El ingeniero de la UNI que dejó su puesto en una empresa transnacional para fundar SISE y la UCSUR

Su trayectoria comenzó con un pequeño negocio de computadoras y terminó con la fundación de dos instituciones que marcaron un antes y un después en la educación peruana

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Con visión emprendedora y el
Con visión emprendedora y el respaldo de su familia, dejó la estabilidad de una empresa transnacional para crear instituciones que hoy forman una millas de profesionales en el país. (Composición Infobae Perú)

Un ingeniero que decidió cambiar la seguridad de un empleo estable por la incertidumbre del emprendimiento logró transformar la educación en el Perú. Apostó por la informática cuando pocas universidades la ofrecían y más tarde creó una institución superior que se consolidó como una de las más prestigiosas del país. Su nombre es José Carlos Dextre Chacón, fundador del Instituto SISE y de la Universidad Científica del Sur, cuya trayectoria estuvo marcada por la innovación, la visión empresarial y el compromiso con la enseñanza.

Su carrera lo llevó a trabajar en importantes empresas, pero su deseo de contribuir al desarrollo académico lo impulsó a dar un giro radical. Con una inversión personal, comenzó a impartir clases de informática en un pequeño espacio alquilado, antes de dar el salto hacia proyectos de mayor envergadura. Su historia refleja los desafíos del emprendimiento en el sector educativo y el impacto de sus iniciativas en miles de estudiantes peruanos.

Una infancia rodeada de educación y un espíritu emprendedor en formación

Desde temprana edad, la enseñanza fue parte fundamental de su vida. Creció en un hogar donde sus padres, ambos docentes, inculcaron la importancia del aprendizaje. Las conversaciones en casa giraban en torno a la formación académica y las oportunidades de desarrollo. Su padre, además de ser maestro, construyó un colegio con esfuerzo propio, una experiencia que lo marcaría profundamente y definiría su futuro.

El ingeniero de la UNI
El ingeniero de la UNI inició su camino con la venta de computadoras y clases de informática antes de fundar dos reconocidas instituciones educativas en el país. Foto: Científica del Sur

Durante su adolescencia, no solo escuchaba sobre educación, sino que participaba activamente en las labores de su familia. Pintaba las aulas, colaboraba en la administración y veía de cerca el impacto que una institución educativa podía tener en la comunidad. Este contacto directo con la enseñanza despertó su interés por mejorar el acceso a una educación de calidad.

En 1972, ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) para estudiar Ingeniería de Sistemas. Su paso por esta casa de estudios coincidió con un período de intensa actividad política, lo que lo llevó a involucrarse en la representación estudiantil. Más allá de la militancia, vio en la política universitaria una forma de ejercer liderazgo y entender las problemáticas del sector educativo desde una perspectiva más amplia.

De la estabilidad laboral al primer emprendimiento en informática

Tras culminar sus estudios en 1978, ingresó al mercado laboral y ocupó puestos en diversas empresas, entre ellas el Banco Agrario y La Fabril. Su último empleo le ofrecía estabilidad económica y oportunidades de crecimiento, pero sentía que su verdadero propósito estaba en otro ámbito. Luego de varios años en la compañía, decidió que era momento de dar un paso al costado para iniciar su propio negocio.

Aprovechó una oportunidad clave en
Aprovechó una oportunidad clave en la educación superior : identificó la falta de formación en informática en el Perú. Foto: Universidad Científica del Sur

Identificó una brecha en el sistema educativo: la informática aún no tenía un espacio consolidado en las universidades peruanas. En respuesta a esta necesidad, diseñó un plan estratégico para ofrecer formación en tecnología. Con sus ahorros, adquirió computadoras y alquiló un espacio en el colegio de su padre, donde empezó a impartir clases de informática. Esta iniciativa fue el punto de partida del Instituto SISE, una institución que, con el tiempo, se expandiría hasta convertirse en un referente en educación técnica.

En 1983, formalizó la creación del Instituto SISE. Con un equipo reducido conformado por una secretaria, un encargado de limpieza y él mismo como docente y administrador, la institución comenzó a operar. A pesar de los desafíos iniciales, logró captar estudiantes interesados en la informática, un campo que comenzaba a ganar relevancia en el mercado laboral.

El crecimiento de SISE y la apuesta por una universidad

El éxito de SISE permitió su expansión en la enseñanza de tecnología y negocios. Sin embargo, a finales de los años 90, surgió un nuevo reto: la proliferación de universidades que empezaban a incluir carreras informáticas en su oferta académica. Para mantener su visión de vanguardia, decidió dar un paso más y crear una universidad con un enfoque innovador en educación superior.

Creó un instituto desde cero
Creó un instituto desde cero y luego desarrolló una universidad que hoy es referente en innovación académica. Foto: Universidad Científica del Sur

Convocó a expertos en diversas disciplinas, entre ellos el médico y académico Fernando Cabieses, con quienes desarrolló el proyecto de la Universidad Científica del Sur. La propuesta educativa se centró en áreas estratégicas como ciencias de la salud, negocios y tecnología. En 1998, presentó el proyecto ante el Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades (CONAFU), utilizando inicialmente un local de SISE como sede provisional.

El siguiente desafío fue establecer un campus propio. Para ello, adquirió un terreno en Surco, donde comenzó la construcción de las instalaciones. Sin embargo, el proceso no estuvo exento de dificultades. En un primer momento, las autoridades rechazaron la autorización del nuevo local, lo que obligó a replantear la estrategia. Tras insistir y cumplir con todos los requisitos, logró la aprobación y abrió oficialmente las puertas de la Universidad Científica del Sur en 1998.

Los desafíos y el reconocimiento de una nueva institución educativa

Poco después del inicio de actividades, la universidad enfrentó un obstáculo inesperado. Una queja presentada por un vecino llevó a la clausura temporal de la institución, a pesar de contar con los permisos municipales en regla. La situación puso a prueba la viabilidad del proyecto, pero la solidez legal con la que fue constituida permitió resolver el problema y continuar con las operaciones.

La formación docente es clave
La formación docente es clave para que los profesores diversifiquen sus métodos y adapten la tecnología al aprendizaje. - Crédito: Difusión

En los años siguientes, la universidad se consolidó como una de las más prestigiosas del país. En 2017, se ubicó entre las 10 mejores universidades privadas del Perú según el ranking de América Economía Intelligence. Un año después, alcanzó la décima posición en el Ranking Webometrics, que evaluó a 100 instituciones de educación superior peruanas.

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