El panorama electoral de Perú enfrenta la posibilidad de ser infiltrado por el crimen organizado, elevando las alarmas en diversas instituciones ante el preocupante legado que podrían dejar los próximos comicios. En un reporte reciente, el jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Piero Corvetto, advirtió públicamente que la campaña del 2026 podría estar marcada por la violencia y por la intervención de estructuras delictivas.
Basándose en información de inteligencia, señaló que grupos como la banda ecuatoriana “Los Lobos” han incrementado su presencia en el territorio peruano y representan un claro peligro no solo para el proceso electoral, sino también para la gobernabilidad institucional del país.
De acuerdo con un informe publicado por Hildebrandt en sus trece, la ONPE cuenta con informes que muestran que estas organizaciones no solo buscan el control de economías ilegales como el narcotráfico, la minería ilegal y la tala indiscriminada, sino también una representación política que les permita operar con mayor impunidad.
El citado medio espefica que, según un análisis realizado por agentes de inteligencia policial y expertos de la DEA, las próximas elecciones podrían estar dominadas por estas redes que intentan influir en la formación del Congreso. En este sentido, el crimen organizado no solo se limita a persistir en actividades ilícitas, sino que también busca consolidar su presencia mediante estrategias políticas.
Un ejemplo de la intervención del crimen organizado en procesos electorales recientes ocurrió en Ecuador. La banda ‘Los Lobos’ perpetró actos violentos, como el asesinato de un candidato presidencial y amenazas directas a otros políticos. Incluso se informó de un mensaje directo a un postulante a la presidencia en el que le exigían cumplir con acuerdos secretos financiados por el narcotráfico, condiciones similares que podrían intentar replicar en territorio peruano.
“Los Lobos” operan en el norte del país
La región peruana de Tumbes y otras localidades fronterizas se han convertido en focos problemáticos de estas actividades delictivas. Pedro Yaranga, especialista en temas de seguridad, en conversación con la citada fuente, señaló que “Los lobos” han estado utilizando estas zonas no solo como puntos estratégicos para el narcotráfico, sino también como bases donde operan con una infraestructura de apoyo para sus actividades criminales.
En Ecuador, los ingresos ilícitos derivados de la minería ilegal han sido una fuente significativa de financiamiento para estos grupos, y en Perú la dinámica parece implementarse con un modelo similar. Este tipo de intervenciones exacerba la crisis de seguridad y pone en evidencia la fragilidad del control en las fronteras.
De igual manera, Yaranga destacó la falta de avances en las investigaciones contra la activación de estos grupos delictivos en territorio nacional. Según el experto, la inacción se debe al debilitamiento de las estrategias de inteligencia y a la falta de voluntad política para enfrentar el problema.
Esta pasividad podría ser aprovechada por ‘Los lobos y otras organizaciones similares que, ante la debilidad institucional existente, aspiran a integrar redes de poder desde los gobiernos locales hasta los estamentos legislativos del país.
En este contexto, el desafío no se limita únicamente al control del proceso electoral, sino también al fortalecimiento de toda la estructura democrática que se ve amenazada por la expansión de estas economías criminales. Las instituciones encargadas de garantizar elecciones limpias y seguras deben contar con estrategias firmes que combinen inteligencia, prevención de la violencia y coordinación interinstitucional.
El clima preelectoral ya muestra fisuras en la seguridad local, mientras dirigentes alertan sobre la posibilidad de un crecimiento exponencial de los conflictos relacionados con economías ilegales.
En el caso de las bandas extranjeras, su capacidad para amedrentar y controlar comunidades está documentada, abriendo un riesgo de que actúen también como agentes de desestabilización durante las campañas.