Con 17 años, bate récords en exámenes de admisión y logra ingresar a PUCP, UNMSM, UNFV, UNAC y La Cantuta

El esfuerzo, la planificación y el apoyo familiar han sido determinantes en la trayectoria académica de Mathías Ramírez, quien ha logrado ingresar a varias de las universidades más prestigiosas del país

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A sus 17 años, Mathías
A sus 17 años, Mathías obtuvo el primer puesto en el examen de admisión con un puntaje récord de 978.7. (Andina)

A una edad en la que la mayoría de los estudiantes apenas comienza a definir su vocación, Mathías Ramírez Carranza ya superó múltiples procesos de admisión en diversas universidades del país. Con tan solo 17 años, su más reciente logro fue obtener el primer puesto en el examen de admisión de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), alcanzando un puntaje de 978.7, cifra que establece un nuevo récord dentro de esta casa de estudios.

Su trayectoria académica no es reciente. Desde los 9 años, demostró una capacidad sobresaliente al lograr su primer ingreso universitario en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta). Con el paso de los años, su capacidad de estudio y rendimiento se consolidaron, permitiéndole acceder a otras prestigiosas universidades, como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) en dos ocasiones. También ingresó a la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) a los 10 años y a la Universidad Nacional del Callao (UNAC) un año después. A los 16, alcanzó el primer puesto en Ingeniería Textil en la UNMSM y más recientemente logró su ingreso a la PUCP.

Una disciplina forjada desde la infancia

Su primer ingreso universitario fue
Su primer ingreso universitario fue a los 9 años, y desde entonces ha superado múltiples exámenes en universidades como la UNMSM, UNFV y UNAC. (Andina)

El camino que ha forjado Mathías no es producto del azar. Desde muy pequeño, su rutina se basó en horarios estrictos de estudio, priorizando el aprendizaje y la preparación para los exámenes de admisión. En cada intento, logró asegurar un puesto en diferentes universidades, consolidando su perfil académico con resultados sobresalientes.

Cuando iba al colegio empezaba desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, seguidas por sesiones adicionales entre las cuatro y las seis de la tarde. Sin embargo, también dedicaba tiempo a jugar con sus amigos en una losa deportiva cercana a su hogar en El Agustino, lo que le permite mantener una infancia equilibrada.

El uso de redes sociales es limitado dentro de su rutina. Su familia tuvo un control sobre estas plataformas, restringiendo el acceso para evitar distracciones que puedan interferir con sus objetivos académicos.

Según detalló en una entrevista con La República, su éxito responde a una planificación rigurosa y a la administración eficiente de su tiempo de estudio. “Tener un horario establecido” ha sido una de sus principales estrategias, permitiéndole equilibrar el estudio con otras actividades diarias.

Su jornada de preparación es extensa, con sesiones de más de ocho horas diarias durante varios meses. La constancia en este proceso le permitió alcanzar un desempeño sobresaliente en cada examen que enfrentó.

En el proceso de selección de Beca 18, se ubicó entre los primeros lugares, lo que refuerza aún más su desempeño. A pesar de haber mostrado habilidades en distintos campos, ha manifestado su intención de especializarse en Ingeniería Civil, área en la que visualiza su futuro profesional.

La clave detrás de su éxito

El entorno familiar tiene un papel determinante en su desarrollo académico. Su madre es una figura fundamental en su educación, brindándole respaldo en cada desafío. Su paso por el Colegio Juventud Científica le permitió consolidar hábitos de estudio efectivos y una disciplina orientada a la excelencia.

Además de su entorno familiar, Mathías contó con el respaldo de docentes y tutores que lo han guiado en su preparación. Su disciplina y la orientación de especialistas en educación han sido determinantes para su éxito en múltiples procesos de admisión.

Su éxito se debe a
Su éxito se debe a una rutina estricta de estudio, con sesiones diarias de más de ocho horas. (Andina)

Un mensaje de perseverancia

El testimonio de Mathías es una referencia para quienes buscan acceder a la educación superior. Su historia demuestra que el esfuerzo y la constancia pueden ser determinantes al momento de alcanzar objetivos académicos.

“Nunca se rindan ni se dejen pisotear”, señala el joven, enfatizando la importancia de mantenerse firmes en la búsqueda de objetivos académicos. También señaló que enfrentar obstáculos es parte del camino, pero la clave está en continuar avanzando a pesar de las dificultades.

Su caso no solo es un ejemplo de superación, sino también una prueba del impacto que puede tener la planificación y el compromiso en el ámbito educativo.