Científicos detectan una anomalía radiactiva bajo el océano Pacífico

Es posible que esta anomalía no solo esté limitada al Pacífico, sino que se trate de un fenómeno global

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Investigadores detectaron un aumento inesperado
Investigadores detectaron un aumento inesperado de berilio-10, un isótopo radiactivo. (Referencial / Unsplash)

Hay una anomalía en las profundidades del océano Pacífico, donde un equipo de investigación alemán ha detectado recientemente un aumento inesperado del isótopo radiactivo berilio-10.

Según el estudio, liderado por Dominik Koll y su equipo en el Instituto de Investigación Helmholtz-Zentrum Dresden-Rossendorf, esta anomalía podría no estar limitada al Pacífico, sino ser un fenómeno de escala global con posibles implicancias tanto geológicas como astrofísicas.

El berilio-10 es un isótopo radiactivo que se produce continuamente en la atmósfera terrestre debido a la interacción de los rayos cósmicos con sus componentes. Una vez formado, es arrastrado por la lluvia y se deposita en los océanos, donde se integra a las cortezas metálicas del fondo marino a lo largo de millones de años.

Estas cortezas contienen hierro, manganeso y otros metales que se acumulan de manera extremadamente lenta y actúan como registros geológicos que documentan la historia química y ambiental de la Tierra durante decenas de millones de años.

El aumento del berilio-10, detectado en los sedimentos de las regiones central y norte del océano Pacífico corresponden a una época entre 9 y 12 millones de años atrás. El hallazgo resulta notable porque la concentración encontrada por Koll y su equipo es casi el doble de lo esperado.

Muestras del fondo marino en
Muestras del fondo marino en las que se detectaron "señales" de berilio-10. (Esri / GEBCO / Garmin / NaturalVue)

¿Cuál es la causa de la anomalía?

Una de las hipótesis propuestas por los científicos sugiere que hace más de 9 millones de años pudo haber ocurrido una reorganización de las corrientes oceánicas, lo que provocaría una mayor acumulación de berilio-10 en el Pacífico. En este escenario, el cambio en la circulación podría haber alterado la forma en que los materiales se distribuían en el océano, lo que resultó en un depósito excepcional en esa región.

Otra explicación contempla un fenómeno de origen cósmico. Los investigadores plantean que la ocurrencia de una supernova (explosión de una estrella) cercana a la Tierra podría haber incrementado la cantidad de rayos cósmicos que alcanzaron nuestro planeta, lo cual habría producido un aumento significativo de berilio-10.

Alternativamente, el paso de nuestro sistema solar a través de una nube de materia interestelar densa también pudo haber intensificado la radiación cósmica que llegaba a la atmósfera terrestre.

Representación esquemática de la producción
Representación esquemática de la producción e incorporación de berilio-10 por rayos cósmicos en la corteza bajo el fondo marino. (HZDR)

En busca de más datos

El hallazgo tiene implicaciones importantes no solo para entender los sistemas del océano, sino también para estudiar eventos cósmicos que pudieron haber afectado la Tierra en el pasado.

Koll y su equipo sugieren que esta anomalía podría servir como un marcador temporal único dentro de los registros marinos, lo que permitiría a los científicos rastrear cambios globales.

La anomalía, descrita como un “marcador independiente del tiempo”, podría aportar información valiosa sobre el estado de la protección de la Tierra frente a los rayos cósmicos o sobre grandes eventos astrofísicos que afectaron nuestro planeta.

Los investigadores señalan que la actividad del Sol, que también produce fluctuaciones de berilio-10, probablemente no fue lo suficientemente fuerte en esa época para explicar el fenómeno. Esto refuerza la idea de que las causas pueden ser más complejas y relacionadas con dinámicas interplanetarias o procesos oceánicos desconocidos.

El equipo planea realizar más análisis en los océanos, y hace un llamado a otros grupos de investigación a estudiar esta anomalía en distintas regiones del mundo.

Solo con más muestras y datos se podrá confirmar si este incremento del berilio-10 fue un fenómeno localizado o un evento global. El misterio de esta “marca radiactiva” en la historia geológica de la Tierra sigue abierto, y futuras investigaciones podrían arrojar luz sobre la interacción entre nuestro planeta y el cosmos hace millones de años.

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