“El Sodalicio está esperando que el Papa Francisco muera para revertir su disolución, pero es imposible”, señala Paola Ugaz

La coautora de ‘Mitad monjes, mitad soldados’ reacciona ante la disolución del Sodalicio, tras los escándalos de abusos y corrupción económica, y destaca que será una mujer, Sor Simona Brambilla, quien finalmente cierre este oscuro capítulo

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Pedro Salinas y Paola Ugaz
Pedro Salinas y Paola Ugaz en una reunión con el Papa Francisco

La periodista Paola Ugaz, coautora de 'Mitad monjes, mitad soldados', abre la puerta de su departamento este lunes al mediodía, después de que el enviado del Vaticano al Perú comunicara públicamente que el Papa Francisco ha decidido suprimir “todo lo que fundó” el pederasta Luis Fernando Figari (1947), incluido el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC).

“Es un capítulo inédito e histórico”, dice, mientras se hunde en el sofá de la sala, cerca de un ventanal desde el cual se observan los edificios de Barranco, y donde, a veces, bajan pajaritos bulliciosos.

Diez años después de publicar la investigación que destapó el mayor escándalo de abusos de la Iglesia Católica peruana, de ser asediada por investigaciones fiscales que la llevaron a “pedir auxilio” al pontífice, de estar en el centro de campañas de desinformación y de ser amenazada, incluso de muerte, Ugaz sirve un vaso de agua y dice: “Empecemos cuando quieras”.

Pedro Salinas y Paola Ugaz,
Pedro Salinas y Paola Ugaz, autores de 'Mitad monjes, mitad soldados'. Foto: Infobae Perú

Se quita los anteojos y se espabila. Han sido días de continua aparición mediática. “Días en los que he dicho: bueno, lo que hace unos años era un sueño con alucinógenos, ahora se logró”, señala en esta entrevista con Infobae Perú, en la que repasa el fin de esta organización católica.

¿Cómo explicas el punto final de esta organización religiosa con tanto poder, luego de investigarla por años?

Es un capítulo inédito e histórico para la Iglesia Católica porque, en toda su historia, nunca habían suprimido una organización con base en una investigación periodística basada en lo que decían las víctimas, la misma que se pudo comprobar gracias a la misión enviada al Perú. Esta misión, al regresar a Roma, pidió que cambien a José Rodríguez Carballo, del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, donde dependía el Sodalicio.

Al sacarlo a él, se abre toda una ruta para poder escuchar todo lo demás. El primer despido importante fue el año pasado, con José Antonio Eguren (exarzobispo de Piura) enviado a su casa. Fue una de las primeras grandes medidas contra el Sodalicio. En Piura, Eguren miró al otro lado cuando los comuneros de Castilla y Catacaos se quejaban de que, usando bandas armadas y otros manejos, se quedaban con sus tierras para las inmobiliarias de las empresas del Sodalicio, en un lugar donde también había un cementerio que el Sodalicio tomó como si fuera una extensión más de su organización.

Paola Ugaz en una audiencia
Paola Ugaz en una audiencia con el Papa Francisco

En cascada, vinieron muchas medidas: la expulsión de Figari, otros miembros y poco a poco lo que está pasando. Creo que lo que nadie se esperaba era la supresión. Una cosa es expulsar a los miembros y pedir cambios, y otra ponerle fin. Cuando nos reunimos con el Papa Francisco en diciembre, Pedro Salinas (con quien escribió ‘Mitad monjes, mitad soldados’) le preguntó más de una vez si se iba a cerrar o no el Sodalicio y el Papa le dijo: “Lo voy a hacer bien, pero lo voy a hacer bien”.

¿Cuántas veces le consultaron al Papa?

Yo no le pregunté ninguna, pero Pedro más de tres veces, creo. Porque hay muchas víctimas esperando, hay mucho dolor y el Papa le dijo: “Lo voy a hacer bien”. La reunión fue un poco tensa, luego se relajó. El Papa empezó a hacer bromas. Pedro le dijo: “Están esperando que usted se muera para que el Sodalicio regrese”.

Y él le dijo: “Que hagan su cola, porque hay mucha gente que quiere que yo me muera para hacer un montón de cosas que no pueden hacer ahora”. Y todos nos reímos. Él tenía una herida muy grande en la cara ese día que nos vimos y nos dijo que era por un obispo que no había vuelto cardenal y le había pegado. Nos reímos más. Al final, dijo: “No, me caí”.

¿Cuántas veces te has reunido con el Papa?

Una vez a solas y otra vez con Pedro. Cuando lo vi en noviembre de 2022, era una vista completamente diferente porque en ese momento estaba abrumada por todo, sabiendo que en Perú no iba a pasar absolutamente nada, que no nos defendían. Me habían acusado falsamente de ser jefa de una red de lavado de activos, mil mentiras y más. Cuando voy ahí, le cuento todo lo que está pasando y me dijo: “¿Qué quieres que haga?”. Le dije que sería bueno que vaya una misión a Perú. Él solo tomaba nota. Siempre digo ‘con qué cara me habrá visto el Papa’ que, ocho meses después, ordenó que venga esta misión, la cual marcó un antes y un después en esta historia.

