
En el vertiginoso mundo de la tecnología, incluso los gigantes pueden tropezar. Un ejemplo claro es el incidente de 2020, cuando Amazon Web Services (AWS), la plataforma de servicios en la nube, sufrió una interrupción significativa que afectó a miles de empresas en todo el mundo. Durante varias horas, servicios críticos quedaron inactivos, lo que provocó pérdidas estimadas en $110 millones y afectó a más de 1 millón de usuarios. Este evento subraya la importancia de la observabilidad en las aplicaciones móviles y cómo puede marcar la diferencia entre una rápida recuperación y un desastre prolongado.
¿Qué es observabilidad? ¿Qué es lo que queremos ver? Se refiere a la capacidad de comprender, medir y analizar el estado interno de un sistema de software en tiempo real. Consiste en la recolección, análisis y visualización de datos relevantes para entender el rendimiento, el comportamiento y la salud de una aplicación o sistema. Las empresas más avanzadas en este frente —de hecho, Google es la pionera en el tema— utilizan herramientas que permiten la supervisión, el registro, el seguimiento y la depuración de sistemas para identificar y resolver problemas rápidamente. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también proporciona una visión integral del estado de sus servicios, permitiendo una respuesta proactiva a cualquier anomalía.
¿Pero cómo aterrizamos este concepto? La observabilidad no es solo una palabra de moda; es una necesidad crítica para cualquier producto digital. Contar con herramientas adecuadas, procesos bien definidos y personal capacitado es esencial para mantener la salud de las aplicaciones móviles. Sin este monitorea constante, los equipos de operaciones estarían navegando a ciegas, incapaces de anticipar o responder eficazmente a los problemas que puedan surgir. Esto puede afectar directamente a indicadores clave como el tiempo de inactividad, la satisfacción del cliente y la tasa de retención de usuarios.
Mantener la calma en momentos de crisis es fundamental. Las interrupciones y fallos como los que le ocurrieron a AWS son inevitables en el mundo de la tecnología, pero lo que realmente importa es la capacidad de recuperación y resolución rápida. La observabilidad proporciona la visibilidad necesaria para identificar rápidamente la causa raíz de un problema y tomar medidas correctivas. Esto no solo minimiza el tiempo de inactividad, sino que también reduce el impacto en los usuarios finales y protege incluso hasta la reputación de la empresa.
En toda esta implementación, indicadores como el tiempo promedio de resolución y la tasa de cierre de incidentes son cruciales para evaluar la eficacia de la respuesta a incidentes, mientras que otros como la tasa de satisfacción del cliente y el retorno sobre la inversión (ROI) también pueden verse significativamente impactados por la calidad de la observabilidad implementada.
Finalmente, las decisiones de negocio y las tecnológicas tienen que ir de la mano. La observabilidad debe ser una consideración clave en la estrategia empresarial, ya que afecta directamente la experiencia del usuario y, por ende, el éxito del negocio. Invertir en ella no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también proporciona datos valiosos que pueden informar decisiones estratégicas.
En resumen, la observabilidad en las aplicaciones móviles es esencial para cualquier empresa. Hoy las caídas o intermitencias son incidentes que pueden afectar a cualquier empresa o producto digital. Lo importante es que en el momento que suceda tengamos los lentes y los mapas necesarios para navegar con firmeza y no sostener nuestras estrategias en bolas de cristal.
