La amenaza de impactos de asteroides sigue siendo una preocupación constante para los científicos. Aunque la mayoría de estos cuerpos celestes pasan cerca de nuestro planeta sin causar daño, algunos presentan riesgos potenciales. El asteroide 2024 YR4 ha captado la atención debido a su inusual órbita y a su probabilidad de acercarse peligrosamente a la Tierra en el futuro cercano. Su descubrimiento a finales de 2023 y los análisis posteriores han dejado claro que, aunque la posibilidad de un impacto es baja, no debe ser descartado. La comunidad científica sigue vigilando este asteroide con el objetivo de obtener más información y prever posibles escenarios.
El objeto, de entre 40 y 100 metros de diámetro, fue detectado por astrónomos mediante el telescopio ATLAS de la Universidad de Hawái. Aunque la probabilidad de impacto es de apenas 1,3%, los científicos se han mantenido alerta ante cualquier cambio en su trayectoria. A lo largo de los próximos años, el asteroide 2024 YR4 será monitoreado estrechamente para poder descartar cualquier riesgo a medida que se acerque a la Tierra en 2032.
¿Qué es el asteroide 2024 YR4?
El asteroide 2024 YR4 es un objeto recién descubierto que pertenece a un grupo de asteroides cercanos a la Tierra. Tiene una órbita elíptica que lo lleva a recorrer el sistema solar interior, pasando cerca del Sol y de la Tierra, antes de alejarse nuevamente hacia la región entre Marte y Júpiter. Su órbita particular y su trayectoria hacen que sea un asteroide difícil de rastrear, ya que su paso cerca de nuestro planeta no siempre coincide con la posición exacta de la Tierra, lo que complica su detección en el pasado.
Este asteroide fue detectado por primera vez en diciembre de 2023, cuando se encontraba alejándose de la Tierra, y desde entonces ha sido objeto de análisis por parte de científicos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA. Aunque no se espera que el asteroide cause un impacto directo, la NASA sigue recopilando datos a medida que el asteroide se desplaza por el sistema solar. El seguimiento de objetos como este es fundamental para evaluar cualquier posible riesgo y desarrollar estrategias de mitigación si fuera necesario.
¿Por qué el asteroide 2024 YR4 podría ser una amenaza para la Tierra?
Aunque las probabilidades de que el asteroide 2024 YR4 colisione con la Tierra en 2032 son bajas, el riesgo no puede ser completamente descartado. Los científicos de la NASA han estimado que la probabilidad de impacto es de solo un 1,3%. A pesar de esto, el potencial destructivo de este objeto sería significativo si llegara a impactar en una zona densamente poblada. De ocurrir, el impacto podría causar daños en una región localizada, similar a lo que sucedió en el evento de Tunguska en 1908, cuando un asteroide explotó sobre Siberia, devastando miles de kilómetros cuadrados de bosque.
Además de su tamaño estimado, que oscila entre 40 y 100 metros, se cree que el asteroide 2024 YR4 podría ser rico en metales, lo que permitiría que llegara casi intacto a la superficie terrestre en caso de colisión. Si eso ocurriera, el impacto liberaría una cantidad de energía comparable a la de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, con una potencia de aproximadamente 14,8 megatones.
¿Qué medidas está tomando la NASA para monitorear al asteroide 2024 YR4?
La NASA y otras agencias espaciales están trabajando arduamente para monitorear este asteroide en busca de más información sobre su trayectoria y composición. Aunque la probabilidad de impacto es baja, la agencia espacial estadounidense ha activado su programa de vigilancia de objetos cercanos a la Tierra para evaluar cualquier posible riesgo. Actualmente, el asteroide se encuentra fuera del alcance de los telescopios y no será visible nuevamente hasta 2028, cuando se espera que pase a una distancia de 8 millones de kilómetros de la Tierra.
Para los científicos, el seguimiento de asteroides como 2024 YR4 es crucial para comprender los peligros potenciales que representan y para desarrollar estrategias para mitigar cualquier amenaza futura. La comunidad científica internacional, incluida la Agencia Espacial Europea (ESA), continúa colaborando en estos esfuerzos para mejorar las capacidades de detección y seguimiento de asteroides y así proteger al planeta de posibles impactos.