La difusión de una denuncia por abuso sexual contra Juan Luis Cipriani, cardenal del Opus Dei y arzobispo de Lima durante dos décadas, ha reavivado la polémica que acompaña su carrera religiosa desde la década de los noventa, cuando era allegado al exdictador Alberto Fujimori.
La acusación de pederastia, que generó este martes una ola de críticas y pedidos de “sanciones ejemplares”, se suma a un largo historial de declaraciones y comportamientos controvertidos. En 2015, el diario El Comercio decidió separarlo públicamente como columnista luego de descubrir que había copiado frases de los escritos por el papa emérito Benedicto XVI, sin citar la fuente.
La desvinculación y denuncia de plagio fue un hecho inédito en el país, profundamente religioso, pese a que Cipriani señaló que los textos de la Iglesia no tienen propiedad intelectual y son patrimonio común de la fe. “Está claro que el diario no publicará más artículos del cardenal”, señaló el rotativo en su web oficial.
El religioso ha generado indignación con otros dichos. En 1990, cuando se desempañaba como obispo de Ayacucho, se le vinculó a comentarios despectivos sobre los derechos humanos. La revista Caretas publicó una declaración en la que calificaba de “cojudez” la labor de la Coordinadora Nacional de DD. HH., algo que él ha negado en diversas ocasiones.
En 2013, se refirió a la acusación de pedofilia contra el obispo auxiliar de Ayacucho, Gabino Miranda Melgarejo, también vinculado al Opus Dei, y pidió “no hacer leña del árbol caído”. De igual modo, defendió el derecho del acusado a la defensa. “Es muy dolorosa una situación de este tipo, pero creo que las personas tienen derecho a defenderse”, opinó. Ese mismo año, expresó su postura en contra del aborto, al que calificó de “acción demoníaca” y “asesinato”.
En 2016, cuando se refería al movimiento Ni una menos en su programa radial, sugirió que las niñas víctimas de abuso sexual “se ponen como un escaparate” y que los abortos en este contexto no eran causados por las agresiones, sino por las acciones de las mujeres.
“Las estadísticas nos dicen que hay abortos de niñas y no es porque hayan abusado de las niñas, es muchas veces porque la mujer se pone como un escaparate, provocando”, dijo. El comentario fue rechazado enérgicamente por organizaciones y figuras públicas, como la exministra de la Mujer, Ana María Romero, quien dijo que “el escaparate que conocen (las víctimas) es el de la violación, de la vergüenza, del dolor y de la humillación”.
Más de 13.000 personas firmaron entonces una carta en Change.org que pedía su renuncia al Vaticano, mientras que otros 400 pidieron la cancelación de su programa, que se transmitía los sábados en RPP.
Cipriani también rechazó el proyecto de ley sobre la unión civil homosexual, una “estrategia” que, según sus dichos, busca “destrozar al matrimonio”. Y aseguró que la labor de la Iglesia es guiar a las personas de la comunidad LGTBI a respetar el “orden natural”.
Acusación de pederastia
El cardenal renunciante fue obligado en 2019 por el Papa Francisco a retirarse del Perú y dejar la Orden tras una acusación de pederastia presentada al Vaticano. La víctima, que pidió anonimato, relató que sufrió los abusos en 1983, cuando tenía 16 años, en un centro de estudiantes en Lima, durante la confesión.
Cipriani fue informado de sanciones, como la prohibición de portar hábitos y símbolos cardenalicios. Aunque admitió conocer la acusación, rechazó haber cometido el abuso y reafirmó su inocencia.
“A pesar del dolor que todo esto me provoca, no guardo rencor al acusador, rezo por él y por todas las personas que han sufrido abusos por parte del clero católico, pero reitero mi completa inocencia”, señaló en un comunicado sin precisar qué acciones seguirá a partir de la revelación de este testimonio.