El silencio de la Conferencia Episcopal Peruana ante la denuncia de abuso sexual contra Juan Luis Cipriani, primer cardenal del Opus Dei y arzobispo de Lima durante dos décadas, ha generado una ola de críticas y llamados a la acción. La falta de pronunciamiento sobre este caso, cuyas sanciones ya han sido confirmadas por el Vaticano, llevó a distintos sectores a cuestionar la postura de la Iglesia Católica en el país.
Pedro Salinas, autor de Mitad monjes, mitad soldados (el libro que destapó los abusos del Sodalicio de Vida Cristiana), sugirió que este silencio podría dar paso a una situación similar a la que ocurrió en Chile en mayo de 2018. En ese entonces, los 34 obispos de ese país ofrecieron su dimisión al Papa Francisco por un caso de encubrimiento de abusos sexuales y pidieron perdón a las víctimas.
“Si los obispos peruanos siguen en plan ‘con Cipriani no me meto’, habrá que ir pensando en una carta colectiva dirigida al papa Francisco para que replique en Perú lo que hizo en Chile: que los haga dimitir a todos. Son extremadamente cobardes e indolentes estos sujetos”, escribió Salinas este domingo en su plataforma de X (anteriormente Twitter).
El autor consideró que la actitud de la Iglesia peruana pone en evidencia una grave omisión de justicia en un caso que salió a la luz pública el fin de semana en el diario El País, y por el que Cipriani fue obligado a retirarse y dejar el Perú como castigo.
“Si eran falsas (las acusaciones), ¿por qué no denunció su supuesta ‘falsedad’ en 2019 (cuando se exilió)? Porque son más que verosímiles”, destacó Salinas. A pesar de la gravedad del caso y su impacto en la sociedad peruana, hasta el momento, la Conferencia Episcopal no se ha referido a Cipriani, aunque sí sobre la disolución del Sodalicio.
Los obispos reconocieron que hubo momentos en que los sobrevivientes no se sintieron debidamente acompañados. “Agradecemos a quienes, con valentía y perseverancia, han hecho posible que los abusos sufridos salgan a la luz y los obispos hayamos ido tomando conciencia de los mismos (...) Compartimos el dolor de las víctimas y sus familiares, y una vez más expresamos nuestro pesar”, señalaron en un comunicado.
El mensaje también destacó la intervención del Papa Francisco, quien envió al Perú al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y al sacerdote español Jordi Bertomeu, ambos miembros del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y expertos en delitos de abuso.
Esta intervención fue clave para facilitar la disolución del grupo religioso. Scicluna y Bertomeu son conocidos por haber investigado en Chile los encubrimientos de los abusos sexuales que sufrieron menores por parte del sacerdote Fernando Karadima. Aunque el caso no prosperó en la justicia ordinaria debido a la prescripción, la situación llevó precisamente a la dimisión de los obispos chilenos.
“Mientras quedamos atentos a la recepción de los documentos que decretan dicha disolución (del Sodalicio) y las medidas a ella conexas, renovamos nuestro compromiso de colaborar con la Santa Sede para que se cumpla lo dispuesto por el Papa”, concluyó la Conferencia.
Cipriani admitió conocer denuncia
Cipriani admitió conocer la denuncia en su contra por abuso sexual enviada al Vaticano, aunque precisó que se trata de “documentación reservada que ni siquiera” él tiene en su poder. En una carta enviada al diario El País, que reveló el testimonio del denunciante, indicó que “resulta grave que se publique de manera parcial información” de carácter confidencial sobre un caso del cual la Santa Sede le pidió guardar silencio.
“No he cometido ningún delito, ni he abusado sexualmente de nadie, ni en 1983, ni antes, ni después. Se recogen unas acusaciones presentadas (...) en 2018, referentes a unos hechos presuntamente acaecidos en 1983. En agosto de 2018 fui informado de que había llegado una denuncia que no se me entregó″, señaló.
Posteriormente, la Santa Sede confirmó que las sanciones impuestas se mantienen vigentes y el vicario del Opus Dei en Perú, Ángel Gómez-Hortigüela, se disculpó por no haber atendido en su momento la denuncia.