
Natural de Trujillo cuando la ciudad de la eterna primavera todavía era un bastión del Partido Aprista Peruano. Daniel Salaverry estudió arquitectura en la Universidad Privada Antenor Orrego y luego en la Universidad César Vallejo del líder de Alianza para el Progreso, César Acuña, pero no obtuvo ningún título o grado académico.
Aún así, inició su carrera política en el partido de Haya de la Torre en el 2002 y cuatro años después llegó a la Municipalidad Provincial de Trujillo como regidor. Su intento de ser alcalde de la ciudad norteña fracasó y luego, en el 2014, fundó el Movimiento Político Democracia, Seguridad y Valores. Volvió a postular a la alcaldía de la mano de Fuerza Popular, pero tampoco obtuvo el respaldo popular.
Daniel Salaverry empezó a figurar en la política nacional cuando llegó al Congreso de la República con el partido liderado por Keiko Fujimori. Su lealtad a la bancada naranja lo llevó hasta la presidencia del Parlamento, aunque desde dicho puesto iniciaría su distanciamiento del fujimorismo.

La presunta falta de respaldo de la bancada naranja en medio de acusaciones en su contra por faltas al reglamento quebraron la confianza, hecho que fue confirmado por el trato que tuvo hacia Fuerza Popular durante los debates en el Congreso. Fue llamado traidor y enfrentó una moción de censura por parte de la agrupación de Keiko Fujimori.
El nuevo aliado
Salaverry saltó a las filas de Somos Perú, desde ahí participó en las elecciones generales de 2021 como candidato a la presidencia de la República. Llamó la atención que durante su campaña apareciera con el número uno de su lista al Congreso: Martín Vizcarra Cornejo. El expresidente buscaba regresar a la arena política luego de la vacancia en su contra a finales de 2020.
La campaña de Daniel Salaverry apenas consiguió 240.234 votos, los mismos que representaron el 1.7% de los votos válidos. Vizcarra consiguió 208.367 votos, los mismos que permitieron que Somos Perú consiguiera los escaños necesarios para formar una bancada.

A pesar de haber estado vinculado a partidos de derecha, Salaverry no tuvo reparos en asumir la presidencia del directorio de PerúPetro durante el gobierno de Pedro Castillo. Su llegada a dicha institución pública fue motivo de críticas que lo obligaron a dar un paso al costado. Este declaró que quería evitar que su nombramiento sea utilizado como herramienta de desestabilización para atacar al gobierno de entonces.
Condena de ocho años
La Sala Penal Especial de la Corte Suprema condenó al expresidente del Congreso, Daniel Salaverry, a ocho años de prisión efectiva por el delito de peculado doloso por apropiación para sí y para otros, en perjuicio del Estado peruano.

La acusación se basó en que, durante su gestión como congresista entre 2017 y 2018, Salaverry habría presentado informes falsos sobre actividades de representación en su región, La Libertad. Se le asignaron fondos para cubrir gastos relacionados con la semana de representación, pero en varias ocasiones no asistió a las actividades programadas y tampoco devolvió los fondos asignados. Las investigaciones señalaron que los informes incluían fotografías y registros de actividades que no se llevaron a cabo, lo que llevó a su acusación y posterior proceso penal.
Además de la pena privativa de libertad, la sentencia impone una inhabilitación de cinco años para ejercer cargos públicos y el pago de una reparación civil de S/119,578.80. La ejecución de la condena está suspendida hasta que la sentencia quede firme, permitiendo al acusado presentar un recurso de apelación. Mientras tanto, Salaverry debe cumplir con ciertas medidas, como presentarse mensualmente ante la autoridad judicial para control biométrico y no ausentarse de su lugar de residencia sin autorización judicial.