Después de cuatro años de proceso judicial, el Poder Judicial emitió sentencia contra dos ciudadanos responsables de la caza ilegal de un oso de anteojos en la provincia de Sandia, Puno. Este hecho, ocurrido en plena pandemia del Covid-19, generó gran indignación en redes sociales y desencadenó una investigación que permitió identificar y enjuiciar a los implicados.
En mayo de 2020, cuando el país se encontraba bajo estrictas medidas de confinamiento, las redes sociales se convirtieron en la principal prueba de un crimen contra la fauna silvestre. Dos sujetos publicaron fotografías en Facebook donde posaban con un rifle junto al cuerpo sin vida de un oso de anteojos en el distrito de Phara. En una de las fotografías, se observa que uno de los responsables lleva puesta una mascarilla, lo que confirmó que el hecho ocurrió durante el estado de emergencia por la pandemia.
Ante la ola de indignación, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) inició una investigación con apoyo de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Puno. Con el respaldo de la Policía Nacional del Perú (PNP) y las autoridades locales, se logró ubicar el lugar exacto del crimen en la comunidad de Toldoqueri, dentro de la provincia de Sandia.
Sentencia y sanciones para los responsables
Luego de un proceso judicial prolongado, la fiscal Margareth Romani, de la Segunda Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental de Puno, consiguió que el Segundo Juzgado Penal Unipersonal de San Román – Juliaca dictara sentencia condenatoria contra Ludwin A. Chambi Contreras y Edgar J. Inofuente Soncco. Ambos fueron declarados culpables del delito de depredación de flora y fauna silvestre en su forma agravada, lo que les valió penas privativas de libertad suspendidas:
- Ludwin A. Chambi Contreras: 3 años y 5 meses de prisión suspendida.
- Edgar J. Inofuente Soncco: 3 años y 11 meses de prisión suspendida.
Además de la pena de cárcel suspendida, los sentenciados deberán pagar una reparación civil de 8.600 soles a favor del Estado peruano como compensación por el daño ambiental causado. En Perú, la caza y comercialización de especies protegidas están prohibidas por la Ley Forestal y de Fauna Silvestre N.° 29763, la cual establece sanciones severas contra los delitos ambientales. Aquellos que sean hallados culpables de atentar contra especies en peligro pueden recibir multas de hasta 5000 UIT.
Además, el Código Penal peruano contempla penas de prisión efectiva para quienes maten, capturen o comercialicen fauna silvestre sin autorización. Sin embargo, en la práctica, muchas de estas condenas terminan siendo penas suspendidas, como en el caso de los sentenciados en Puno, lo que ha generado críticas de sectores ambientalistas que piden sanciones más severas.
Una especie clave en peligro
El oso de anteojos, también llamado oso andino (Tremarctos ornatus), es la única especie de oso nativa de América del Sur. Habita la cordillera de los Andes y el bosque seco ecuatorial, abarcando regiones de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, el oeste de Bolivia y el noroeste de Argentina. Aunque se considera un omnívoro, su dieta está compuesta en su mayoría por vegetales, con solo un 5% de su alimentación proveniente de carne. Esto lo convierte en un dispersor natural de semillas, facilitando la regeneración de los bosques y contribuyendo a mantener el equilibrio ecológico.
Sin embargo, su población ha disminuido debido a múltiples amenazas:
- Caza furtiva: Muchas personas cazan a estos osos por supersticiones y creencias erróneas sobre supuestas propiedades medicinales de sus partes.
- Pérdida de hábitat: La deforestación reduce drásticamente el territorio donde pueden vivir y encontrar alimento.
- Conflictos con humanos: En algunas comunidades, los osos de anteojos son vistos como una amenaza para los cultivos y el ganado, lo que lleva a ataques preventivos por parte de los agricultores.
Actualmente, esta especie está catalogada como vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y su protección es clave para la biodiversidad del país.