La renovación de tres puentes antiguos sobre la Carretera Central, una de las rutas más importantes del Perú, será una realidad tras la firma de un acuerdo para la elaboración de un estudio definitivo de ingeniería entre el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y la empresa concesionaria Deviandes.
Estos puentes, que datan de hace varias décadas, están ubicados en puntos estratégicos de la Carretera Central y su reemplazo promete mejorar la seguridad vial y la calidad del tránsito.
Según el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, la renovación de estas infraestructuras, ubicadas en el subtramo 2: La Oroya – Huancayo y el subtramo 3: La Oroya - Desvío Cerro de Pasco, comenzará con la elaboración de un estudio técnico.
Este reemplazo afectará a los puentes situados en el kilómetro 5, en el caso del puente de La Oroya, y el puente Siberia, en el kilómetro 12. Por otro lado, en el subtramo 3, el puente ubicado en el kilómetro 11 será también renovado. Estos puentes son parte de la concesión IIRSA Centro, Tramo 2, que atraviesa uno de los puntos más transitados del país.
Importancia del reemplazo
Los puentes en cuestión llevan en funcionamiento por más de 50 años y su antigüedad genera cierta preocupación en cuanto a su capacidad para soportar el volumen actual de tráfico.
De acuerdo con el MTC, la renovaciones buscan evitar que estos puentes sigan presentando riesgos para los miles de conductores y transportistas que utilizan la carretera a diario.
En cuanto a las motivaciones detrás de la intervención, Pérez Reyes destacó que el objetivo no solo es mantener la seguridad, sino también optimizar las condiciones de la infraestructura para que los viajeros puedan transitar con mayor comodidad y eficiencia.
El Ministerio de Transportes ya solicitó a Deviandes, concesionaria encargada de la operación de esta infraestructura, que elabore un informe técnico sobre la necesidad de intervenir otros cuatro puentes adicionales ubicados en el subtramo 1: Puente Ricardo Palma – La Oroya, específicamente los puentes Habich, Llican, Huallatupe y Tamboraque III. Esta solicitud forma parte de un plan más amplio para modernizar la carretera y reducir los riesgos asociados a la infraestructura envejecida.
Conexión directa
El reemplazo de los puentes se enmarca dentro de una serie de intervenciones que el MTC impulsa para modernizar la red vial del país. Entre ellas destaca la Nueva Carretera Central, una megaobra de 185 kilómetros que busca mejorar la conectividad entre la costa y el centro del Perú. Esta vía, que incluye un túnel de 6 kilómetros que unirá el distrito de Ate con el Valle de Lurín, permitirá reducir significativamente los tiempos de viaje entre Lima y Junín, pasando de más de seis horas a solo dos y media. La construcción de este proyecto comenzará a finales de 2025, con el respaldo del gobierno francés.
Aunque el reemplazo de los puentes es solo una parte de la transformación de la Carretera Central, se espera que, a largo plazo, todas estas obras contribuyan a la seguridad y el desarrollo económico de las zonas que atraviesa. La nueva infraestructura no solo mejorará la conectividad, sino que también reducirá el tiempo que toman los transportistas en completar sus trayectos, lo que se traduce en ahorros económicos y en un aumento en la competitividad de la región central del país.
Desafíos en la modernización
El proceso de renovación de los puentes no estará exento de desafíos. La intervención en la Carretera Central implica no solo cuestiones técnicas y logísticas, sino también la necesidad de mitigar los conflictos sociales que a menudo surgen en las zonas cercanas a las obras.
En ese sentido, la construcción de la Nueva Carretera Central ya ha requerido modificaciones en el trazado del túnel en la zona de Cieneguilla, para reducir los problemas sociales que antes retrasaban el proyecto.
Por otro lado, la intervención en estos puentes también debe considerar el respeto a las normativas de seguridad y a los aspectos patrimoniales y ambientales de las zonas cercanas. Los proyectos viales en Perú requieren una constante coordinación con el Ministerio de Cultura, a fin de preservar el legado cultural y arqueológico de las áreas que atraviesan las nuevas construcciones.
