Los comerciantes de Mesa Redonda y Las Malvinas, dos de los principales conglomerados comerciales de Lima, viven bajo la amenaza constante de bandas criminales que los obligan a pagar cuotas diarias a cambio de “protección”. Según la Municipalidad de Lima, en las últimas semanas se han registrado 106 denuncias por este delito, aunque muchas más víctimas prefieren mantenerse en silencio por miedo a represalias.
Los Injertos del Norte y otras organizaciones delictivas han encontrado en estos centros una fuente inagotable de ingresos ilícitos. El cobro de cupos varía entre los 10 y 30 soles diarios, dependiendo del comerciante, y en temporadas de alta demanda, ahora como la campaña escolar, las tarifas pueden alcanzar los 50 soles al día.
La gerenta de seguridad de la Municipalidad Metropolitana de Lima, Mariella Falla, confirmó la existencia de esta extorsión y aseguró que el municipio está trabajando con la Policía Nacional del Perú para erradicarla. “Tenemos información que hay cobro de cupos. No solo es que hay un desorden, sino que también hay un cobro de cupos y eso también nosotros lo estamos combatiendo y eso va a formar parte de este nuevo operativo que estamos trabajándolo de la mano con la PNP”, afirmó.

Sin embargo, uno de los principales obstáculos en la lucha contra este delito es la falta de denuncias. Muchas de las víctimas optan por el silencio para evitar represalias, lo que dificulta las investigaciones y la desarticulación de las mafias.
El jefe del GEIN Metropolitano, José Baella, explicó que el miedo es un factor determinante en la ausencia de denuncias. “Pero el problema es que no denuncian, no quieren denunciar. Y es comprensible porque tienen miedo. En la parte de Malvinas también hemos ido a dar charlas allá, pero hemos descubierto que la mayoría está siendo extorsionada y no quiere denunciar”, señaló.
A pesar de ello, los reportes de extorsión han aumentado en Lima Metropolitana. En los últimos 81 días, la Central de Denuncias Anónimas de Extorsión del municipio limeño ha recibido 106 denuncias que han sido derivadas a la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri). La mayoría de estos casos provienen de distritos como San Juan de Lurigancho, Comas, Carabayllo, San Martín de Porres, Los Olivos, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador, además del Cercado de Lima.

Las extorsiones no solo afectan a comerciantes y estibadores, sino que han comenzado a realizarse desde el extranjero. Se han detectado llamadas provenientes de Ecuador, Colombia, Bolivia y México, una modalidad que, según las autoridades, busca desviar la atención de la policía y hacer más difícil la identificación de los extorsionadores.
Caos en Mesa Redonda
Además de la inseguridad generada por la extorsión, los comerciantes y compradores de Mesa Redonda enfrentan otro problema: el desorden y la falta de control en la vía pública. Las calles se encuentran invadidas por comerciantes ambulantes, almacenes improvisados y obstáculos que dificultan el tránsito. A pesar de la colocación de rejas en diversos jirones para regular el acceso, estas estructuras han terminado generando nuevos inconvenientes.
En zonas como el jirón Andahuaylas, las aglomeraciones dificultan el paso de los peatones. Estibadores, vendedores informales y compradores se ven obligados a cruzar por espacios reducidos, lo que genera caos y pone en riesgo la seguridad de quienes transitan por la zona. Personas con movilidad reducida han denunciado que las rejas limitan su acceso y que, en muchas ocasiones, no hay personal de seguridad para ayudarlas.

El problema no se limita al comercio informal. La sobrecarga de mercadería en los pasadizos y pisos superiores de las galerías representa un grave riesgo de incendio. En el jirón Paruro, por ejemplo, se han identificado locales que utilizan sus pisos más altos como almacenes, lo que incrementa el peligro ante una posible emergencia.
El cableado eléctrico desordenado es otro factor de riesgo. Comerciantes han denunciado que, a pesar de haber pagado por trabajos de mantenimiento, las mejoras no han llegado. “Si sucedería un incendio, creo que todos quedaríamos perjudicados”, comentó uno de los comerciantes afectados.
Acciones municipales
Ante la crisis de seguridad y el desorden en Mesa Redonda y Las Malvinas, la Municipalidad de Lima anunció la realización de operativos conjuntos con la Policía Nacional para frenar las extorsiones y recuperar el orden en las calles. También se está evaluando si las rejas colocadas en ciertos jirones serán una medida permanente.
No obstante, tanto comerciantes como vecinos coinciden en que la falta de fiscalización y la escasa prevención siguen siendo problemas que agravan la situación. Mientras las bandas criminales continúen operando con impunidad y los espacios públicos permanezcan descontrolados, los comerciantes de Mesa Redonda y Las Malvinas seguirán enfrentando una dura realidad marcada por la inseguridad y el temor.