El cambio climático no afecta a todos por igual: investigadora peruana reveló su impacto diferenciado en los andes

Un estudio en Yauyos y Tanta reveló que el calentamiento global no solo altera el medioambiente, sino que también agudiza desigualdades de género y acceso a recursos

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La crisis climática impacta de manera diferenciada a hombres y mujeres en las comunidades altoandinas. (Foto: Universidad de Oregon)

El cambio climático no afecta a todos por igual, y en los Andes peruanos, las mujeres son especialmente vulnerables ante sus impactos. Así lo revela la investigación de Lorena Cárdenas, estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos), quien ha estado analizando la situación de comunidades rurales como Tanta y Yauyos. Su estudio sugiere que los efectos del calentamiento global no solo transforman el entorno, sino que también profundizan desigualdades de género y desafían los medios de vida tradicionales.

Una crisis que no es neutral

A través de su investigación en geografía humano-ambiental, Cárdenas ha identificado que la crisis climática impacta de manera diferenciada a hombres y mujeres en las comunidades altoandinas. En Tanta, un poblado con apenas 479 habitantes, el derretimiento de glaciares y el deterioro de los pastizales afectan gravemente la ganadería, actividad en la que muchas mujeres desempeñan un rol clave. Mientras tanto, en Yauyos, donde residen 1,481 personas, el aumento de temperaturas ha permitido la aparición de nuevos cultivos comerciales, una oportunidad económica que no necesariamente beneficia a todos por igual.

Según Cárdenas, las mujeres suelen estar más involucradas en la agricultura de subsistencia y en la gestión del hogar, lo que las hace más susceptibles a los efectos adversos del clima. La falta de acceso equitativo a recursos, capacitaciones y espacios de decisión agrava su situación, dejándolas con menos opciones para adaptarse a los cambios.

La Plaza de Yauyos. (Foto:
La Plaza de Yauyos. (Foto: Universidad de Oregon)

“El cambio climático no es solo una crisis ambiental, también es una crisis social y de género”, destaca su investigación, que busca generar evidencia para que estos factores sean considerados en las políticas de adaptación y mitigación.

Desafíos para la investigación en comunidades andinas

Uno de los mayores obstáculos que Cárdenas ha enfrentado en su investigación es la desconfianza de las comunidades hacia los académicos. Según su experiencia, los pobladores sienten que en el pasado “expertos” llegaron, recopilaron información y nunca regresaron para compartir los resultados. Esta práctica, conocida como “extractivismo académico”, ha dejado huellas que dificultan la relación con nuevos investigadores.

“En Yauyos, los pobladores sienten que en el pasado hubo algunos “expertos” o “investigadores” que solo llegaron, recopilaron información y nunca regresaron, ni siquiera para compartir los resultados con la comunidad. Esas malas experiencias generan dificultades iniciales para cualquier investigador externo. Por eso, es fundamental construir relaciones horizontales basadas en la confianza e implementar métodos participativos para co-producir el conocimiento con la gente local”, señaló la investigadora.

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La crisis climática impacta de manera diferenciada a hombres y mujeres en las comunidades altoandinas. (Foto: Universidad de Oregon)

Para contrarrestar esta percepción, Cárdenas ha optado por una metodología participativa, donde los conocimientos locales se integran al proceso de investigación. Su trabajo ha contado con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego del Perú y de la Pontificia Universidad Católica del Perú, así como de aliados locales como Romel Segura, un miembro de la comunidad que ha sido clave en la generación de confianza.

El reto de la migración y el futuro incierto

Otro factor preocupante que se desprende de su estudio es la migración de los jóvenes a las ciudades. Las comunidades rurales están envejeciendo y muchas tradiciones culturales están en riesgo de desaparecer. Con menos personas dedicadas a la agricultura y la ganadería, el conocimiento ancestral sobre la adaptación al clima también se está perdiendo.

A pesar de los desafíos, Cárdenas destaca que la riqueza cultural de los Andes sigue viva en sus habitantes. Experiencias como la “Tunantada”, una danza tradicional que simboliza la integración de diversos grupos sociales, reflejan la fortaleza de estas comunidades frente a la adversidad.

La investigación de Cárdenas subrayó la importancia de incluir una perspectiva de género en las estrategias de adaptación al cambio climático. La creación de políticas que garanticen la participación equitativa de mujeres en la toma de decisiones y el acceso a recursos es fundamental para enfrentar esta crisis de manera justa y sostenible.