Descubre por qué morderte las uñas afecta tu salud bucal y gastrointestinal

La onicofagia es el término médico que se utiliza para describir el hábito de morderse las uñas. Es un comportamiento que, generalmente, comienza en la infancia y puede continuar en la adultez

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Los dientes no están hechos
Los dientes no están hechos para soportar la presión constante que se genera al morder uñas de manera repetida (Arco Clínica Dental)

Un hábito aparentemente inofensivo, como morderse las uñas, puede tener efectos negativos sobre la salud, advierte el Ministerio de Salud (Minsa). Aunque muchas personas lo consideran una acción habitual o una respuesta al estrés, este hábito puede causar daños graves tanto en la salud bucal como en la gastrointestinal.

La onicofagia es el término médico que se utiliza para describir el hábito de morderse las uñas. Es un comportamiento que, generalmente, comienza en la infancia y puede continuar en la adultez. Aunque no siempre es visible de inmediato, este comportamiento puede desencadenar una serie de problemas a largo plazo.

Onicofagia: cómo afecta la salud bucal y gastrointestinal

Muchas personas consideran que morderse
Muchas personas consideran que morderse las uñas es una acción habitual o una respuesta al estrés (20 Minutos)
  • Desgaste dental: uno de los principales efectos de morderse las uñas es el desgaste dental. Los dientes, que están diseñados para masticar alimentos, no están hechos para soportar la presión constante que se genera al morder uñas de manera repetida. Este desgaste puede dañar el esmalte dental, lo que a su vez aumenta la sensibilidad dental y hace que los dientes sean más vulnerables a las caries. En casos más graves, el hábito puede incluso causar fracturas en los dientes, lo que requiere tratamiento odontológico urgente.
  • Infecciones bucales: la boca es un ambiente lleno de bacterias, y al morderse las uñas, se introduce una gran cantidad de gérmenes y bacterias de las manos en la cavidad bucal. Esto aumenta el riesgo de infecciones bucales, como gingivitis o periodontitis, que pueden afectar las encías y los dientes. Además, morderse las uñas puede provocar lesiones en los tejidos blandos de la boca, lo que puede abrir la puerta a infecciones bacterianas. Incluso si las manos se lavan antes de morderse las uñas, las bacterias de las uñas pueden seguir provocando infecciones orales.
  • Halitosis: la halitosis, o mal aliento, es otra consecuencia de morderse las uñas. El mal aliento puede ser causado por las bacterias que se acumulan en las uñas y en la boca. Además, el hábito de morderse las uñas también está relacionado con la acumulación de residuos alimenticios y bacterias en los dientes, lo que puede contribuir a la aparición de mal aliento crónico. A medida que el daño en los dientes y encías avanza, el mal aliento tiende a empeorar, afectando la confianza social de la persona.
  • Problemas en la mandíbula: morderse las uñas también puede afectar la mandíbula. El estrés constante sobre los dientes y las encías durante este hábito puede provocar un desgaste desigual en la mordida, lo que podría llevar a problemas de alineación dental y trastornos temporomandibulares (TTM). Estos trastornos afectan las articulaciones de la mandíbula, lo que puede generar dolor y rigidez. En casos más graves, el hábito de morderse las uñas puede desencadenar un desplazamiento de los dientes o una maloclusión dental, lo que afecta la funcionalidad y la estética de la boca.
  • Deterioro en las restauraciones y los implantes dentales: las personas que tienen restauraciones dentales, como coronas, puentes o implantes, pueden ver cómo su inversión se ve afectada por el hábito de morderse las uñas. Las restauraciones y los implantes no están diseñados para soportar la presión que se ejerce al morder uñas, lo que puede provocarlos a aflojarse o incluso romperse. El desgaste de las restauraciones debido a este hábito puede generar la necesidad de procedimientos de reparación costosos.
  • Gastroenteritis y gastritis: el impacto de morderse las uñas no se limita solo a la boca. Este hábito puede tener consecuencias negativas para la salud gastrointestinal. Cuando las personas se muerden las uñas, pueden ingerir fragmentos de las uñas o contaminantes presentes en las manos. Esto puede provocar una serie de trastornos digestivos, incluyendo gastroenteritis, que se manifiesta con síntomas como diarrea, náuseas y vómitos. También existe el riesgo de desarrollar gastritis, una inflamación del revestimiento del estómago, debido a la irritación provocada por la ingestión de bacterias o cuerpos extraños.