La historia de la abuela quechuahablante que vive sola en un remoto rincón del Perú: “Mi hijo no me visita”

Su nombre es Olimpia Antonia Asencios Jara, una anciana de 71 años que, con generosidad, abrió las puertas de su casa a un desconocido para compartir su historia de vida y la rutina que define su día a día

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Mujer quechuahablante de 71 años que vive sola en un remoto rincón de los Andes peruanos. (YouTube Rusbelt de Viaje)

En una zona remota de los Andes peruanos, donde el tiempo parece deslizarse como un río tranquilo y la vida se despliega como una flor que se abre lentamente, una mujer de 71 años pasa sus días lejos del ruido de las grandes metrópolis, cuyos latidos rápidos parecen ahogar el respiro. En este rincón apartado, el vínculo con la naturaleza es su brújula diaria.

Se levanta temprano y se acuesta tan pronto como puede, organizando su día según su propio ritmo. No pronuncia saludos como “buenos días” ni “buenas noches” a nadie, aunque en su interior surge el deseo de hacerlo. Estas simples interacciones podrían brindarle una sensación de cercanía.

A lo largo de su jornada, realiza sus actividades cotidianas, y cuando la soledad se hace más presente, llama a sus tres perros, que se han convertido en su constante compañía y la única fuente de afecto en su día a día.

Cuando la soledad se hace
Cuando la soledad se hace más presente, la anciana llama a sus tres perros. (YouTube Rusbelt de Viaje)

Sí, la mujer de la tercera edad vive sola y ha aprendido a convivir con su soledad. No obstante, se emociona sobremanera cuando alguien la visita y se conmueve hasta las lágrimas cuando la persona se despide. Su nombre es Olimpia Antonia Asencios Jara, una anciana quechuahablante que, con generosidad, abrió las puertas de su casa a un desconocido para compartir su historia de vida y la rutina que define su día a día.

La mujer quechuahablante de 71 años que aprendió a convivir con su soledad

Olimpia Antonia Asencios Jara vive sola en una casa ubicada en el centro poblado de Huamparan, en el distrito de Huari, provincia de Huari. Para llegar a su humilde morada, es necesario realizar una larga caminata desde un tramo de la carretera Huari-San Luis. Sin embargo, quienes tienen transporte propio pueden transitar por los caminos de trocha hasta llegar a un punto cercano a la casa.

Esto fue lo que hizo un peruano y lo publicó en su canal de YouTube Rusbelt de Viaje. Al bajar del vehículo, sacó dos bolsas: una contenía productos de primera necesidad y la otra, una colcha. Después de cerrar la unidad de transporte, comenzó a caminar. A su alrededor se podían ver colinas cubiertas de plantas y algunos árboles, pero lo que no se observó fueron casas.

La casa de Olimpia está
La casa de Olimpia está techada con calamina, un material que compró con su pensión. (YouTube Rusbelt de Viaje)

La única vivienda que vio después de varios minutos de caminata fue la de Olimpia, quien, al verlo acercarse, no dudó en aguzar la vista para identificarlo.

“Ha salido la señora, amigos. Está justo en la puerta y me está mirando. Obviamente sabe que estoy llegando a su casa, porque no hay otra. Más abajo voy a llamarla (...)”, dijo el youtuber.

A pocos metros de ella, el joven le dijo en quechua: “Tu casa está muy lejos”. Es importante señalar que utilizó esta lengua porque la anciana no habla castellano. “Sí, está muy lejos”, respondió la mujer, quien parecía estar inmóvil, observando con atención cómo el visitante avanzaba, agitado.

Al parecer, Olimpia no conocía al youtuber, dado que al saludarse, le preguntó: “¿Pero quién eres?”. “He caído del cielo”, respondió el peruano. Estas palabras hicieron que la mujer de la tercera edad lo abrazara. “¿Pero quién eres?”, insistió ella. Esta vez, la pregunta no obtuvo respuesta.
Al parecer, Olimpia no conocía
Al parecer, Olimpia no conocía al youtuber, dado que al saludarse, le preguntó: “¿Pero quién eres?”. (YouTube Rusbelt de Viaje)

La visita del connacional se realizó pocos días antes del Día de la Madre, una fecha que también se celebra en los lugares más remotos de los Andes peruanos, a pesar de que los hijos no siempre estén presentes, como en el caso de Olimpia. Ante la ausencia de algún familiar que la felicitara, un extraño lo hizo en medio de la nada, pero con un corazón lleno de solidaridad y cariño.

