En los últimos años, los artefactos explosivos se han consolidado como una de las principales herramientas de intimidación utilizadas por las bandas extorsionadoras contra sus víctimas. Según la información proporcionada por la Policía Nacional del Perú (PNP), durante el primer mes del 2025, en enero, el uso de dinamita ha experimentado un aumento del 25% en Lima.
Dinamita a control remoto
A medida que la criminalidad se hace cada vez más incontrolable en el Perú, las organizaciones delictivas han comenzado a innovar en sus métodos de extorsión y violencia. Ahora, en lugar de recurrir solo a métodos tradicionales, están utilizando dinamita a control remoto. Según informó la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) de la PNP, estos dispositivos son dejados en las viviendas, negocios y vehículos de las víctimas junto a pernos y clavos que son usados como esquirlas de metal para generar más daño.
“Son dispositivos a radiofrecuencia, quiere decir a distancia. Tiene un control remoto y tiene un radio mortal de aproximadamente 5 metros alrededor de la explosión, si se utiliza un solo cartucho”, explicó el mayor PNP Juan Carlos Romero. El jefe de la UDEX agregó que estos dispositivos han sido reportados no solo en negocios, también en estaciones del Metro de Lima Línea 1, en plazas del Centro de Lima y hasta en la puerta de la sede de la División Investigación Criminal (Divincri) de la PNP.
De acuerdo a la información policial, el uso de las granadas han disminuído en los últimos meses. Sin embargo, las organizaciones criminales han demandado más la dinamita y pirotécnicos, y ello se refleja en que, solo en el mes de enero, la demanda se ha acrecentado hasta en un 25%.
Provienen de la minería informal
La Policía señala que estos productos provienen de la minería ilegal y terminan en manos de organizaciones criminales a través del mercado negro que opera en distintos puntos del Perú. Estos explosivos, originalmente destinados a la extracción de minerales, son desviados para ser utilizados en atentados, extorsiones y otros actos delictivos. Su facilidad de acceso y el alto nivel de impunidad en su comercialización han convertido a estos insumos en un arma recurrente para los delincuentes.
Las cifras del Sistema de Registro y Control de Denuncias (Sidpol) reflejan la magnitud del problema: en lo que va del año, San Juan de Lurigancho registra 109 denuncias por extorsión, Comas 53, Ate 21, San Martín de Porres 39 y Callao 37.
A nivel de Lima Metropolitana, la cifra total asciende a 796 denuncias por este delito solo en enero, cifra que supera lo registrado en el mismo periodo del 2024. Este incremento no se limita a la capital, pues regiones como La Libertad, con 402 denuncias, también presentan cifras preocupantes.
En una entrevista pasada del noticiero 24 Horas con el exjefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) de la Policía Nacional, José Baella, el experto advirtió que la criminalidad en el Perú ha evolucionado debido al acceso a tecnología y armas de guerra, lo que ha permitido a los delincuentes diversificar sus métodos. Asimismo, señaló que la extorsión ya no es un delito exclusivo de grandes organizaciones, sino que se ha fragmentado, permitiendo que pequeños grupos e incluso individuos operen de manera independiente.
Líneas de emergencia
El Gobierno ha puesto en marcha la Central 111 de la Policía Nacional del Perú, un servicio gratuito y confidencial disponible las 24 horas del día para que los ciudadanos puedan denunciar extorsiones y otros delitos y obtener protección inmediata. Esta línea está conectada con la Central de Emergencias 105 y permitirá que las víctimas proporcionen pruebas como audios y videos.
También, los usuarios tienen las opciones de llamar a los siguientes números:
- Línea 1818: Teléfono de emergencia para reportar extorsiones.
- Celular 942841978: Contacto directo para denuncias de este tipo.
- Comisarías: Puntos de denuncia en cada distrito.