¿Un edulcorante común podría estar causando daños al corazón en sus consumidores?

Un nuevo estudio sobre el aspartamo indica un posible vínculo entre su consumo y un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas

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El aspartamo es un edulcorante
El aspartamo es un edulcorante común en las bebidas dietéticas. (Freepik)

Un equipo internacional llevó a cabo una investigación sobre el aspartamo, un edulcorante artificial ampliamente utilizado, y ha encontrado indicios de que podría aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.

Este estudio, realizado por científicos de Suecia, China y Estados Unidos, identificó un mecanismo químico que podría explicar cómo este compuesto afecta el revestimiento de las arterias, lo que aumenta la probabilidad de condiciones como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Para llevar a cabo la investigación, se administraron dosis de aspartamo a ratones durante 12 semanas, equivalentes al consumo humano diario aproximado de tres latas de bebidas dietéticas. Los ratones fueron divididos en grupos; algunos contaban con una modificación genética que los hacía más susceptibles a los efectos de la insulina.

Al analizar los resultados, publicados en Cell Metabolism, los investigadores observaron que los ratones que habían sido alimentados con aspartamo mostraban niveles más altos de insulina, inflamación en los vasos sanguíneos y una acumulación más significativa de placas grasas en las arterias en comparación con los ratones que no consumieron el edulcorante.

Estos factores son conocidos por aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares al fomentar el endurecimiento y estrechamiento de las arterias, un proceso que podría derivar en complicaciones graves como un infarto al miocardio o un derrame cerebral.

El aspartamo también se encuentra
El aspartamo también se encuentra en chicles, productos farmacéuticos, bebidas de frutas, yogures light, entre otros. (Freepik)

Un hallazgo clave

El estudio también identificó a la molécula señalizadora CX3CL1 como un actor principal en el impacto del aspartamo sobre la salud vascular. Los investigadores determinaron que esta molécula se activaba con niveles elevados de insulina, atrayendo células inmunes hacia las paredes internas de los vasos sanguíneos.

Cuando los receptores de CX3CL1 fueron eliminados en los ratones, la acumulación de placas en las arterias se redujo drásticamente, lo que refuerza la importancia de esta molécula en el desarrollo de daños vasculares.

Según Yihai Cao, biólogo vascular del Instituto Karolinska en Suecia, esto tiene implicancias significativas ya que, a diferencia de otras moléculas que suelen ser eliminadas rápidamente por el flujo sanguíneo, la CX3CL1 permanece adherida al revestimiento y actúa como un señuelo que atrapa células inmunes de manera sostenida.

¿Repercusiones para la salud humana?

A pesar de estas observaciones en modelos animales, aún no puede confirmarse si el aspartamo tiene el mismo impacto en el cuerpo humano. Los hallazgos subrayan la necesidad de realizar más investigaciones sobre cómo ciertos aditivos alimentarios, como los edulcorantes artificiales, podrían influir en el riesgo de eventos cardiovasculares.

El aspartamo, unas 200 veces más dulce que el azúcar, podría afectar a los receptores de insulina en la boca y los intestinos mediante una hiperproducción de dicha hormona, lo cual podría contribuir al daño observado en los vasos sanguíneos, según los autores. Sin embargo, advierten que estos resultados no deben ser interpretados como una sentencia definitiva contra el consumo de este edulcorante.

Los ratones alimentados con aspartamo
Los ratones alimentados con aspartamo presentaban inflamación en los vasos sanguíneos y otros síntomas. (Pixabay)

En ese sentido, algunos expertos, como Oliver Jones, químico de la Universidad RMIT en Australia, consideran que este estudio no proporciona razones suficientes para alarmarse sobre los efectos del aspartamo en bebidas dietéticas.

Jones afirma que incluso si se confirmara algún aumento mínimo en el riesgo cardiovascular por el consumo de este edulcorante, factores como una dieta alta en grasas y azúcares, junto con la falta de actividad física, representarían un peligro mucho mayor para la salud.

En 2022, una revisión sistemática de 17 ensayos clínicos encontró que un grupo de sustitutos del azúcar, incluido el aspartamo, encontró “una asociación con pequeñas mejoras en el peso corporal y los factores de riesgo cardiometabólico, sin evidencia de daño”.

Asimismo, la Asociación Internacional de Edulcorantes señala que el tipo de modelo de ratón utilizado en los experimentos del reciente estudio “es propenso al desarrollo de enfermedades cardíacas, ya que presenta un metabolismo lipídico alterado y una inflamación”.

Dado que los edulcorantes artificiales están presentes en una gama extensa de alimentos procesados, resulta esencial comprender sus posibles efectos a largo plazo.