Desde hace varios años, la disputa por la denominación de origen del pisco es motivo de constantes desencuentros entre Perú y Chile. Este enfrentamiento, que abarca dimensiones históricas, comerciales y patrimoniales, tuvieron momentos clave que han influido en la manera en que cada país defiende su posición.
En diciembre de 2024, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) incorporó en su registro regional manuscritos coloniales que respaldan el origen peruano del pisco. Estos documentos, fechados entre 1587 y 1613, describen la producción y el comercio del aguardiente de uva que luego sería conocido como pisco. Según el Comité de la UNESCO, “estos manuscritos son un testimonio invaluable de la producción y comercio del aguardiente de uva que posteriormente recibiría la denominación de pisco”.
La decisión impulsó a Chile a presentar su propio expediente ante la UNESCO para obtener reconocimiento patrimonial en el ámbito vitivinícola. Este año, el organismo internacional confirmó la actualización de la Lista Indicativa de Chile, incluyendo al Paisaje Cultural Vitivinícola del Pisco Chileno, tras recibir la documentación enviada por el Gobierno de Chile a través de su Delegación Permanente.
La búsqueda del dominio de origen
El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en conjunto con el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Relaciones Exteriores, coordinó la postulación con el respaldo de asociaciones de productores y comunidades locales. La ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, destacó la importancia del reconocimiento: “El Paisaje Cultural Vitivinícola del Pisco Chileno representa un patrimonio vivo que combina tradiciones centenarias con prácticas agrícolas y productivas adaptadas a un entorno desafiante y único, integrando cultura, economía y naturaleza. Su reconocimiento ante UNESCO nos permitirá fortalecer su identidad y fomentar un turismo cultural y patrimonial sustentable que beneficie a las comunidades locales y a todo nuestro país, por lo que seguiremos trabajando en su preservación”.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, también se refirió al impacto que este reconocimiento puede tener en el sector pisquero: “Esperamos que se incorpore el Paisaje Cultural Vitivinícola del Pisco Chileno a la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Este es un sitio maravilloso, una industria que produce 35-40 millones de litros de pisco al año donde trabajan muchas cooperativas, pequeños pisqueros y pisqueras. Hay una cultura detrás de esta industria que buscamos que sea reconocida a nivel internacional. Nuestra política comercial ha impulsado el reconocimiento de la denominación de origen del pisco en los tratados internacionales, asegurando su acceso a los mercados”.
Avances en el reconocimiento
Con la inclusión en la Lista Tentativa de la UNESCO, Chile avanza en el proceso para que el Paisaje Cultural Vitivinícola del Pisco Chileno sea evaluado como Patrimonio Mundial en 2025. Esta etapa implica la elaboración de un expediente técnico que será analizado por expertos de la UNESCO y organismos como el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS).
El presidente de la Asociación de Productores de Pisco de Chile, Francisco Munizaga, valoró el esfuerzo realizado en los últimos años para alcanzar este objetivo: “La verdad es que nos tiene muy contentos, ha sido la culminación de un trabajo largo, llevamos por lo menos cuatro años trabajando en esto y este es un hito superimportante. No es el último, pero sí es uno muy significativo, así que contentos y orgullosos de nuestro pisco chileno”.
El conflicto entre ambos países no solo se desarrolla en el ámbito patrimonial, sino también en tratados comerciales y litigios internacionales. Perú logró que su denominación de origen sea reconocida en múltiples mercados, mientras que Chile ha impulsado acuerdos para que su pisco sea reconocido con esa denominación en distintos países.
¿Por qué es tan importante la denominación de origen?
La denominación de origen es un distintivo que asocia un producto con una región geográfica específica, destacando sus características únicas derivadas tanto de factores naturales como humanos. Según el Indecopi y la Unesco Perú, este reconocimiento no solo ayuda a preservar tradiciones y saberes ancestrales, sino que también fortalece la economía local, ya que contribuye a la diferenciación en mercados internacionales. Los productos que cuentan con una denominación de origen, como el Pisco o el Tequila, son reconocidos mundialmente por su calidad y autenticidad, lo que agrega valor a la producción y promueve su demanda.
La protección de una denominación de origen tiene beneficios significativos, tanto económicos como culturales. A nivel económico, fomenta el crecimiento de la producción local, mejora la rentabilidad y promueve el turismo en las regiones asociadas a estos productos. Culturalmente, preserva prácticas tradicionales de elaboración, lo que contribuye a mantener vivas las tradiciones locales. Además, el reconocimiento legal de una denominación de origen protege estos productos del uso indebido o fraudulento por parte de terceros, garantizando que solo los productores de la región puedan comercializarlos bajo este nombre.
En el proceso de creación de una denominación de origen, es fundamental que exista un colectivo de productores comprometidos con la calidad y la tradición del producto. Este colectivo debe estar preparado para cumplir con los requisitos de trazabilidad, control de calidad y preservación de los recursos naturales de la región. Solo así se asegura que el producto mantenga sus características distintivas y su prestigio, permitiendo que los consumidores reconozcan su autenticidad y calidad superior.