Fuente: Canal N

Antes de esta llegada, pensar que iba a pasar lo que está pasando ahora era soñar con alucinógenos. Que Charles Scicluna y Jordi Bertomeu (enviados del Papa) se reúnan con comuneros, víctimas, era impresionante. Otra cosa que sumó a la supresión fue saber que ellos también podían ser víctimas de denuncias. Porque han denunciado a Bertomeu, (...) a un sacerdote de 86 años en Piura... Ellos lo han probado en carne propia. De hecho, la denuncia contra Bertomeu era contra los que resulten responsables, es decir, el mismo Papa Francisco iba a ir la avenida Abancay (risas).

La reunión que tuvimos en diciembre pasado con el Papa también fue importante porque el Sodalicio, sintiéndose acorralado por las investigaciones, reaccionó y se fue de nuevo contra nosotros. Me levantaron el secreto de las comunicaciones en septiembre, y aquí nadie se alertaba. Además, se pidió cárcel contra Pedro.

En ese momento, veo la necesidad de que debíamos ir de nuevo a denunciar lo que nos estaba pasando. Venían de nuevo por nosotros y querían que perdiéramos nuestra libertad. Si no fuera por el Papa ni la comunidad internacional, la embajadora de Reino Unido, EE. UU. y Canadá, Pedro y yo estaríamos en la cárcel.

Imagen de archivo del Papa
Imagen de archivo del Papa Francisco durante un oficio religioso en la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma, Italia. 25 enero 2025. REUTERS/Yara Nardi

¿Cómo se explica el poder de Eguren en Piura?

Él es amigo del jefe del Poder Judicial, jefe de Fiscalía, él era un poder fáctico más en Piura. Por eso nunca le pasó nada. Ahora está expulsado, está reclamando en Roma que no hay buen proceso contra él. Es la misma táctica que está siguiendo Jaime Baertl (uno de los máximos responsables del grupo religioso Sodalicio), jefe del tema corporativo.

Están esperando en la práctica que se muera el Papa Francisco, pero además estamos hablando de que esta supresión del Sodalicio viene acompañada de una serie de bienes que han hecho al Sodalicio usando el eslogan de la Iglesia Católica: universidades, colegios, cementerios, cuando el logo de la Iglesia para hacerse millonarios.

Ellos han hecho una red de offshores para sacar el dinero del país, y que ni la justicia ni el Vaticano tengan acceso a eso. Ellos tienen la offshore Alma Minerals, fundada por un primo de Jaime Bertel. En las Islas Vírgenes Británicas tienen tres offshores que abrieron en Panamá, y dos de ellas les ha servido para mover dinero de Panamá a Denver, que es la sede donde está su iglesia.

Desde 2020, hicieron que una empresa fundada por (el alcalde de Lima) Rafael López Aliaga tenga nueve cementerios, varios inmuebles, varias marcas que el Sodalicio resguardó porque también tienen el mismo miedo. Todo lo que estoy contando, las autoridades fiscales y judiciales lo saben y no hacen absolutamente nada.

Jorge Luis Figari fue expulsado
Jorge Luis Figari fue expulsado del Sodalicio a mediados de 2024. (Foto: Difusión)

De hecho, se reveló que la exfiscal de la Nación Patricia Benavides tenía como asesores a José Hauyón, abogado del Sodalicio, y a Hernán Garrido Lecca, como grandes cercanos al Sodalicio pidiendo que las investigaciones se cierren y las mías se mantengan abiertas.

¿Por qué dices que el Sodalicio espera que muera el Papa?

Porque creen que con el nuevo Papa, que no sabemos quién puede ser, van a revertir todas las medidas contra ellos.

¿Y eso es posible?

No, es imposible. Canónicamente, no hemos visto las letras pequeñas, pero hasta lo que se nos ha explicado es que esto es como un testamento. Esto no se toca. La justicia poética de este caso es que la persona que va a cerrar el Sodalicio es una mujer. Es Sor Simona Brambilla, prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, donde depende el Sodalicio.

Que una mujer firme el cierre de una organización misógina contra Rocío Figueroa (denunciante), Camila Bustamante (periodista que investigó abusos de Siervas del Plan de Dios, fundada por Figari), y muchas otras que han sido vapuleadas, tiene mucho de justicia poética y justicia en general.

Creo que de salud el Papa está muy bien, está muy lúcido, pero si pasara algo, eso ya no tiene reversión.

Después de este final, ¿han pensado reeditar ‘Mitad monjes, mitad soldados’?

La otra vez lo releí. Lo que puedo decir por ahora es que se vienen varias cosas, va a haber una obra a mediados de junio en el teatro La Plaza sobre este caso. Ha estado San Bartolo y ahora viene otra nueva. Lo importante, con este caso, es que no haya nunca más un niño sea violentado por un familiar, por su profesor, por algún religioso. Y que el Estado se comprometa para garantizarlo.

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