
En el Día Internacional de la Mujer, celebrado el 8 de marzo de 2025, la Red Nacional de Mujeres de la Agricultura Familiar (RENAF) organizó un encuentro para resaltar la importancia del trabajo de las mujeres rurales en el Perú. El evento tuvo como objetivo no solo conmemorar las luchas históricas de las mujeres, sino también reflexionar sobre los retos que enfrentan las trabajadoras rurales en su búsqueda de igualdad y reconocimiento. Este esfuerzo se enmarca en la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria del país, un desafío que, según la organización, está intrínsecamente ligado al reconocimiento del rol de las mujeres en la agricultura familiar.
De acuerdo con Claudia Coari, excongresista por Puno entre 2011 y 2016, las mujeres rurales son un pilar fundamental en la agricultura familiar, un sector clave para la alimentación del Perú. Coari destacó que, a pesar de los avances logrados, las mujeres aún enfrentan barreras significativas para que se respeten plenamente sus derechos. “Las mujeres rurales deben empoderarse en sus comunidades y trabajos. Aunque hemos avanzado, todavía falta mucho para que se respeten plenamente nuestros derechos”, afirmó durante el evento.

La lucha histórica de las mujeres rurales por sus derechos
La historia de las mujeres rurales en el Perú está marcada por una constante lucha contra la discriminación y el maltrato. Según Claudia Coari, en el pasado, las mujeres no tenían voz ni derecho a participar en la toma de decisiones, lo que las llevó a organizarse para exigir cambios. “Fue un momento crucial cuando las mujeres dijeron ‘basta’ al maltrato y la discriminación. Desde entonces, hemos avanzado, pero aún queda mucho por hacer”, señaló.
Coari también subrayó que las mujeres rurales son las principales responsables de la seguridad alimentaria en sus comunidades. Su trabajo en la producción de alimentos como papa y cañihua es esencial para el sustento de las ciudades, aunque muchas veces no es reconocido ni valorado. Además, criticó la falta de apoyo estatal hacia los pequeños agricultores, quienes enfrentan problemas como el uso excesivo de químicos en los cultivos, lo que genera dependencia de las grandes transnacionales y afecta la salud de las comunidades.

La doble carga de las mujeres en la agricultura familiar
Por su parte, Maribel Molina, representante de RENAF en Huancavelica, destacó que las mujeres rurales no solo trabajan la tierra, sino que también asumen múltiples responsabilidades en el hogar, como el cuidado de los hijos, los animales y la atención de la familia. Según Molina, esta doble carga hace que el trabajo de las mujeres en la agricultura familiar sea incluso mayor que el de los hombres.
Molina enfatizó que la participación de las mujeres en la agricultura familiar es crucial para el desarrollo del sector, que constituye la base de la alimentación en el Perú. Sin embargo, señaló que el machismo sigue siendo un obstáculo importante en regiones como Huancavelica. En muchas reuniones comunitarias, la voz de las mujeres no es escuchada, y su participación en cargos políticos suele ser simbólica, limitada a cumplir con cuotas. “Nos incluyen en las planchas de alcaldía solo como un requisito, no por nuestra capacidad o convicción. Es fundamental que estos espacios sirvan para intercambiar ideas y fortalecer nuestra voz”, afirmó.

El trabajo de RENAF en favor de la autonomía rural
Desde su creación en 2017, la Red Nacional de Mujeres de la Agricultura Familiar (RENAF) ha trabajado para fortalecer la independencia de las comunidades rurales. Según informó la organización, su labor se centra en capacitar a las familias campesinas en el cultivo de productos agrícolas y la cría de animales de corral, promoviendo prácticas sostenibles que reduzcan el impacto de los plaguicidas en los cultivos.
Actualmente, RENAF agrupa a 667 familias organizadas en 30 asociaciones registradas en Sunarp, distribuidas en regiones como Huancavelica, Ayacucho, Cusco, Apurímac y, próximamente, Ucayali. Entre los cultivos promovidos por la red se encuentran productos tradicionales como zapallo, lechuga, cebolla y zanahoria, así como cultivos en invernaderos, como tomate, rocoto y aguaymanto. Además, fomenta la cría de aves y otros animales, adaptándose a las condiciones específicas de las comunidades rurales.
El trabajo de RENAF no solo busca garantizar la seguridad alimentaria, sino también empoderar a las mujeres rurales, promoviendo su participación activa en la vida política y social del país. Según Maribel Molina, garantizar el acceso de las mujeres a recursos, oportunidades y espacios de decisión no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia clave para construir un futuro más equitativo y sostenible para el Perú.
