Profesor de San Marcos sorprendido por la estricta seguridad en examen de admisión: “Nos revisaron tipo aeropuerto”

El docente que le tocó ser parte del equipo de observadores del proceso de admisión destacó el profundo significado que tiene para las familias el examen de ingreso, y cómo representa una oportunidad única para que sus hijos logren alcanzar una vacante en la Decana de América

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La Policía Nacional del Perú
La Policía Nacional del Perú vigiló los exteriores del campus universitario. | UNMSM

Cada año, miles de jóvenes se enfrentan al reto más grande de sus vidas: el examen de admisión a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Para muchos, es la puerta de entrada a un futuro profesional, y para otros, la oportunidad de transformar sus vidas. Sin embargo, detrás de las largas colas y los nervios de los postulantes, hay un estricto operativo de seguridad que garantiza que el examen se realice de manera justa y sin trampas.

Oswaldo Bolo, docente de la universidad, fue testigo de todo el proceso el pasado 1 de marzo, primer día de las pruebas. A través de sus redes sociales, compartió una visión única sobre la rigurosidad del operativo de seguridad que rodea la prueba y las tensiones que los jóvenes enfrentan en ese día crucial. Para Bolo, lo que sucedió ese sábado en San Marcos fue mucho más que un simple examen, sino toda una experiencia.

“Cuidé el examen de admisión en San Marcos, la universidad pública más grande de Perú y la más antigua de América. Algo que me sorprendió fue la seguridad. En serio no se imaginan el nivel de seguridad que se dio en ese examen”, publicó en su cuenta de X.
Testimonio de uno de los
Testimonio de uno de los profesores del examen de admisión San Marcos. Captura: X/ @Oswaldo_Bolo

El primer reto que enfrentó Bolo fue pasar por los inflexibles controles de seguridad dispuestos para los docentes encargados de velar por el desarrollo del examen. Para ingresar al campus de San Marcos, Bolo tuvo que atravesar tres registros de seguridad, uno de ellos particularmente invasivo, en el cual le pidieron que se despojara de todo objeto metálico, como si se tratara de un procedimiento de control de un aeropuerto.

“Para entrar, los docentes pasamos por tres registros, incluyendo unos en el que, tipo aeropuerto, nos hicieron quitarnos todo lo metálico. Pero no solo eso, no podíamos llevar celulares, libros, tarjetas de débito”, compartió en su red social.

Este nivel de control es parte de las estrictas medidas que la universidad ha implementado para evitar cualquier tipo de irregularidad durante el examen. La seguridad se aplica con el objetivo de garantizar que no se den casos de fraude o manipulación del proceso. Sin embargo, para los docentes encargados de velar por el correcto desarrollo de la prueba, estas medidas sorprendieron por su nivel de detalle y precisión.

Los postulantes, una vez en
Los postulantes, una vez en las aulas, esperaban a que sean llamados de acuerdo a la lista para recibir el kit del examen. - Crédito: UNMSM

Postulantes son estrictamente vigilados durante examen

Los postulantes también debían cumplir con rigurosos requisitos de presentación. A diferencia de otros exámenes de admisión en otras universidades, en San Marcos los jóvenes debían presentarse con un buzo, zapatillas y un polo de algodón. En el caso de los postulantes con el cabello largo, se les ayudaba a amarrarse el pelo con una liga blanca para asegurarse de que su cuello estuviera siempre visible.

“Con los postulantes era igual, pero, además, les exigieron que vayan en buzo, zapatillas y polo de algodón. Quienes tenían el cabello largo eran asistidos por personas que les amarraban el cabello con una liga blanca. El cuello tenía que estar siempre visible”, detalló el docente en su publicación.

Estas estrictas medidas de seguridad tenían como finalidad evitar que los postulantes pudieran ocultar algún dispositivo o material para hacer trampa.

El limitado número de vacantes
El limitado número de vacantes en San Marcos genera intensa competencia entre postulantes. - Crédito: UNMSM

Una vez dentro del salón de exámenes, los postulantes continuaron bajo una estricta vigilancia. Estaban constantemente supervisados no solo por los docentes, sino también por un equipo de revisores que, con dispositivos electrónicos, revisaban meticulosamente el cabello y el cuerpo de cada uno para detectar cualquier intento de fraude. Las horas pasaron de manera intensa, con los jóvenes permaneciendo en sus asientos por cerca de cinco horas, sin poder tomar agua y con pocas oportunidades de salir al baño.

“Los postulantes estuvieron allí por casi cinco horas. Fue intenso. Cuerpos hipervigilados, sin poder tomar agua, con pocas opciones de salir al baño”, comentó Bolo, quien expresó su sorpresa ante la rigurosidad del proceso.

“Solo pasan quienes realmente tienen el puntaje”

El examen de admisión San Marcos es reconocido como un proceso de radical democratización y meritocracia, donde todos los postulantes, sin importar su procedencia, enfrentan las mismas pruebas para ganarse una vacante. Sin embargo, Bolo se cuestionó si esta forma de llevar a cabo el examen era la más idónea, dado el nivel de control y el estrés que genera en los postulantes.

Un docente es asignado a
Un docente es asignado a un aula para vigilar el desarrollo del examen de admisión San Marcos. (Foto referencial/ Andina)
“Me pregunto si esta es la forma más idónea de llevar a cabo este proceso. Con todo, esto no melló en nada la algarabía de la multitud que, afuera, esperaba y alentaba a los postulantes”, reflexionó.

Bolo también recordó una conversación con alguien que le había comentado que, además de las elecciones políticas, el examen de ingreso a San Marcos era otro de los procesos de radical democratización en el país, donde solo quienes realmente tienen el puntaje necesario logran acceder a una vacante.

“Solo pasan quienes realmente tienen el puntaje. No importa de dónde vengas o dónde te hayas preparado, todos compiten en las mismas condiciones por una vacante”, indicó el docente.

Padre orgulloso habla sobre su hija, una de las postulantes a san Marcos

Mientras se dirigía hacia el campus, Bolo tuvo una conversación significativa con un taxista, quien le relató con orgullo la historia de su hija, una de las postulantes. El padre era consciente de que, para su hija, ingresar a San Marcos representaba mucho más que un simple examen; era la oportunidad de cambiar su futuro y el de su familia.

Familiares se encuentran con los
Familiares se encuentran con los jóvenes postulantes luego del examen. - Crédito: UNMSM
“Es la segunda sanmarquina en la familia” y “no sabe lo orgulloso que nos sentimos cuando entró”, fueron algunas de las frases del padre a Bolo. Para este taxista, como para tantas familias, el examen de admisión era visto como la promesa de un futuro mejor, la posibilidad de crecer y de lograr una meta que parecía lejana.

“Mejor explicado lo que significa el examen para muchas familias, esa promesa de futuro, cambio y ascenso social para sus hijos, imposible”, concluyó Bolo, sintetizando el profundo significado que tiene este proceso para todos los involucrados.