El ministro de Defensa, Walter Astudillo, confirmó este domingo (09.03.2025) que los bomberos se retirarán a las 6 p.m. del lunes 10 de marzo de la zona del incendio en Barrios Altos, que lleva más de seis días ardiendo. En su intervención, Astudillo señaló que, a pesar del retiro de los bomberos, un equipo técnico especializado se hará cargo de la demolición de los edificios afectados debido a los riesgos derivados de la inestabilidad estructural de las construcciones.
“A partir de mañana (lunes), el grupo técnico se hará cargo de la demolición de los edificios afectados, mientras que los bomberos seguirán presentes en un rol secundario, para atender cualquier emergencia”, explicó Astudillo, quien resaltó la coordinación entre las diversas instituciones encargadas de la emergencia.
Horas antes del anuncio del ministro de Defensa, Alfonso Panizo, comandante de los bomberos, había expresado su frustración ante la falta de apoyo logístico y recursos suficientes para continuar con las labores de extinción del fuego. “Nosotros nos vamos mañana a las 6 de la tarde. Hemos ampliado el período, pero si la gente que tiene que hacer su trabajo no lo hace, nosotros no podemos hacer más”, afirmó Panizo, dejando en claro que el trabajo de los bomberos no puede seguir sin el respaldo necesario.
El incendio, que comenzó el lunes 3 de marzo en una zona de almacenes informales en el centro de Lima, ha afectado gravemente la infraestructura de la zona. Uno de los principales obstáculos ha sido la caída parcial de un edificio de nueve pisos, que ha puesto en peligro la seguridad de los bomberos. “Nadie se va a meter ahí a trabajar porque ese edificio está en el aire”, advirtió Panizo, haciendo referencia al peligro de los escombros y la inestabilidad de la estructura afectada.
La falta de recursos como cisternas y equipos especializados también ha complicado el control del incendio. “Si no tenemos diez cisternas una detrás de la otra, este incendio va a seguir durando”, dijo Panizo, haciendo un llamado urgente a las autoridades para que proporcionen el equipo necesario.

La demolición anunciada por Astudillo
El ministro Walter Astudillo no dio detalles de cómo seguirán enfrentando el fuego que persiste en el lugar y centró sus declaraciones en mencionar que la informalidad en la zona es uno de los factores clave que contribuyeron a la magnitud del incendio.
“Tenemos mucho que hacer por mejorar la fiscalización”, indicó el ministro, quien también destacó la importancia de la colaboración entre el sector público, el privado y entidades como el Colegio de Ingenieros del Perú para enfrentar la crisis.
“Esto demuestra que, cuando se trabaja de manera articulada entre los diferentes niveles de gobierno, el sector público y privado, se puede enfrentar de manera más efectiva cualquier crisis", concluyó.

Claves para entender por qué continúa la emergencia
Desde el lunes 3 de marzo, equipos de bomberos han estado luchando contra un devastador incendio en el Centro Histórico de Lima, en el área de Barrios Altos, un sector caracterizado por sus calles estrechas y una alta densidad de almacenes y viviendas. El fuego se originó en un depósito ilegal de juguetes y alimentos envasados y rápidamente se propagó a varios edificios comerciales de la zona.
Aunque no se han reportado víctimas mortales ni heridos de consideración, la magnitud del incendio y las condiciones para extinguirlo presentan varios desafíos significativos. Aquí, las principales claves que explican por qué los bomberos no han podido apagar el incendio aún:
- Falta de agua suficiente: La escasez de agua es una de las principales barreras en los esfuerzos de extinción. Los bomberos han explicado que los recursos disponibles son insuficientes para sofocar el incendio, y se necesitan de ocho a diez veces más agua para cubrir las necesidades del siniestro. A pesar de que se han inflado varias piscinas en la zona para almacenar agua, la cantidad actual sigue siendo muy limitada para atender un incendio de esta magnitud.
- Condiciones de los edificios: Los edificios afectados presentan condiciones de alta vulnerabilidad. Muchos de ellos carecen de las normas mínimas de seguridad, lo que impide una respuesta eficiente de los bomberos. En particular, estos edificios no cuentan con escaleras de emergencia, accesos adecuados ni sistemas de protección contra incendios como aspersores, lo que complica la tarea de los equipos de rescate y aumenta el riesgo para los residentes y los bomberos.
- Hidrantes no operativos: La infraestructura hídrica en la zona también es deficiente. La mayoría de los hidrantes no están operativos o no cuentan con el mantenimiento adecuado, lo que reduce las opciones de acceso rápido al agua en una emergencia. Según los bomberos, la falta de hidrantes funcionales aumenta significativamente la dificultad para contener el incendio, ya que dependen de cisternas que requieren mayor tiempo para abastecerse.
- Dificultades de acceso: Las calles angostas y el tráfico de personas y vehículos en la zona impiden un acceso rápido y ágil para los bomberos. La mezcla de viviendas y almacenes en el área genera un entorno complicado para las labores de extinción, ya que las calles estrechas dificultan la entrada de los camiones de bomberos y la colocación de mangueras en lugares estratégicos.
- Uso de materiales inflamables: El incendio se ha intensificado debido a la gran cantidad de materiales inflamables almacenados en los edificios afectados. Los productos como plásticos y otros compuestos altamente combustibles han facilitado la rápida propagación del fuego, lo que ha incrementado la magnitud del siniestro y dificultado la contención de las llamas. Esto ha causado una humareda densa y tóxica que ha sido visible a varios kilómetros y que también representa un riesgo para la salud de los vecinos.