongar la vigencia, pero esto solo ocurría si las operaciones se iniciaban antes de la fecha límite, lo cual no sucedió”, sostiene David Velazco, abogado especialista en materia ambiental.
Efectivamente, en octubre del 2019, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) supervisó la zona y confirmó que no se había comenzado con la construcción previo al vencimiento de la EIA.
“Estamos preparando una acción de amparo que será presentada en los próximos días. La empresa no puede operar sin un EIA vigente”, aclara David Velazco, abogado de Fedepaz, quienes representan a los agricultores.

De Echave recuerda que han pasado más de diez años desde que se hizo el EIA, y explica que los estudios de impacto ambiental “no pueden ser eternos” porque en cinco años los territorios cambian, se producen variaciones en las fuentes de agua, en las zonas agrícolas, en las áreas protegidas, entre otras características
Una posible contaminación
El medio menciona que la empresa ha ofrecido edificar una planta desalinizadora en Playa Mejía para ganar apoyo entre los agricultores. No obstante, Elivs Jump, especialista en inversión privada, explica al semanario que esto podría generar aproximadamente 30 millones de litros de salmuera al día.
“Aunque la empresa diga que no, esos desechos van a contaminar 80 hectáreas de chacras y playas y 160 hectáreas de mar. El esquema urbano de Mejía no permite la operación de una industria pesada que genera residuos contaminantes. Vamos a perder las playas de Mejía”, afirmó.
Además, según la Dirección General de Capitanías y Guardacostas de la Marina de Guerra del Perú (DICAPI) y la Municipalidad de Mejía, Southern no tiene permisos para utilizar el agua de mar o construir la planta desalinizadora.

Luego, en noviembre del 2020, la zonificación Ecológica y Económica de Arequipa precisó que las áreas donde está ubicada Tía María tienen un alto valor bioecológico, debido a la diversidad de especies y ecosistemas que hay ahí. El semanario añade que incluso estas tierras han sido clasificadas como aptas para cultivos frutales y pernnes, con un potencial hídrico debajo del suelo.
“Van a dañar cultivos, las playas, las lomas, el agua. Soy agricultor en Deán Valdivia desde hace más de diez años. En un análisis de sangre, mi hijo fue una de las 300 personas que dieron positivo a arsénico y eso por la contaminación del agua que viene de la mina Aruntani, ubicada en la parte alta de Moquegua. Si eso ocurre con un proyecto minero lejano, Tía María –que estará a pocos metros– va a ser desastroso. Es mentira que van a ser responsables, nosotros vamos a resistir hasta el final”, cuenta el agricultor Antony Torres al medio.
Por su parte, el dirigente Mario Chirapo asegura que en el lugar donde tendría que estar Tía María debería construirse el gaseoducto sur peruano. “S va a descartar un proyecto de gas que sí es de interés nacional y va a beneficiar a Arequipa, Puno, Moquegua, Tacna y más ciudades del sur”, acotó.
Hildrebdant en sus trece afirma que Southern no quiso participar del reportaje y que solo envió una nota de prensa, donde insisten que “tienen los papeles en regla”.

¿Cuándo nace el conflicto?
El conflicto alrededor del proyecto Tía María nace en el 2009, cuando la compañía Southern Copper presentí su primer Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Los agricultores comenzaron a oponerse en el 2010, cuando las Naciones Unidas para Proyectos (UNOPS) detectó 138 observaciones.
Cuenta con 7.047 hectáreas y se ubica a 800 metros del Valle de Tambo, una de las áreas agrícilas más fértliles del sur. Esto se ve reflejado en las 13 mil hectáreas que tienen agricultores de los distritos de Cocachacra, Deán Valdivia, Islay, Mejía, Mollendo y Punta de Bombón para el consumo interno y externo.
En la gestión de Ollanta Humala, la empresa presentó otro EIA, el cual fue aprobado por el Ministerio de Energía y Minas. El ingeniero metalúrgico, Hugo Rivera, dice que este tenía los mismos problemas que el primero. “Nunca debió ser aprobado porque no atiende los problemas que van a ocasionar en el suelo, el agua y la polución en la atmósfera”, señala.
“Su primer estudio fue un mamarracho. Y en cuanto al segundo, constatamos que es falso, que esas 138 observaciones de UNOPS no han sido levantadas”, explica José de Echave.