El Sodalicio de Vida Cristiana ha sido disuelto. Así lo han confirmado los religiosos afectados y autoridades de la Iglesia Católica; sin embargo, hasta la fecha no hay un documento que oficialice la decisión del papa Francisco. El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Miguel Cabrejos, recalcó que se está a la espera del decreto para confirmar el anuncio comentado durante los últimos días.
“En este contexto se nos ha pedido esperar las notificaciones escritas. Como Conferencia Episcopal oficialmente necesitamos tener el decreto escrito o los decretos escritos. Nosotros decimos las notificaciones escritas con todos sus alcances. Eso todavía no lo tenemos”, recalcó el representante de la Iglesia.
Cabrejos relató a La República que el enviado del papa, Jordi Bertomeu, participó de una asamblea plenaria para dar a conocer la decisión del sumo pontífice. El motivo de la disolución sería la falta de un carisma fundacional por parte de Luis Fernando Figari, representante de la organización disuelta y que ha sido denunciado por violencia física, psicológica y sexual.
Sin el decreto emitido por el papa Francisco tampoco se sabe cuál será el destino de las empresas, centros educativos y cementerios del Sodalicio. “En la notificación debe salir todo”, dijo monseñor Cabrejos, cuya única posibilidad hasta el momento es confirmar la decisión de la Santa Sede en torno al Sodalicio de Vida Cristiana.
Documentos no públicos
El representante de la Conferencia Episcopal indicó que la comisión Scicluna-Bertomeu es una consecuencia de una serie de informes presentados por su institución.”Vamos a pedir la autorización del santo padre para que sea público. Él es el único que puede autorizar que sea de conocimiento público”.
Los documentos serían una recopilación de cartas, documentos y manifestaciones reunidas desde 2015. Por su parte, Pedro Salinas, autor de “Mitad monjes, mitad soldados”, calificó de “asqueroso miserable” a Cabrejos. “Miente como un sodálite más. Quiere evitar que la gente lo vea como lo que realmente es: un indolente de mierda. Porque eso fue Cabrejos con las víctimas”, escribió a través de su cuenta de X.
Importante reacción
José Enrique Escardó, el primer denunciante de estos abusos, expresó que “25 años de lucha están dando algunos frutos” y agradeció a los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, autores del libro “Mitad monjes, mitad soldados” (2015), así como a los sobrevivientes que compartieron sus testimonios.
Escardó enfatizó la importancia de que los responsables enfrenten la justicia civil, señalando que la disolución del Sodalicio no es el fin de la lucha. Destacó la necesidad de un proceso de sanación integral para las víctimas, que aborde tanto sus necesidades económicas como emocionales. Además, hizo un llamado a proteger a las personas que aún forman parte de la organización durante su transición.
Reconoce abusos
El Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), recientemente disuelto por el Papa Francisco debido a múltiples denuncias de abusos y corrupción, ha reconocido haber atendido a 83 víctimas, incluyendo menores y adultos. La organización expresó su “dolor y vergüenza por los daños causados” y reiteró su “pedido de perdón” a las víctimas.
Según el informe presentado, las denuncias abarcan 15 casos de abuso sexual a menores de entre 11 y 17 años, 18 casos de abuso sexual a adultos y 50 casos de otros tipos de abusos, como físicos, psicológicos y de autoridad. La mayoría de estos abusos ocurrieron entre 1971 y 2009.
El Sodalicio afirma haber destinado un total de 5,348,000 dólares en reparaciones, de los cuales 336,000 dólares se utilizaron en terapias y 5,012,000 dólares en indemnizaciones, con una compensación promedio de 64,000 dólares por víctima. Sin embargo, la Asociación por la Verdad, Justicia y Reparaciones Dignas ha calificado estas cifras de “irrisorias”.