C-Á-N-C-E-R. Es la palabra que menos queremos escuchar cuando recibimos un diagnóstico médico. Sin embargo, según recientes datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que hubo 20 millones de nuevos casos y 9,7 millones de muertes por cáncer en el mundo. Una tendencia creciente que también se ve reflejada en nuestro país.
“La prevención es crucial” es la típica frase que escuchamos siempre. No obstante, la prevención no es solo una estrategia médica, sino que es el primer capítulo de todas las historias de supervivencia. En este Día Mundial contra el Cáncer, debemos reflexionar que el futuro está en nuestras manos.
Si bien la medicina moderna nos da razones para ser optimistas, nuestras decisiones diarias son cruciales. Dejar de fumar reduce hasta en un 50 % el riesgo de padecer cáncer de pulmón, según la OMS. Una dieta saludable rica en fibra disminuye el riesgo de cáncer colorrectal en un 10 %, mientras que la actividad física regular puede reducir el riesgo de varios tipos de cáncer entre un 20 % a 30 %.
Cada acción repercute en nuestros próximos años. Por ello, cada chequeo médico y cada elección saludable nos acerca a nuestra historia de supervivencia. Los programas de detección temprana salvan vidas: las mamografías regulares reducen la mortalidad por cáncer de mama entre un 20 % y 35 % y la colonoscopia puede reducir el riego de muerte por cáncer colorrectal hasta en un 50 %.
Con los avances en detección temprana y tratamientos, las tasas de supervivencia han mejorado significativamente para muchos tipos de cáncer. Recientemente, el PSA (Antígeno Prostático Específico) ha revolucionado la detección temprana del cáncer de próstata.
Así también, la revolución tecnológica está transformando el diagnóstico y tratamiento. Hoy, contamos con biopsias líquidas que pueden detectar más de 50 tipos de cáncer con una simple muestra de sangre.
La inmunoterapia está transformando el tratamiento de cánceres avanzados. En melanoma metastásico, la supervivencia a diez años alcanza el 34 % con pembrolizumab, mientras que en cáncer de pulmón no microcítico avanzado llega al 32 % a cinco años.
Este 4 de febrero, nuestro mensaje es claro y esperanzador: la prevención se ha convertido en la protagonista de las historias de supervivencia. La ciencia nos ha demostrado que prevenir no es solo mejor que curar; es escribir nuestra propia historia de salud antes de que el cáncer intente escribirla por nosotros.
No esperes a ser protagonista de una historia de tratamiento cuando puedes ser autor de una historia de prevención. El futuro del cáncer no solo está en los tratamientos innovadores, sino en las decisiones que tomamos hoy.