En el norte de Lima, específicamente en Huaura, un ataque a tiros puso nuevamente sobre la mesa la preocupación por el incremento de la violencia urbana en el país. Este hecho se registró el pasado jueves 16 de enero, frente al colegio Pedro Portillo Silva, donde un joven estuvo a punto de perder la vida tras ser atacado con ocho disparos por parte de un desconocido.
Las imágenes captadas por cámaras de seguridad muestran el momento exacto del ataque. En ellas, se observa cómo una motocicleta se detiene frente a la institución educativa y un sujeto armado comienza a disparar sin contemplaciones. La víctima, que se encontraba apoyada en una pared, logra reaccionar de inmediato, esquivando los disparos mientras corre en busca de refugio.
La respuesta policial y el contexto de la violencia
La Policía Nacional del Perú (PNP) llegó al lugar de los hechos para acordonar la zona y recoger los casquillos de bala. Según testigos, los agresores habrían escapado en la misma motocicleta en la que llegaron, lo que dificultó su captura inmediata. Fuentes cercanas al caso han señalado que el ataque podría estar relacionado con disputas vinculadas al tráfico de terrenos, una problemática que afecta severamente esta región y que, según expertos, ha recrudecido con la llegada de proyectos de gran envergadura, como el anunciado megapuerto.
“El tráfico de terrenos es un tema que sigue creciendo en esta zona del país. Las bandas no solo buscan apropiarse de predios, sino que cobran cupos y extorsionan a quienes intentan resistirse”, señaló una fuente policial consultada por ATV. Este panorama forma parte de una tendencia más amplia que incluye la proliferación de organizaciones criminales, cuya actividad se combina con delitos comunes, generando un ambiente de inseguridad generalizado.
El caso de Huaura no es un incidente aislado. En Huacho, un distrito cercano, se registró un ataque similar en el que una vivienda fue baleada en la madrugada por sujetos desconocidos. En esta ocasión, el dueño de la casa declaró que no tenía vínculos con obras ni negocios ilícitos, pero que aun así había recibido amenazas y demandas de dinero por parte de extorsionadores. “Quiero vivir en paz. Ya no trabajo, pero me exigen S/ 20,000. Solo quiero que esto termine”, manifestó el afectado.
La acumulación de estos casos ha llevado a las autoridades locales a considerar la declaración de emergencia en la zona, como medida para enfrentar el incremento de la criminalidad. Sin embargo, hasta el momento no se han anunciado acciones concretas desde las instituciones encargadas de garantizar la seguridad pública.
Falta de liderazgo y estrategias claras
Especialistas en seguridad coinciden en que la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente. La falta de patrullajes preventivos, un número limitado de efectivos y la inacción ante denuncias previas son algunos de los factores que permiten que estas situaciones se repitan con frecuencia. Además, la percepción de impunidad prevalece, ya que los delincuentes suelen escapar sin mayores consecuencias debido a la carencia de estrategias para su captura.
“El nuevo jefe policial no da declaraciones y pide autorización a Lima para responder preguntas. Esto refleja una ausencia de liderazgo y una desconexión con las necesidades de la región”, criticó un experto en temas de seguridad entrevistado por medios locales.
Números de emergencia a nivel nacional
- Central policial: 105
- Policía de carreteras: 110
- Bomberos: 116
- Sistema de Atención Médica Móvil de Urgencia (SAMU): 106
- Defensa Civil: 115
- Cruz Roja: (01) 266-0481
- Cabe mencionar que las personas que viven en las regiones Áncash, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Junín, La Libertad, Loreto, Madre de Dios, Amazonas, Piura, Tacna, Tumbes, Ucayali, Lambayeque, Pasco y Lima Región, pueden llamar a la línea 106.