
Perú está experimentando un importante cambio demográfico del que poco se habla. De acuerdo con el último censo del INEI, en 2017, se contabilizaban 23.5 millones de personas con edad laboral. De ese total, el 17 % pertenecía al rango de edad de 50 a 64 años, mientras que el 9.8% superaba los 65. Esta cantidad ha continuado en aumento, acorde al envejecimiento poblacional a nivel mundial, y a raíz de ello surgen las siguientes preguntas: ¿qué oportunidades laborales se les brinda y brindará en el futuro a este segmento de la población? ¿Esperamos depender, para quienes lo tienen, de un sistema de pensiones que pueda no sea suficiente para cubrir las necesidades?
Hace un tiempo escribí el artículo “Empleabilidad y negocios más allá de los 50 años: ¿qué oportunidades se presentan?”, en el que se brindaron rutas laborales que podrían aplicarse, y ahora, a modo de continuación, quisiera reflexionar sobre los beneficios que generarían programas especializados para profesionales senior.
¿Por qué se torna necesaria una formación especializada?
El progreso tecnológico, donde destaca la irrupción de la inteligencia artificial, ha cambiado la dinámica laboral, estableciendo nuevas demandas que los profesionales más senior podrían no haber asimilado, ya sea de forma total o parcial. Ante esta situación, la formación en competencias digitales y temas de vanguardia en el ámbito empresarial se constituye en una exigencia apremiante. Es así como la creación de programas especializados para este sector de la población permitiría:
- Ponerlos al día en las herramientas digitales y permitir que continúen empleables al igual que los más jóvenes.
- Disminuir la brecha digital y potenciar su capacidad de adopción a contextos actuales. Aquí se debe considerar que este segmento tiene una gran ventaja: su mayor experiencia, la cual es invaluable.
- Promover el emprendimiento, generando oportunidades comerciales fundamentadas en su experiencia previa.
Combatiendo mitos: No se trata de discriminación, sino de inclusión
Algunos podrían percibir la formación orientada a profesionales senior como una segmentación discriminatoria. No obstante, en realidad, es una estrategia de inclusión que identifica sus necesidades particulares y le proporciona herramientas ajustadas a su situación, considerando tanto fortalezas y retos específicos.
Este método ya ha sido comprobado en otros países donde la “educación por fases de vida” es un hecho. En Europa y Norteamérica, universidades y centros de educación ejecutiva han llevado a cabo con éxito programas de upskilling (actualización de habilidades) y reskilling (reconversiones profesionales) para adultos mayores, fomentando un modelo de aprendizaje constante que se ajusta a la duración del trabajo.
En el escenario peruano, ofrecer formación centrada en profesionales de alto nivel no solo promueve la igualdad en el acceso al saber, sino que también lucha contra el edadismo, un problema que impacta a miles de empleados con experiencia que perciben disminuidas sus posibilidades de empleo debido a sesgos sobre su habilidad para adaptarse a la tecnología o la innovación.
¿Qué conocimientos y habilidades priorizar?
Para que estos programas resulten efectivos, deben centrarse en competencias fundamentales que permitan que los profesionales senior se mantengan competitivos en su trabajo, que puedan reengancharse en el mercado laboral o puedan impulsar sus propios proyectos. Dentro de los conocimientos o habilidades que más se pueden priorizar están:
- Gestión de herramientas tecnológicas como plataformas de trabajo colaborativo (Google Workspace, Microsoft 365).
- Cuidado de la información y seguridad informática para prevenir fraudes digitales.
- Uso de aplicaciones en la nube y automatización de procesos básicos en entornos digitales.
- Empleo de plataformas sociales (Facebook, Instagram, LinkedIn, TikTok) para posicionamiento de marca y alcances sobre publicidad en línea a través de Google Ads y Meta Ads para mejorar el alcance comercial.
- Aplicación de metodologías como Scrum y Lean para optimizar la eficiencia en proyectos empresariales.
- Uso de herramientas de gestión como Trello, Asana o Jira para coordinar tareas y equipos.
- Uso de plataformas de visualización como Power BI para la toma de decisiones basadas en métricas.
- Desarrollo de modelos de negocio sostenibles aplicando metodologías como Business Model Canvas.
En nuestro país resulta esencial que se priorice la formación de profesionales senior en competencias digitales y temas de vanguardia en el ámbito empresarial. En un entorno de trabajo en continua transformación, no podemos dejar que la experiencia y el saber obtenido por esta generación se desaprovechen debido a la ausencia de actualización. En cambio, debemos sacar provecho de su experiencia y fusionarla con instrumentos contemporáneos para que continúen brindando valor a las compañías, los proyectos empresariales y la sociedad en su conjunto.
Los beneficios de destinar recursos a la formación de este segmento de la población son evidentes: aumento de la posibilidad de empleo, aumento de la productividad, disminución de la brecha digital, fomento del emprendimiento, entre otros. Además, es la mejor manera de favorecer tanto a las personas como a la economía del país, puesto que fomenta una sociedad más justa e inclusiva.
Ahora, el desafío radica en la creación de políticas públicas, colaboraciones con el sector privado y programas de educación que promuevan este proceso de aprendizaje constante. Instituciones educativas, corporaciones y el estado deben colaborar para generar oportunidades de capacitación accesibles, relevantes y de excelente calidad para los profesionales de alto nivel. Solo de esta manera conseguiremos un país en el que la edad no represente un impedimento, sino una ventaja competitiva sustentada en la constante actualización y la integración digital.
