Desde la noche del 3 de marzo, un incendio consume tres almacenes informales de juguetes y plásticos ubicados en la zona de Barrios Altos, en Cercado de Lima y, pese a los intentos de una brigada de más de 50 unidades de bomberos, el siniestro catalogado como uno de ‘código 4’, aún no es controlado.
La situación no es nueva en Cercado de Lima y mucho menos en Lima Metropolitana. De hecho, en los últimos 5 años, desde el 2019, se han reportado al menos cuatro siniestros de la misma categoría, que sirve para identificar una “tragedia local”, según la clasificación de magnitudes de los incendios, publicada por el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) en el año 2012
¿Cuáles son las características comunes de los incendios código 4?
De los cuatro incendios registrados con esta magnitud, el más reciente en noviembre del 2024. Este último también en Barrios Altos, aunque también los hubo en San Juan de Lurigancho (2020 y 2022), además de Mesa Redonda (2019). Todos tienen características comunes que permiten explicar por qué ocurrieron.
Estos se produjeron en zonas comerciales, al interior de galerías o almacenes de productos, y en todos se pudo detectar algún indicio de informalidad, como es el caso del producido en marzo del año 2022 en San Juan de Lurigancho, cuando un incendio afectó una fábrica de insumos químicos y se requirió la presencia de más de 27 unidades de bomberos.

En aquella oportunidad, Mario Casaretto, quien ya era comandante de los bomberos, indicó que esta se encontraba en medio de una zona de viviendas. “Se empezaron a prender primero los techos de las viviendas y luego las viviendas en toda su extensión”, indicó en esa oportunidad.
Días después, en menos de dos semanas, una fábrica de telas cercana también se incendió y fue la que finalmente alcanzó la categoría de ‘código 4′.
Zonas comerciales y almacenes clandestinos
El incendio actual ocurre en un almacén clandestino de juguetes, ubicado en el último piso del edificio ubicado en el jirón Cangallo 400. Esta situación es similar a la ocurrida en noviembre del año 2024, cuando el último piso de un edificio, también ubicado en Barrios Altos entre los jirones Huanta y Cusco, se incendió.
Aunque en un principio se pensaba que se trataba de un almacén de artefactos pirotécnicos, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú determinó que el siniestro no había iniciado en este local y que en realidad no almacenaba pirotécnicos, pero sí productos navideños que eran, en su mayoría, altamente inflamables.

El jefe departamental de los Bomberos de Lima, Rafael Loza, indicó en ese entonces a la Agencia Andina que “gran parte de esto se debe a la constante violación de los reglamentos nacionales de edificaciones. Esto es precisamente lo que ocasiona fuegos fuera de control cada vez más frecuentes".
Una situación similar se presentó en el año 2020, cuando un incendio consumió 15 locales al interior de la zona comercial conocida como ‘La Cachina’ en San Juan de Lurigancho, que no contaba ni con autorización de funcionamiento y en el que se reportaron serias deficiencias estructurales.
En Mesa Redonda, por ejemplo, en el año 2019, se produjo un incendio en un almacén al interior de una galería comercial en el que se guardaban productos altamente inflamables junto a una quinta, que también terminó afectada por el desastre.
“Ese es el tema de informalidad, donde no se respeta el uso que el propio municipio da para las áreas construidas. Tenemos almacenes informales con material altamente inflamable (...)“, indicó el entonces presidente Martín Vizcarra cuando se acercó a la zona.

“Los depósitos son una bomba de tiempo”
Una de las personas afectadas por el incendio actual en Barrios Altos, indicó en Latina que hasta el momento no han recibido ayuda para enfrentar un futuro en el que no tienen a dónde ir luego de que el incendio afecte al menos a 7 quintas que ya han sido afectadas por el siniestro de código 4 y pidió que las autoridades eviten que se construyan más almacenes informales.
“Lo primero que tienen que hacer es los depósitos. Tratar de que no hagan estos depósitos que son bombas de tiempo. Han aumentado bastante. Si va a seguir así, ya no habrá viviendas, todo serán depósitos (...)”, indicó una mujer que tiene familiares en la zona afectada.
“No tenemos a dónde ir y queremos que por favor nos ayuden. El alcalde no se pronuncia hasta ahora. Recién vemos a la policía de rescate. Ellos dicen que han estado en otros lados, pero no es dable que esperen que colapse para recién hacer algo. No nos ayudan”, afirmó.