Luego de saludarse, el joven le hizo una serie de preguntas, pero la que probablemente llamó más la atención fue la relacionada con sus hijos. “¿Tus hijos no te visitan?”, preguntó, y de inmediato recibió una respuesta desgarradora.

“Mi hijo no me visita. Se ha desaparecido, hace tiempo que se desapareció”, expresó la anciana, visiblemente triste. Ella tiene un solo hijo y, hace algún tiempo, vivió con sus padres y nietos. “Mi mamá falleció hace 25 años. Estuve viviendo con mis nietos, pero cuando terminaron sus estudios, se fueron”, añadió.

En el video, se observa que la casa está techada con calamina, un material que compró con su pensión. Sin embargo, el dinero que recibe no le alcanza, por lo que tiene que preparar queso para venderlo en el distrito de Huari a 15 soles.

La mujer prepara queso para
La mujer prepara queso para venderlo en el distrito de Huari a 15 soles. (YouTube Rusbelt de Viaje)

Ella tiene cinco vacas, tres perros y varios cuyes, animales que le hacen compañía. Cuando la mujer abrió la puerta de un cuarto precario, el youtuber pudo ver algunos de estos mamíferos roedores y baldes con queso. En otro fragmento del material audiovisual, ambos comen papa con queso, a pesar de que contaban con productos de primera necesidad.

La papa que estaba en la olla no la compró en el mercado, porque ella cultiva este tubérculo en la chacra ubicada a pocos metros de su casa. No obstante, para sembrar necesita contratar a un peón, como mencionó en un momento de la conversación con el hombre solidario. “Para sembrar, los peones cobran muy caro, 40 o 50 (soles)”, señaló la lugareña.

El dinero es lo que más falta en su hogar, y es por esto que quizás se emocionó cuando el youtuber le dio 50 soles, después de que ella le regalara un queso.

La necesidad es evidente en esta casa. Por ejemplo, el espacio acondicionado para su cocina tiene techo de ichu, un material por donde se filtra la lluvia. También cocina a leña, una práctica rudimentaria que afecta su salud.

El espacio acondicionado para su
El espacio acondicionado para su cocina tiene techo de ichu. (YouTube Rusbelt de Viaje)

Es importante indicar que en su casa no hay electricidad, pero dispone de agua y un baño de material noble. Además, cuenta con un lavadero con caño. A pesar de ello, lava sus prendas en una tina sobre el piso, sin una tabla para restregarlas, y tiende su ropa en un parapeto de madera.

La mujer, que es quechuahablante, vive en esta humilde morada desde que nació, es decir, hace 71 años. Hace 25 años, su mamá falleció, y desde entonces la soledad se ha intensificado, pues ella era la única persona que permanecía las 24 horas del día en el centro poblado, cultivando, criando animales y, sobre todo, brindando compañía a su hija.

“Me alegra que me hayas visitado”, expresó la mujer al final del día. Pero esta no fue la única vez que el youtuber conversó con ella en persona. Meses después, regresó para conocer su rutina, la cual comienza al alba.

La anciana lava sus prendas
La anciana lava sus prendas en el piso, sin una tabla, y tiende su ropa en un parapeto de madera. (YouTube Rusbelt de Viaje)

Prepara sopa de fideos con papa y mazamorra de punqui para el desayuno, aderezada con canela y trigo molido. Después de eso, le da de comer a sus perros en un mortero circular hecho de llanta. Minutos después, se va a ordeñar a su vaca para obtener leche, la cual será utilizada para preparar queso.

En otro fragmento del video, se la ve lavando sus prendas, las cuales habían estado remojadas en una tina durante más de 24 horas. Tras tender su ropa, se dirigió a una especie de bosque donde crecían árboles de eucalipto. Ahí recogió leña para cocinar varios días.

En casi todas las actividades descritas fue acompañada por un perro de pocos meses de nacido. Es preciso indicar que cuando llegó la hora del almuerzo, se sirvió la mazamorra que había preparado en el desayuno. Según comentó, esta comida fue su almuerzo.

Al final de su rutina, la mujer le regaló un cuy al joven. La despedida fue conmovedora, ya que la anciana rompió en llanto al despedirse del youtuber. Le acarició el rostro como si fuera su hijo, quizás con la intención de darle un beso, una expresión de afecto que no recibe desde hace mucho tiempo por parte de un pariente.