Día del Internet Seguro: La importancia de construir un entorno digital resiliente para los peruanos

La ciberseguridad es la práctica de proteger sistemas, redes y programas de amenazas digitales, desde malware hasta técnicas de ingeniería social

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
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Una fecha que trasciende para todos los peruanos, es el Día del Internet Seguro, una efeméride para recordarnos que la seguridad en línea es una necesidad y urgencia. En el Perú, la digitalización avanza a pasos agigantados, siendo su mayor desafío garantizar un espacio digital seguro, especialmente en un contexto donde los ciberataques aumentan en sofisticación y frecuencia.

La ciberseguridad es la práctica de proteger sistemas, redes y programas de amenazas digitales, desde malware hasta técnicas de ingeniería social. Su objetivo no solo es defender datos críticos, sino también garantizar la integridad y la continuidad de los sistemas y infraestructuras esenciales como la banca, la salud o el gobierno.

Según datos registrados de Karspersky, durante el 2023 se registraron más de 5 mil millones de intentos de ciberataques en el país, incluyendo ransomware, phishing y explotación de vulnerabilidades y para el 2024 los intentos únicamente de phishing se dispararon un 360%, superando los 90 millones de casos. Estas cifras reflejan los errores humanos como caer en engaños de ingeniería social o generar contraseñas débiles.

Ante estos escenarios, existen esfuerzos destacables como lo que viene realizando el estado junto al Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) o las diferentes empresas privadas. Pero aún existen retos y oportunidades hacia un internet seguro.

En primer lugar, la educación digital debe ser prioridad. Capacitar niños en colegios o colaboradores en empresas, sensibilizar a jóvenes sobre riesgos y promover el conocimiento sobre los riesgos para la ciudadanía y la empresa. En este sentido, el informe realizado por EAE Business School, “Ciberdelincuencia en España: la soberanía de tus datos en peligro” y que difunde un conjunto de recomendaciones para mejorar en ciberseguridad.

Segundo, es urgente invertir en tecnologías avanzadas. La IA revoluciona la ciberseguridad al analizar terabytes de datos en tiempo real, detectando patrones anómalos o prediciendo ataques antes de que ocurran. Plataformas impulsadas por IA no solo identifican malware oculto en correos, sino que automatizan respuestas —como aislar dispositivos infectados— reduciendo el tiempo de reacción de horas a segundos. Sin embargo, su implementación exige cautela: los mismos algoritmos pueden ser objetivo de ataques adversarios que buscan engañarlos.

Finalmente, es clave entender que la ciberseguridad es una responsabilidad compartida. No basta con acciones estatales o empresariales; se necesita la corresponsabilidad ciudadana. Cada usuario debe adoptar prácticas como la autenticación multifactor, el cifrado de datos y la desconfianza ante mensajes sospechosos.

En un país donde la digitalización impulsa inclusión y crecimiento, proteger estos avances exige un pacto social. Empresas, Estado y ciudadanos deben tejer una red donde la IA anticipa amenazas, las políticas públicas facilitan herramientas, y las personas actúan como primera barrera. Solo así construiremos un internet seguro, sin atajos ni protagonismos, pero con compromiso colectivo.

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