La detonación de un artefacto explosivo frente a la sede del Ministerio Público en Trujillo ha alarmado a cientos de residentes del norte del país. El congresista de Renovación Popular, Diego Bazán, ha calificado lo ocurrido como un atentado terrorista. “¡Nos recuerda a Tarata!”, escribió a través de sus redes sociales.
El parlamentario recalcó que el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, debe viajar lo antes posible a la zona afectada hoy 20 de enero. De no presentar un plan de acción “promoveré su censura de inmediato”, indicó Bazán. Además, insistió a la Fiscalía a expulsar a los funcionarios que liberan a delincuentes.
¿Qué ocurrió en Trujillo?
Un artefacto explosivo detonó frente al Ministerio Público durante la madrugada del 20 de enero. La ola expansiva afectó la ventanas y el enrejado de la entidad, destruyó el frontis de un restaurante ubicado a pocos metros y quebró las lunas de las instalaciones de la Universidad Nacional de Trujillo. Además, se informó que algunos vehículos ubicados en los alrededores quedaron destruidos.
“Los vecinos resultaron afectados por el fuerte estruendo que sonó en la madrugada”, recalcó un periodista de América Televisión mientras daba cuenta de lo ocurrido en Trujillo. La sede del Ministerio Público afectado ha detenido su atención a la ciudadanía mientras las autoridades realizan las diligencias correspondientes. Las primeras informaciones señalan que un sujeto a bordo de una moto dejó la carga explosiva.
Ocho horas después de registrado el atentado, ni la presidencia de Perú ni el Ministerio del Interior se pronunciaron a través de sus redes sociales sobre lo ocurrido. Al cierre de esta nota no se ha podido confirmar la identidad de quien provocó la explosión en Trujillo, tampoco se sabe si la persona involucrada responde a una organización criminal o terrorista. Se espera que las autoridades emitan un pronunciamiento en las próximas horas.
El recuerdo de Tarata
El atentado de Tarata ocurrió el 16 de julio de 1992, en el distrito de Miraflores, Lima, y fue uno de los actos más trágicos y recordados del conflicto interno en el Perú. Perpetrado por Sendero Luminoso, el ataque consistió en la detonación de dos coches bomba que contenían aproximadamente 400 kilos de explosivos. Estas bombas fueron colocadas en la calle Tarata, una zona residencial y comercial de clase media-alta, causando una devastadora explosión.
El atentado dejó 25 muertos y más de 200 heridos, además de severos daños materiales: edificios destruidos, vehículos calcinados y calles en ruinas. Las víctimas no eran objetivos específicos; se trató de un acto indiscriminado que buscaba sembrar terror en la población urbana de Lima. El impacto psicológico fue inmenso, no solo por las pérdidas humanas, sino porque mostró cómo el conflicto, hasta entonces más focalizado en áreas rurales, había alcanzado al corazón de la capital peruana.
Este ataque ocurrió en un periodo de intensa violencia en el país, cuando Sendero Luminoso había iniciado una ofensiva urbana como parte de su lucha contra el Estado. La masacre provocó indignación nacional e internacional, consolidando el rechazo generalizado hacia el grupo terrorista.
Dos meses después, en septiembre de 1992, las fuerzas de seguridad lograron capturar a Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, debilitando significativamente a la organización.
El atentado de Tarata permanece como un símbolo del horror vivido durante el conflicto interno en Perú. Cada año, se conmemora a las víctimas, reflexionando sobre los costos humanos y materiales de un periodo oscuro en la historia reciente del país.