Las infraestructuras recreativas y culturales en los distritos son importantes para mejorar la calidad de vida de los vecinos. Estos espacios brindan a niños y adolescentes la oportunidad de desarrollar sus habilidades, fomentar la creatividad y fortalecer la convivencia comunitaria. Además, permiten a las familias disfrutar de actividades al aire libre.
Las autoridades, al ofrecer espacios donde personas de distintas edades pueden participar, fomentan el aprendizaje y el desarrollo personal. Construcciones como la pista de skate y el anfiteatro se convierten en herramientas medulares para reducir la violencia, promover la cultura local y brindar a cada individuo la oportunidad de crecer y expresarse de manera positiva.
Precisamente estas infraestructuras se encuentran en un parque zonal ubicado en el límite de los distritos limeños de El Agustino y Ate Vitarte. A pesar de su propósito, son pocos los que usan sus patinetas o bicicletas en las pistas diseñadas para los deportistas. Las gradas del anfiteatro, cubiertas de polvo y olvido, permanecen casi siempre vacías.

El parque zonal Cahuide y sus infraestructuras abandonadas
El parque zonal Cahuide, ubicado en la avenida Los Parques 251 – Fundo Valdiviezo, cuenta con un polideportivo de 5.000 metros cuadrados que beneficia a los vecinos de El Agustino, Santa Anita, Cercado de Lima, San Luis y La Victoria. En sus 57,6 hectáreas, personas de todas las edades pueden disfrutar de diversas actividades culturales, educativas y recreativas.
Según la información publicada en la página web del Servicio de Parques de Lima (Serpar), este espacio ofrece diversas actividades recreativas. Los visitantes pueden caminar, trotar o correr, así como recorrer en bicicleta los circuitos señalizados, siempre con casco obligatorio.
También es posible disfrutar de un picnic, leer o simplemente relajarse en las áreas verdes. Para quienes buscan opciones más dinámicas, el parque cuenta con un skatepark, una pista atlética y juegos infantiles con aforo limitado. Además, se puede alquilar parrillas para reuniones al aire libre o visitar la minigranja.

El club metropolitano también dispone de un miniestadio de fútbol, un salón de juegos y varias losas deportivas. Además, ofrece espacios dedicados a la cultura, como el anfiteatro y la ludoteca, donde los visitantes pueden demostrar sus capacidades y talentos.
Antes de su modernización en 2015, el parque zonal estaba rodeado por extensas áreas de tierra, y el único concreto se encontraba en las losas deportivas. Según un boletín de la Municipalidad de Lima, esa era la realidad hasta que se llevaron a cabo mejoras que hoy permiten a los visitantes disfrutar de áreas verdes y espacios recreativos y culturales.

“El Parque Zonal N.º 17 Cahuide fue el primero en hacerse realidad. El 14 de agosto de 1970 se colocó la primera piedra en un terreno de Ate, cerca de la falda del cerro que colindaba con El Agustino. La inauguración oficial se realizó el 14 febrero de 1971, con desfiles y danzas folclóricas. El lugar no tenía rejas y estaba delimitado solo por las losas de fútbol, con juegos infantiles instalados en terrenos allanados y sin vegetación”, se lee.
Antes de su remodelación, el parque era visitado por pocas familias debido a la escasa seguridad. Sin embargo, la situación mejoró con la construcción del polideportivo, la pista de skate, el anfiteatro, entre otros; estas dos últimas infraestructuras lucen abandonadas.
En el canal de YouTube Julito TV Oficial se puede observar cómo estas construcciones recreativas y culturales están llenas de polvo y completamente vacías. Pese a que están operativas, casi nadie se anima a utilizarlas y pisar su concreto pulido.
“Miren, amigos, un skatepark en perfecto estado, pero abandonado”, comentó el youtuber Julito, quien conversó con los vecinos de El Agustino.

“Allá está el anfiteatro. No viene mucha gente, pero sería bueno que las personas se animaran a venir al parque Cahuide”, dijo, resignado, el morador que conversó con el youtuber.
Si bien su estado refleja cierto abandono, no se puede decir lo mismo de todo el parque zonal Cahuide. Los fines de semana, numerosas familias lo visitan y disfrutan del ambiente con la confianza de estar en un espacio recreativo dentro de un distrito seguro. No obstante, según los vecinos que hablaron con Julito, las calles aledañas sí representan un foco de inseguridad.