La mediática monja argentina Sor Lucía Caram señaló este jueves que el grupo apostólico Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), disuelto por el Papa Francisco a raíz de una serie de denuncias e investigaciones por abusos, y el cardenal peruano Juan Luis Cipriani, acusado de pederastia, han convertido la Iglesia Católica “en una cueva de bandidos”.
En un pronunciamiento difundido por el portal Religión Digital, la religiosa también equiparó estos casos con la intervención del Instituto del Verbo Encarnado, una congregación fundada en Argentina en los años 80 por Carlos Miguel Buela, quien falleció en 2023 tras ser suspendido por abusos.
“La disolución del Sodalicio, la intervención del Instituto del Verbo Encarnado, los escándalos de Belorado (...), los abusos de Cipriani... mucha cosa que suena a escándalo en el que se ha puesto blanco sobre negro y han quedado en evidencia muchos de aquellos que decían defender la ortodoxia, la radicalidad del Evangelio (...), ahora están rechinando de odio”, afirmó en el clip.
Sor Lucía, quien cuenta con decenas de miles de seguidores en redes sociales y es frecuente en programas televisivos en España, consideró que este comportamiento es una reacción ante las decisiones papales de “escuchar a las víctimas” e intervenir con acciones concretas. “Ahora resulta que Francisco es el demonio. Y no se animan ellos a decirlo, y mandan mensajeros, y utilizan frases, y hacen que el otro diga y retuitean, pero después de retuitear y para decir que van a tener venganza eterna”, señaló.
La monja también hizo referencia a los ataques contra los enviados del Papa a Perú, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote catalán Jordi Bertomeu, oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, encargados de investigar el SVC por abusos y corrupción financiera.
“Y después que dicen que van a aceptar humildemente la intervención (...) ellos se van riendo de las personas que les han puesto para hacer un acompañamiento. Habrá que ver todo lo que hay de movimiento económico y de otros intereses que no eran tan evangélicos. Ni tan angelicales como lo que defendían (...) para poder después expropiar tierras, quitárselas a los campesinos, blanquear dinero. (...) Hoy han quedado desplumados”, agregó.
La monja, de ascendencia libanesa, celebró que Francisco sea “un Papa evangélico (...) que no tiene miedo a la verdad ni por su vida”, y que esté “terminando de levantar estas mesas de los cambistas de los que han convertido la Iglesia en una cueva de bandidos”.
Finalmente, subrayó que estos abusos no habrían sido posibles sin la connivencia de “algunos jerarcas en diversas congregaciones, que gracias a Dios ya no están en cargos de poder”. Y agregó: “Tenemos muy claro que (...) ha habido encubrimiento y ha habido connivencia. Y seguramente porque ha habido intereses. (...) Pero no van a poder matar a aquellos que sirven a la verdad y que sirven al Evangelio”.
Situación del Sodalicio y Cipriani
El pronunciamiento de Sor Lucía llega días después de que Jordi Bertomeu, comisario designado para ejecutar la disolución de SVC, comunicara públicamente que el pontífice ha decidido suprimir “todo lo que fundó” el pederasta Luis Fernando Figari (1947).
El sacerdote explicó que Francisco le delegó la “delicada misión” de asistir en este proceso, que implica la supresión del Movimiento de Vida Cristiana, la Asociación de María Inmaculada, la Fraternidad Mariana de la Reconciliación y las Siervas del Plan de Dios, los cuales conforman la denominada familia sodálite.
Sobre Cipriani, en tanto, el Vaticano ha confirmado que mantiene vigente un precepto penal con medidas disciplinarias relacionadas con su actividad pública, lugar de residencia y uso de insignias. El cardenal, quien alega su inocencia, reapareció en Perú en enero pasado, cuando el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, le otorgó la Medalla Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz “por su incansable labor pastoral, académica y eclesiástica”.