Dia Internacional del Cáncer Infantil: Cada año se diagnostican alrededor de 1.800 casos en el Perú

Aunque el cáncer infantil afecta a miles de familias peruanas, el reconocimiento temprano de los síntomas es clave para aumentar las tasas de supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pequeños

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Cáncer infantil en Perú |
Cáncer infantil en Perú | Foto: Andina

Un diagnóstico de cáncer puede cambiar para siempre la vida de una persona y de la familia de esta. Sin embargo, la detección temprana, al permitir un tratamiento oportuno, aumenta considerablemente las posibilidades de éxito y recuperación, reduciendo el impacto emocional y físico que la enfermedad puede generar.

Solo en el primer semestre del 2024, el Ministerio de Salud (Minsa) registró un total de 12.077 casos de cáncer a nivel nacional. No obstante anualmente se estima que un aproximado de 1.800 casos de cáncer en menores de 18 años son registrados en el país.

El cáncer infantil no tiene una causa específica, ya que intervienen varios factores, incluyendo los genéticos. La mejor prevención es la realización de chequeos oncológicos periódicos, que permiten detectar a tiempo la enfermedad y, además, prevenir otros tipos de cáncer en la etapa adulta.

Pacientes con cáncer en el
Pacientes con cáncer en el Perú, incluidos los niños, padecen por la falta de medicamentos en hospitales del sector público. (Andina)

Según el Dr. Raúl Larrauri, jefe de la Red y Contratación de Rímac, “entre el 30% y el 60% de los pacientes se enteran en etapas avanzadas. La mayoría de los casos se debe a que el centro de salud al que acudieron solo trató los síntomas de manera general y no lograron hacer un diagnóstico correcto”.

En esa línea, el oncólogo pediatra de la Clínica Anglo Americana, Juan García, menciona que el desconocimiento acerca de las señales de alerta es uno de los principales retos. “Muchos padres, cuidadores y hasta algunos profesionales de la salud no reconocen síntomas como fiebre persistente, sangrado fácil, dolores óseos o un crecimiento anormal de ganglios, lo que resulta en diagnósticos tardíos”, explica.

Signos de alarma

En este contexto, es fundamental que los padres estén atentos a ciertos síntomas para llevar a sus hijos a un chequeo preventivo a tiempo. No obstante, es necesario aclarar que el cáncer infantil abarca diversas patologías, cada una con manifestaciones específicas que requieren atención inmediata:

- Leucemia: Se presenta con síntomas como palidez, fiebre persistente, sangrado fácil y dolores óseos.

- Linfoma: Caracterizado por el crecimiento progresivo de ganglios, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.

- Tumores cerebrales: Los pacientes pueden experimentar dolor de cabeza, náuseas, vómitos y convulsiones.

- Neuroblastoma: Frecuente en menores de cinco años, se manifiesta con fiebre, dolor óseo y crecimiento abdominal anómalo.

- Retinoblastoma: Se detecta mediante la observación de estrabismo o la aparición de un reflejo blanco en el ojo (leucocoria).

Ante la presencia de cualquiera de estos signos, García recomienda a los padres y cuidadores acudir a un pediatra o médico general para realizar una evaluación inicial. Un examen oportuno puede marcar la diferencia en el tratamiento y la calidad de vida del niño.

Innovaciones en el tratamiento del cáncer infantil

La Unidad de Cuidados Intensivos
La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Edgardo Rebagliati alberga al reconocido médico Ricardo Pun Chong, fundador del albergue Inspira que ayuda a niños con cáncer de bajos recursos. (Inspira)

A nivel mundial, los avances terapéuticos han mejorado significativamente las tasas de curación del cáncer infantil, destacando la inmunoterapia. En particular, el naxitamab, utilizado en el tratamiento del neuroblastoma, ha demostrado ser eficaz con menor toxicidad que los tratamientos convencionales.

Además, la quimioterapia intraarterial oftálmica, que dirige el medicamento directamente a la zona afectada, también ha reducido la toxicidad. Este tratamiento se lleva a cabo con un equipo multidisciplinario, garantizando un enfoque preciso y seguro para los pacientes más pequeños.

Además de los avances clínicos y tecnológicos, el apoyo emocional juega un rol crucial en la lucha contra el cáncer infantil. El vínculo cercano entre los niños y sus familias brinda la contención necesaria para que los pacientes enfrenten el tratamiento con mayor fortaleza y esperanza.

García resalta que “el amor, la empatía y el acompañamiento incondicional de los padres y cuidadores son determinantes en la recuperación del paciente pediátrico”.