Más de cuatro meses han pasado desde el feminicidio de Blanca Reyna Lara, de 20 años, cuyos brazos fueron hallados en un contenedor de basura en Huachipa el pasado 22 de octubre. La familia de la joven aún no encuentra justicia, mientras que el principal sospechoso, su expareja Pablo Valencia Román, de 43 años, logró salir del país y se encontraría en Argentina.
Un equipo de Latina Noticias visitó la vivienda de la madre de Blanca, Anita Lara, en Virú, La Libertad. En su cuarto, todo permanece intacto: su ropa, los perfumes que usaba antes de salir de casa y los peluches que alguna vez acompañaron sus sueños.
“Es su cuarto. No, no ha sido ocupado, porque para mí es muy doloroso”, dice Anita, conmovida al observar las fotos de su hija. “Todas sus cositas las conservo todavía. Es muy difícil para mí. Lo que han hecho con mi hija es muy duro”.
Un viaje sin retorno

El 19 de octubre del año pasado, Blanca viajó a Lima con la intención de trabajar. Su madre la despidió sin imaginar que sería la última vez que la vería con vida. “Mi hija salió de casa con su maleta, y verla regresar en un ataúd ha sido muy difícil. Solo creo en la justicia divina”, expresó Anita entre lágrimas.
La búsqueda de Blanca comenzó tres días después, el 21 de octubre. Durante diez días, su madre y familiares recorrieron Lima, Chao y Trujillo sin obtener respuestas. Finalmente, el 3 de noviembre, encontraron sus restos en la morgue de Lima.
El 22 de octubre, una recicladora había encontrado dos brazos calcinados en un contenedor de basura en la avenida Circunvalación. Uno de los miembros tenía un tatuaje de Lisa Simpson, lo que permitió identificar a Blanca. Sin embargo, hasta el día de hoy, el resto de su cuerpo no ha sido encontrado.

Según la Fiscalía, el principal sospechoso es su expareja Pablo Valencia Román, la última persona con la que Blanca tuvo contacto telefónico. Pese a ello, logró salir del país.
“Hay claros indicios que dan cuenta de que esta persona actualmente se encuentra en Argentina sin que tenga ningún tipo de requisitoria y pueda burlar a la justicia peruana”, advierte el abogado de la familia, Aaron Alemán.
Demoras y falta de justicia
La madre de Blanca denuncia la lentitud de las investigaciones y la falta de captura del sospechoso. “Es muy difícil, muy doloroso. Se está demorando demasiado en capturar al sospechoso”, reclama.
Incluso la entrega de los restos de Blanca tardó más de 100 días, a pesar de que la identificación por ADN estaba lista. “Después de cuatro meses nos entregaron parte del cuerpo, pero eso no significa que haya justicia. La justicia aún no ha llegado”, sostiene una familiar de la víctima.
Dos amigos de la víctima serían cómplices del macabro crimen

Dos personas han sido citadas a declarar. Uno de ellos es Fernando Zumarán, amigo de Blanca, quien estuvo presente en su velorio y entierro, pero no acudió a la Fiscalía. Un inquietante audio suyo lo ha puesto en la mira.
“Ella me dice para viajar, justo yo estaba por viajar a Lima. Entonces su marido me contacta y me dice ‘sabes qué, está Blanca’. Yo le digo ‘no sé’. Me dice ‘tengo un plan, te voy a pagar, pero no digas nada a nadie’. Me ofreció 100,000″, se le escucha decir.
En el mismo audio, Zumarán confiesa: “A mí me depositaron 10,000 soles a mi cuenta bancaria. Yo tengo ahí todas las pruebas”.
El abogado de la familia señala que este dinero podría estar vinculado al feminicidio. “Él tenía o debía presumir que esos 10,000 soles podrían corresponder a una posible comisión de un delito, como lamentablemente ocurrió con un feminicidio”, explica Alemán.
Tras conocerse este audio, la madre de Blanca denunció haber recibido amenazas. “Su amigo me llamó y me dijo que me iba a denunciar porque lo había involucrado. Yo le contesté: ‘Siempre te dije la verdad’. No entiendo su desesperación”, revela.
Sin embargo, no es la única persona —del círculo de amistad de la víctima— que podría brindar información clave sobre su asesinato, la ubicación del feminicida y los posibles cómplices. Cristian Sánchez, otro amigo de la víctima, negó conocer a Pablo Valencia, pero fue desenmascarado gracias a imágenes y mensajes que prueban lo contrario. En un audio de los primeros meses, Sánchez menciona:
“Me llamaron unos venezolanos que son del Tren de Aragua para que supuestamente devuelvan lo que Blanca robó. Le paso mi número para tener una conversación”.
Para el abogado de la familia de Blanca, esta conversación entre la señora Ana y Cristian buscaba desviar la investigación. Y es que, hasta ese momento, Cristian no sabía que la familia ya tenía información de que Blanca había sido víctima de feminicidio. Siete días después, Sánchez cambió su versión y dejó de responder a los mensajes de la familia. Sin embargo, tras hacerse público su nombre, esta semana volvió a contactar a los familiares de Blanca.
“Quiero aclarar esta situación. Si es necesario que vaya a declarar, lo voy a hacer, pero quiero hablar con ustedes primero. Me han expuesto en un peligro a mi familia y a mí”, escribió en un chat.
Más de 100 días sin respuestas
A pesar del tiempo transcurrido, no hay ningún detenido ni avances concretos en la investigación. La familia insiste en que las autoridades deben actuar con celeridad.
“Hacemos un llamado, una vez más, a la Policía Nacional del Perú, pero principalmente a la Fiscalía, para que puedan ejecutar una orden que debieron dar hace mucho tiempo, como la prisión preventiva”, exige el abogado.
Canales de denuncia y apoyo
Frente a esta crisis, las autoridades habilitaron diversas líneas de ayuda para atender casos de violencia de género. La Línea 113 brinda orientación en temas de salud, incluida atención psicológica y de emergencia. Por su parte, la Línea 100 ofrece soporte emocional y asesoría legal, mientras que el Centro de Emergencia Mujer (CEM) atiende a víctimas en sus oficinas distribuidas en todo el país.