La imagen de Willyannis Alejandra Sánchez, una joven mujer con un gusto particular por la plataforma TikTok, dio un giro dramático luego de ser arrestada en el marco de una operación que desarticuló una presunta red criminal dedicada a la venta ilegal de armas.
A sus 19 años, alias ‘La Chama’, quien se presentaba como una inofensiva joven que vendía ropa y compartía contenido en redes sociales, es ahora investigada por su vínculo con un grupo que abastecía de armamento a sicarios y secuestradores del Callao.
La intervención policial ocurrió tras varios meses de investigaciones que apuntaban a la venta ilegal de armas, entre ellas pistolas Glock, Mini Uzi y revólveres, que presuntamente serían utilizadas por ranqueados delincuentes para cometer crímenes en el Callao, una de las zonas más convulsas del Perú.
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Según la información proporcionada por las autoridades, Sánchez jugaba un papel central en esta red, siendo la persona que conectaba a los delincuentes con los proveedores de armamento. Su supuesta participación no solo refleja la gravedad del hecho, sino también cómo las redes sociales se han convertido en un terreno fértil para el reclutamiento y la expansión de actividades ilícitas.
‘La Chama’, nacida en Venezuela y de madre peruana, creció en el Callao. A pesar de su joven edad, su vida parecía transcurrir entre la venta de ropa en una galería local y el contenido que compartía en TikTok, donde acumulaba seguidores con videos en los que bailaba y coqueteaba con la cámara.
Sin embargo, según las investigaciones policiales, detrás de esa fachada aparentemente inocente, se escondía un vínculo con algunas de las figuras más peligrosas del crimen organizado.
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Al momento de su captura, las autoridades encontraron varias armas de fuego. En su declaración, Sánchez mencionó que su actividad principal era la venta de ropa en las galerías del Callao y que también utilizaba su cuenta de TikTok como una forma de expresión personal. Sin embargo, su conexión con los involucrados en el tráfico de armas fue descubierta cuando se identificó que ella actuaba como intermediaria entre los delincuentes y los proveedores de armamento.
Uno de los principales involucrados en esta red es Jefferson Navarro Morales, conocido como Burbuja, quien es pareja de Sánchez. Este sujeto, detenido el año pasado por tráfico de armas, también formaba parte de este mercado negro que abastecía de armamento a sicarios y criminales en la zona.
Las autoridades sospechan que Willyannis Sánchez continuaba con el negocio iniciado por su pareja, ahora recluido en prisión, y que se encargaba de la venta de armas de forma autónoma.
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De acuerdo con las investigaciones, la joven no solo estaba vinculada al tráfico de armas, sino que también podría haber facilitado el alquiler de las mismas para la comisión de delitos de sicariato, un fenómeno creciente en el país. En lo que va del 2025, ya se han registrado 201 homicidios, muchos de ellos perpetrados con armas que habrían sido vendidas o alquiladas por esta red.
La joven, que en sus redes sociales mostraba una vida aparentemente tranquila y sin preocupaciones, se encuentra ahora en el centro de un complejo entramado criminal.
De acuerdo con las autoridades, la banda a la que pertenecía Sánchez también operaba con un supuesto proveedor conocido como Luis Enrique Saavedra González, alias El Ruso, quien, según las investigaciones, es un exmilitar y dueño de un polígono de tiro en la zona. Este individuo, que se presentaba como un experto en el manejo de armas, también estaría involucrado en la fabricación y comercialización de armamento para los sicarios del Callao.
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Lo que parecía ser una simple joven de 19 años que se divertía compartiendo su vida en las redes sociales ha revelado una conexión mucho más profunda con las actividades delictivas en el Callao.
Las autoridades siguen investigando cómo llegó a involucrarse con personas de tan alto perfil criminal, y qué más información podría aportar sobre el funcionamiento de estas redes de tráfico de armas, que se han convertido en una de las principales amenazas para la seguridad en la región.
Alias ‘La Chama’ se encuentra investigada y su futuro judicial parece incierto. Las autoridades continúan con la desarticulación de esta red criminal, con la esperanza de frenar el tráfico de armas y los crímenes asociados a él en una de las zonas más peligrosas del país.