Un grupo de estudiantes de ingeniería mecatrónica formó parte de las labores de búsqueda y rescate de personas que fueron afectadas por el colapso del techo del patio de comidas en el Real Plaza Trujillo. Gracias a su trabajo con un proyecto tecnológico, las autoridades pudieron determinar la cantidad de heridos y fallecidos debajo de la estructura metálica.
El equipo, conformado por los ingenieros Johan Flores, Wellington Pérez, y otros colegas, fabricaron un ‘robot araña’, cuyo tamaño reducido le permitió acceder a zonas en las que una persona podría ponerse en riesgo o en las que sería imposible acceder debido al poco espacio.
“Participé como bombero y hubo algunas dificultades entendibles. La estructura no ofrecía la seguridad para todo el personal, sobre todo para el equipo especializado que iba a trabajar en la ‘zona caliente’”, indicó el ingeniero Johan Flores a Latina.
En este escenario, la idea de un robot pequeño, que sea controlado a distancia y permita identificar a posibles víctimas, reunió al equipo que se encargaría de fabricar el pequeño robot, que está basado en un mecanismo europeo también diseñado para acceder a espacios estrechos que una persona no puede explorar.
“Moví mi red de contactos tecnológicos y di con el ingeniero Wellington y armamos con colegas tanto de él como míos, el equipo que trabajó el día sábado desde la noche hasta el domingo que el equipo USAR de la Marina terminaron todas las labores”, afirmó el ingeniero Flores.
Robot era un proyecto universitario
Por otro lado, el ingeniero Wellington Pérez indicó que el robot araña ya era una idea existente, pero que el proyecto estaba guardado y que tuvo que ser modificado para que sea útil en estas circunstancias.
“El robot era un proyecto en stand-by que lo tenía guardado. Cuando me contactaron, lo primero que vi fue intentar hacerlo funcionar”, afirmó el ingeniero Pérez en conversación con Latina.
Según el ingeniero Pérez, “el aporte de este dispositivo ha sido no exponer al rescatista dentro de una estructura peligrosa o poco accesible y extender su visibilidad”.
Por lo contado por los integrantes de este equipo de ingeniería, el robot cuenta con múltiples accesorios que permiten a los controladores comunicarse y operar la máquina. Estos son, por ejemplo, una pequeña cámara, un altavoz, luces, detectores de movimiento, entre otros complementos, que fueron utilizados para reconocer qué había debajo de los escombros.
¿Cuánto sería la indemnización para las víctimas y sus familias?
Luego de determinarse cuántas personas resultaron afectadas (más de 80 heridos y 6 fallecidos), el abogado Carlos Caro Coria, en conversación exclusiva para Infobae Perú, indicó que este caso podría convertirse en un proceso judicial complejo y prolongado, similar al que tuvo incendio en la discoteca Utopía en el año 2002.
Para el experto, “lo más práctico antes que ir a juicio es tratar de buscar un acuerdo”. Aunque el resultado del mismo dependerá de cómo se organicen las víctimas y sus familiares, además de sus representantes legales.
Por ejemplo, en casos de accidentes laborales, el abogado sostuvo que las indemnizaciones han variado entre S/ 100 mil y S/ 500 mil, mientras que en accidentes de tránsito se han registrado montos tan bajos como S/ 50 mil. Esta falta de uniformidad, según Caro Coria, hace que muchas veces sea más recomendable llegar a un acuerdo extrajudicial.
Víctimas acusan falta de contacto con Real Plaza
Por su parte, una de las víctimas que logró sobrevivir, Alfredo Beltrán, indicó que la empresa no se ha comunicado con él y que solo se le ofreció un pago de sus gastos médicos siempre que este no supere los S/ 1.200.
“Me dijeron que nos iban a devolver un monto no máximo de 1.200 soles, cuando el gasto que nosotros hicimos fue mucho más. Nos decían que ese era el monto máximo que cubría el seguro de Real Plaza, al menos para mi caso”, lamentó.
