El oro es un pilar en la historia económica mundial, pero su importancia va más allá de su valor como metal precioso. Desde la antigüedad, estos objetos son sinónimo de poder y estabilidad financiera. Algunas han trascendido el simple comercio para convertirse en piezas codiciadas por coleccionistas.
En un episodio del programa estadounidense El Precio de la Historia, una moneda acuñada en Lima, Perú, se convirtió en el centro de una inesperada negociación. Emitido por el canal History, el conocido programa se especializa en la compra y venta de objetos históricos en una tienda de empeño en Las Vegas.
Durante el episodio, un hombre llegó con una moneda de oro que había heredado de su abuelo. Buscando venderla, la presentó al dueño del negocio, quien de inmediato notó su importancia. Inicialmente, el propietario desconocía su verdadero valor y esperaba obtener 2 mil dólares. “Está en muy buenas condiciones. Se ve muy antigua y no tengo ningún uso para ella”, comentó el propietario de la tienda.
Para garantizar su autenticidad, contactaron a un especialista en numismática, quien confirmó que la pieza era un escudo de oro del siglo XVIII. “Esta es una moneda acuñada en Lima. La ‘L’ en esta esquina indica que fue fabricada en Lima, Perú. El número ocho representa su denominación: la moneda de oro más grande emitida por los españoles”, señaló el experto.
El análisis incluyó la verificación del peso, un factor clave en la valuación de monedas antiguas. “¿La pesaste?”, preguntó el especialista. La respuesta fue afirmativa: la balanza marcó 27 gramos, el peso exacto que debía tener. Esto confirmó la legitimidad de la moneda y su excelente estado de conservación.
Tras el análisis, la discusión giró hacia su valor en el mercado. El experto estimó que la pieza podía alcanzar los 18 mil dólares. Sorprendido por la tasación, el propietario decidió renegociar su precio inicial. La oferta comenzó en 10 mil dólares, luego subió a 10 mil 500 y finalmente cerró en 11 mil. “No aceptaré menos de 11 mil″, insistió el dueño de la moneda. Tras una breve deliberación, el trato se concretó.
La historia detrás del escudo de Lima
Las casas de moneda en América fueron fundamentales para la economía colonial del Imperio español. Aunque en un principio se pensó en Arequipa como sede, finalmente se estableció en Lima la primera casa de moneda en el Virreinato del Perú. Desde allí, se produjeron piezas de oro y plata que circularon por todo el mundo, debido a la importancia del comercio con Europa y Asia.
El escudo de oro, como la moneda vendida en El Precio de la Historia, fue una de las denominaciones más relevantes de su tiempo. Las piezas acuñadas en Lima llevaban una “L” como distintivo de su origen. Estas monedas, a diferencia de los patrones modernos, no se caracterizaban por una uniformidad precisa en su tamaño, sino que su valor dependía del peso y la pureza del metal. Esto llevó a que muchas veces se encontraran diferencias en su acabado, lo que hace que ejemplares en perfectas condiciones sean difíciles de hallar.
Los escudos formaban parte de un sistema monetario más amplio, en el que el real de plata también tenía un papel central. Durante el siglo XVIII, el real y el escudo se consolidaron como las unidades predominantes, con múltiples denominaciones que facilitaban el comercio dentro y fuera del virreinato. En el caso del escudo de oro, su denominación más grande correspondía a ocho escudos, equivalentes a un doblón, que en el siglo XVIII tenía un valor de 4 mil 352 maravedís.
El tesoro perdido de la flota española
Muchas monedas de oro y plata acuñadas en Lima formaron parte de los cargamentos que la corona española enviaba periódicamente a Europa. Uno de los episodios más conocidos en la historia del transporte de metales preciosos ocurrió en 1715, cuando una flota cargada con más de 14 millones de pesos en oro y plata zarpó de La Habana con destino a España. Sin embargo, en su travesía, un huracán hundió los barcos frente a la costa de Florida, dejando el tesoro en el fondo del océano.
El valor de una moneda histórica como el escudo de oro no solo depende de la cantidad de metal que contiene, sino también de su estado de conservación, rareza y demanda entre los coleccionistas. El mercado numismático ha demostrado que monedas similares pueden alcanzar precios elevados en subastas y ventas privadas. Esto se debe a la historia que llevan consigo, ya que cada una es testimonio de una época en la que el comercio y la expansión del Imperio español dependían en gran medida del oro y la plata extraídos de América.
Así fue el inicio del sistema monetario en el Perú
La aparición de la moneda en el Perú se remonta a la fundación de la Casa de Moneda de Lima. En 1551, el Consejo de Indias sugirió al Emperador la creación de una ceca en Lima. Esto se concretó en 1565, cuando el rey Felipe II dictó la Real Cédula que ordenaba la creación de la Casa de Moneda en la Ciudad de los Reyes.
La entidad cesó sus operaciones en 1570, trasladando parte de sus implementos a la ciudad de La Plata debido a la expansión minera en el sur andino. En 1577, la ceca de Lima reanudó sus trabajos, acuñando monedas hasta 1588, año en que volvió a cerrar. Durante este periodo, se acuñaron monedas con un nuevo diseño dispuesto por Felipe II, conocidas como “Escudo Coronado”.
La gran cantidad de monedas exportadas a España aumentó la fama del Virreinato del Perú, dando origen a la famosa frase “Vale un Perú”, usada hasta hoy para denotar gran riqueza. Anualmente, las monedas eran transportadas en barcos escoltados por la Armada del Mar del Sur desde el Callao hasta Panamá, desde donde, tras cruzar el istmo, eran enviadas en galeones a España.
La ceca de Potosí acuñó monedas macuquinas durante todo el siglo XVII. Este periodo se caracterizó por una impresionante falsificación llevada a cabo por los propios funcionarios, afectando tanto al Perú como a Europa. En respuesta, el rey ordenó recoger las monedas defectuosas, conocidas como “rochunas”, y resellar las buenas, además de cambiar el diseño del “Escudo Coronado” por otro que mostraba en el anverso una cruz con leones y castillos y en el reverso las Columnas de Hércules sobre ondas de mar.
Entre 1659 y 1660, la ceca limeña acuñó monedas de oro y plata, convirtiéndose en la segunda casa de moneda hispanoamericana en producir piezas de oro. Sin embargo, el rey no aprobó la decisión y ordenó el cierre de la ceca limeña. Estas monedas se distinguen por tener una estrella en el centro del reverso.