
Un nuevo flujo de lodo volcánico descendió por la quebrada Volcanmayo, en el sector sureste del volcán Ubinas, dentro de la región Moquegua. El Instituto Geofísico del Perú (IGP) informó que el evento ocurrió el 4 de marzo a las 17:09 horas y movilizó sedimentos, piedras y agua en dirección al río Ubinas.
Este fenómeno ocurre pocos días después de un evento similar registrado el 26 de febrero en el mismo lugar. Las condiciones meteorológicas y la inestabilidad del material acumulado en las laderas del volcán favorecen la formación de estos flujos, que pueden representar un riesgo para los distritos de Ubinas, Matalaque y comunidades aledañas, debido a la posibilidad de afectación en caminos, cultivos e infraestructura.
Características del fenómeno
El flujo registrado a las 17:09 horas del 4 de marzo es una consecuencia de las lluvias intensas en la zona, que movilizan materiales inestables acumulados en las laderas del volcán. Según el IGP, “en nuestro país, durante la temporada de lluvias, las quebradas que nacen en edificios volcánicos y a lo largo de la cordillera pueden experimentar el descenso de flujos de lodo de distintos volúmenes. Si estos flujos contienen material volcánico, se llama lahares, mientras que si están compuestos por materiales clásticos (como gravas y arcillas), se denominan huaicos”.
Los lahares pueden presentarse de manera repentina y con una velocidad considerable, arrastrando todo a su paso. La composición del material transportado por el lahar de Volcanmayo incrementa el riesgo de desbordes en el río Ubinas, lo que podría afectar zonas de cultivo y viviendas situadas cerca del cauce.

Recomendaciones para la población y autoridades
Ante esta situación, el Instituto Geofísico del Perú emitió una serie de recomendaciones para reducir los riesgos asociados al lahar. A la población, se le insta a evitar acercarse a las quebradas y torrenteras cercanas al volcán, así como a no transitar por las vías de acceso que cruzan estas zonas. También se aconseja no realizar fotografías en las inmediaciones de la actividad volcánica, debido a la posibilidad de eventos súbitos que pongan en peligro la integridad de los ciudadanos.
Las autoridades locales deben evaluar el impacto del flujo en las comunidades y en la infraestructura, incluyendo carreteras y sistemas de riego. Se recomienda revisar el estado de reservorios y canales de agua para prevenir daños adicionales y garantizar el abastecimiento a las localidades afectadas. Asimismo, se sugiere activar planes de emergencia y reforzar las medidas de prevención en las zonas expuestas.
El volcán Ubinas mantiene su proceso eruptivo, aunque con una disminución en sus principales parámetros de actividad, como la sismicidad y las emisiones de cenizas y gases. Actualmente, el nivel de alerta se encuentra en amarillo, lo que indica que el monitoreo debe continuar de manera constante para detectar cualquier cambio en su comportamiento.
Monitoreo del Volcán Ubinas

El volcán Ubinas es considerado el más activo del Perú, con más de 28 episodios eruptivos registrados en los últimos 500 años. Su actividad es observada permanentemente por el Centro Vulcanológico Nacional (CENVUL), que cuenta con estaciones sísmicas, cámaras científicas, inclinómetros y sensores de gases para evaluar cualquier cambio en su comportamiento.
Actualmente, el nivel de alerta del volcán se mantiene en amarillo, lo que indica una vigilancia constante ante posibles variaciones en su actividad. El IGP destaca la importancia de estar informados y seguir las recomendaciones de los organismos encargados de la gestión del riesgo, con el fin de reducir el impacto de estos eventos en la población y su entorno.
El monitoreo continuará para detectar nuevos desplazamientos de lodo y determinar posibles afectaciones en las próximas horas. La coordinación entre instituciones y autoridades locales es fundamental para tomar medidas preventivas y garantizar la seguridad de los habitantes de las zonas vulnerables.