Hipersexualización de las niñas y las adolescentes: por qué se convierte a las menores de edad en objetos sexuales

La hipersexualización se traduce en mostrar a las menores de edad con vestimenta, actitudes o comportamientos que evocan o exageran aspectos de la sexualidad

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Al verse reflejadas como objetos
Al verse reflejadas como objetos sexuales, las niñas pueden comenzar a sentir que su valor se basa en su apariencia (El País)

A inicios de febrero, una marca de yogurt lanzó un anuncio publicitario protagonizado por la joven actriz Adriana Campos, que ha causado tal revuelo en redes sociales que ha sido eliminado de la cuenta de TikTok.

En el comercial, se puede observar a Campos bebiendo un vaso del producto, tras lo cual su rostro queda manchado con el yogurt blanco, mientras ella mira a la cámara y sonríe. Dicha imagen puede interpretarse como una representación de lo que en la pornografía se llama “cum shot”, una imagen en la que se ve cómo un hombre eyacula en la cara o el cuerpo de una mujer. Para aclarar que no había ninguna connotación sexual en el anuncio, en la descripción del video se aprecia la frase “Es como un bloqueador pero más cool. ¡La manchita Battimix! #Bloqueador del aburrimiento”. Sin embargo, los comentarios con graves acusaciones a los creadores del anuncio se multiplicaron en dicha publicación.

Cabe señalar que Campos trabaja como actriz desde los 10 años y ha cumplido los 18 años recién en 2024. Sin embargo, a pesar de su mayoría de edad, sigue siendo una adolescente, de acuerdo a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ello, este anuncio es un ejemplo de cómo la hipersexualización de las niñas y adolescentes es una práctica común tanto en los medios de comunicación como en la publicidad y en las redes sociales.

En el anuncio se puede
En el anuncio se puede observar a Campos bebiendo un vaso de Battimix, tras lo cual su rostro queda manchado con el yogurt blanco, mientras ella mira a la cámara y sonríe (TikTok: CríticaExtremo)

La hipersexualización se traduce en mostrar a las menores de edad con vestimenta, actitudes o comportamientos que evocan o exageran aspectos de la sexualidad. Se trata de un fenómeno alarmante que ha ganado visibilidad en los últimos años. Este proceso involucra la representación de las menores de edad como objetos sexuales.

En otras palabras, las niñas y adolescentes son retratadas de manera que explotan su sexualidad, sin tener en cuenta su desarrollo físico, emocional ni mental. El impacto de este fenómeno es profundo, afectando la percepción que las propias jóvenes tienen de sí mismas y las expectativas sociales sobre ellas.

La hipersexualización de las niñas y las adolescentes

La hipersexualización se refiere a la forma en que se sobrepone una sexualización indebida en la imagen de las niñas y adolescentes, quienes no están preparadas para asumir esa carga. Esto se traduce en mostrar a las menores con vestimenta, actitudes o comportamientos que evocan o exageran aspectos de la sexualidad, sin que haya una comprensión real de lo que esto implica para su desarrollo. Este tipo de representación está dirigido a un público de adultos, presentando a las niñas como individuos con una sexualidad precoz que, en muchos casos, es artificialmente construida para atraer la mirada de los demás.

Por ejemplo, en los anuncios publicitarios, las niñas pueden ser mostradas usando ropa provocativa o en poses sugerentes, mientras que en la música o en videos musicales, las jóvenes son presentadas realizando movimientos o gestos que imitan comportamientos adultos sexualizados. La industria de la moda también juega un papel clave, comercializando ropa infantil que no es apropiada para su edad, con diseños que reflejan estilos y actitudes claramente adultos. Estos mensajes no solo afectan la percepción que se tiene de las menores, sino que también les envían el mensaje erróneo sobre lo que se espera de ellas y su valor como personas.

¿Cómo la hipersexualización afecta a las menores de edad?

La industria de la moda
La industria de la moda también juega un papel clave, comercializando ropa infantil que no es apropiada para su edad (Freepik)

El impacto de la hipersexualización en las niñas y adolescentes es amplio y multifacético, y las consecuencias pueden ser devastadoras tanto para su salud mental como física. Uno de los efectos más inmediatos es la distorsión de la autoestima. Al verse reflejadas en los medios y la publicidad u otros ámbitos como objetos sexuales, las niñas pueden comenzar a sentir que su valor se basa en su apariencia y en su capacidad para atraer la atención masculina, en lugar de sus habilidades, logros y carácter. Esto puede llevar a una preocupación excesiva por la imagen corporal, lo que a su vez puede generar trastornos alimenticios, depresión y ansiedad.

Otro de los efectos negativos es la aceleración del desarrollo emocional. Las adolescentes que son expuestas continuamente a estas representaciones pueden sentir la presión de madurar rápidamente para cumplir con las expectativas de la sociedad en cuanto a su sexualidad. Este fenómeno puede hacer que se involucren en comportamientos sexuales precoces o peligrosos, sin la madurez emocional necesaria para comprender las consecuencias de sus acciones. Además, esta exposición puede reducir su capacidad para establecer relaciones saludables, ya que las expectativas sobre la sexualidad pueden estar basadas en ideas irreales o dañinas.

La sexualización también puede fomentar la cultura de la violencia de género, ya que perpetúa la idea de que las mujeres, incluso las más jóvenes, deben ser vistas y tratadas principalmente como objetos sexuales. Esto puede crear un ambiente propicio para el acoso sexual, el abuso y la explotación, al normalizar la cosificación de las niñas. Al recibir el mensaje de que la sexualización es un estándar de belleza y éxito, las menores pueden empezar a adoptar actitudes y comportamientos que refuercen estos estereotipos, contribuyendo al ciclo de la hipersexualización.

Finalmente, la hipersexualización de las niñas también afecta la educación. Si una niña o adolescente siente que su valor está vinculado a su apariencia y su sexualidad, puede resultar menos interesada en el desarrollo de otras áreas importantes como su educación y su carrera profesional. Esto puede limitar su potencial y sus oportunidades en la vida, perpetuando las desigualdades de género y reduciendo sus posibilidades de contribuir de manera significativa en la sociedad.

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