En la madrugada de hoy lunes, el Mercado 9 de Octubre, ubicado en el distrito de La Victoria, fue clausurado por la Municipalidad debido a múltiples irregularidades relacionadas con infraestructura, salubridad y seguridad. La acción, que incluyó un importante despliegue de personal municipal y efectivos policiales, derivó en el atrincheramiento de un grupo de comerciantes que se niegan a abandonar el recinto.
Según las autoridades municipales, el mercado no contaba con licencia de funcionamiento y presentaba serias deficiencias en sus instalaciones. Entre las principales irregularidades señaladas se mencionaron conexiones eléctricas informales, techos deteriorados y la presencia de balones de gas expuestos, lo que incrementa el riesgo de accidentes. Asimismo, se detectó la utilización de los espacios del mercado para actividades no permitidas, como imprentas y viviendas. Jorge Reátegui, gerente de Desarrollo Económico de La Victoria, declaró que la clausura busca “proteger la vida y la salud de las personas que trabajan y visitan el mercado”.
Sin embargo, los comerciantes afectados aseguran que no fueron notificados con anticipación. “A las dos de la madrugada nos entregaron un documento indicando la clausura temporal, pero no nos dieron oportunidad para dialogar ni preparar el retiro de nuestros productos”, expresó uno de los representantes improvisados del grupo, quien también negó las acusaciones de vender productos en mal estado.
Razones detrás de la clausura
De acuerdo con la Municipalidad, los problemas en el Mercado 9 de Octubre no son nuevos. Informes negativos sobre las condiciones del establecimiento datan desde 2015, pero las gestiones anteriores no tomaron acciones definitivas para corregirlas. El actual alcalde, Rubén Cano, a través de sus funcionarios, justificó la medida como necesaria ante el deterioro progresivo del lugar y la deuda acumulada por los comerciantes, que asciende a 800 mil soles por el arrendamiento de los puestos.
“Es una situación insostenible. Las condiciones del mercado representan un riesgo latente. No podemos esperar a que ocurra una tragedia para tomar decisiones”, afirmó Reátegui, quien también informó que la clausura es temporal y que se busca realizar mejoras antes de considerar la reapertura.
Por su parte, los comerciantes argumentan que han cumplido con los pagos hasta mediados de 2023 y que la falta de respuesta a sus proyectos de mejora ha obstaculizado la formalización de sus actividades. “Desde julio nos subieron el alquiler en un 800 %, lo que nos llevó a plantear reclamos, pero nunca obtuvimos respuesta”, declaró otro de los vendedores afectados.
Cerca de 40 comerciantes decidieron atrincherarse dentro del mercado, utilizando los techos como punto estratégico para evitar el desalojo. Alegan que el mercado es su único medio de subsistencia y rechazan cualquier propuesta de reubicación. Según uno de los vendedores, el Mercado 9 de Octubre fue asignado por el gobierno en 1970, tras un proceso de reubicación liderado por el entonces presidente Juan Velasco Alvarado, y desde entonces fue administrado de forma independiente por los comerciantes.
“Nosotros no aceptamos reubicación. Este mercado no pertenece a la Municipalidad; nos fue asignado hace décadas. Si quieren mejoras, deberían trabajar con nosotros, no venir de madrugada a cerrarnos las puertas sin previo aviso”, afirmó otro comerciante, mientras señalaba los bloques de concreto instalados en los accesos principales.
Tensión en aumento
En las primeras horas, tras la clausura, se observó un incremento en la presencia policial y municipal. Las autoridades soldaron las puertas del mercado, dejando a los comerciantes dentro. La situación generó preocupación entre los vecinos, quienes temen que una emergencia pueda desatar un conflicto mayor. Algunos vendedores han denunciado que las condiciones de seguridad en el cierre fueron precarias, ya que dentro del mercado hay adultos mayores y menores de edad.
La Municipalidad, por su parte, defiende la legalidad de su acción y asegura que ha ofrecido mesas de diálogo en repetidas ocasiones, aunque los comerciantes lo niegan. “No podemos ingresar a evaluar las condiciones del mercado si ellos no nos permiten el acceso. Esta clausura busca garantizar la seguridad de todos”, insistió Reátegui.
La situación en el Mercado 9 de Octubre refleja un conflicto más amplio entre las gestiones municipales y los pequeños comerciantes en Lima. Mientras las autoridades buscan garantizar condiciones de seguridad y formalidad, los vendedores temen perder sus medios de vida en procesos que consideran arbitrarios y desproporcionados. “No se trata solo de cerrar un mercado, sino de afectar a cientos de familias que dependen de este espacio”, expresó un dirigente improvisado desde el interior del recinto clausurado.