Extorsión en la playa Agua Dulce de Chorrillos: un fotógrafo víctima de un acto público de cobro de cupo

Un fotógrafo que trabajaba en la playa Agua Dulce de Chorrillos fue acosado por un hombre que, en estado de ebriedad, le exigió un pago para continuar con su labor. El incidente fue grabado por testigos

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Testigos grabaron el momento en que un sujeto extorsionaba al fotógrafo en plena playa Agua Dulce. (Wayka)

Un incidente ocurrido recientemente en la playa Agua Dulce, ubicada en el distrito de Chorrillos, ha puesto en evidencia un acto de extorsión pública que afectó a un fotógrafo local. Según un video que se ha viralizado en redes sociales, un hombre en evidente estado de ebriedad abordó al fotógrafo, quien se encontraba trabajando en el lugar vendiendo fotos y ofreciendo servicios a los turistas, y le exigió 10 soles como “pago” para poder continuar con su actividad en la playa sin inconvenientes.

El video muestra al hombre presionando al fotógrafo, quien aparentemente trataba de mantenerse calmado ante la situación, mientras que el extorsionador le repetía que en otras zonas cercanas, como en la plaza, los fotógrafos pagan la misma cantidad para operar sin problemas. Además, la grabación muestra cómo otros presentes en la playa reaccionaban al ver la escena y se unían en condena a lo que estaba ocurriendo. La indignación de los testigos fue evidente, y uno de ellos incluso instó a las autoridades municipales a que se encargaran de la situación.

“Acá en la plaza se cobra 10 soles”, decía el extorsionador, al tiempo que insistía que el fotógrafo debía entregarle la cantidad solicitada para poder realizar su labor sin ser molestados. En el video, se escuchan varias personas manifestando su rechazo al comportamiento del hombre, mientras que otros intentaban intervenir y solicitar a las autoridades que tomaran cartas en el asunto.

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Un fotógrafo fue extorsionado en la playa Agua Dulce de Chorrillos mientras trabajaba vendiendo fotos a los turistas. (Wayka)

El fotógrafo, por su parte, intentaba explicar que ya tenía su permiso para trabajar en el lugar, pero el hombre seguía insistiendo en su demanda de dinero. En un momento de la grabación, el extorsionador amenaza al fotógrafo con perjudicarlo si no accede a su solicitud. “Le va a botar su ballena”, expresó, haciendo referencia a la orca inflable que el fotógrafo estaba utilizando como parte de su trabajo para atraer la atención de los turistas.

La situación, además de mostrar un claro abuso, revela una problemática más amplia en el país: la extorsión en espacios públicos. Este tipo de situaciones, en las que individuos tratan de obtener dinero de manera ilegal mediante amenazas o coacciones, se ha vuelto común en varias zonas del país, afectando tanto a comerciantes como a profesionales independientes.

Extorsión en Perú: un problema creciente

La extorsión, definida como la acción de obtener algo mediante la intimidación o la amenaza, es un fenómeno que ha ido creciendo en Perú en los últimos años, especialmente en áreas turísticas y comerciales. El caso del fotógrafo en Agua Dulce es solo un ejemplo de cómo este delito se sigue presentando en diversos rincones del país. En muchos casos, los extorsionadores actúan en grupo, generando un clima de temor entre aquellos que intentan ganarse la vida de manera honesta.

Este tipo de actos de extorsión no solo afectan a los trabajadores informales, como los fotógrafos o los vendedores ambulantes, sino que también afectan a aquellos que poseen negocios más establecidos, como restaurantes, hoteles o tiendas. Los extorsionadores se aprovechan de la vulnerabilidad de los emprendedores, especialmente en lugares turísticos, donde la presencia de turistas puede hacer que las víctimas sean menos propensas a denunciar debido a la posible pérdida de clientela o la falta de seguridad.

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El hombre en estado de ebriedad exigió 10 soles al fotógrafo para permitirle continuar su labor en la playa Agua Dulce. (Wayka)

En algunas regiones del país, como en el Callao o en zonas cercanas a la selva peruana, la extorsión ha alcanzado niveles alarmantes. La delincuencia organizada está involucrada en muchos de estos casos, pues los grupos criminales han establecido “zonas de control” donde cobran un porcentaje a los comerciantes o les exigen un pago regular para “protegerlos” de otros delincuentes. Este fenómeno no se limita a las grandes ciudades, sino que se ha expandido a áreas rurales y turísticas.

Aunque el gobierno peruano ha implementado diversas medidas para combatir la extorsión, como el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad y la creación de unidades especializadas, el problema sigue siendo persistente. Las denuncias de extorsión, aunque en aumento, continúan siendo un tema delicado, ya que muchas víctimas tienen miedo de represalias o de que sus casos no sean atendidos adecuadamente por las autoridades.

¿Qué se puede hacer frente a la extorsión?

La extorsión sigue siendo una de las principales preocupaciones en cuanto a seguridad ciudadana en Perú. Para combatirla, es fundamental aumentar la presencia de las autoridades en las zonas más afectadas, reforzar la capacitación de la policía y promover una cultura de denuncia que permita a los ciudadanos sentirse protegidos al hablar con las autoridades. Además, es necesario que el gobierno implemente programas de prevención que eduquen a los ciudadanos sobre cómo detectar y manejar situaciones de extorsión, a la vez que se refuerzan las sanciones contra los extorsionadores.

El caso del fotógrafo de Agua Dulce es solo una muestra de una problemática más amplia que requiere atención inmediata. Mientras tanto, los habitantes de Chorrillos y otras zonas del país siguen enfrentándose a la dura realidad de vivir en una sociedad donde la extorsión parece ser una constante amenaza.