Un juicio en Cusco Perú, culminó con la sentencia de cadena perpetua para un docente identificado como Filiberto Canal Palomino, de 64 años, declarado culpable por la violación sexual de un menor de 8 años. Además de la pena máxima, el agresor deberá pagar una reparación civil de 10 mil soles, confirme el Ministerio Público de Cusco. El caso, que conmocionó a la comunidad local, sucedió en la provincia de La Convención, específicamente en el distrito de Santa Ana.
El Primer Juzgado Penal Colegiado Transitorio Especializado en Delitos Derivados de Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar del Cusco valoró de forma exhaustiva las investigaciones lideradas por el fiscal Saúl Avilés Gonzales perteneciente a la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de La Convención. Según detalló el juzgado, Filiberto Canal fue condenado como autor directo del delito “contra la libertad, en la modalidad de violación sexual de un menor de edad”, un crimen que lo mantendrá recluido de por vida. “El acusado cumplirá el resto de su vida tras las rejas por el delito cometido”, subrayó el Ministerio Público, según la agencia de noticias Andina.
De acuerdo con la información aportada, los hechos se remontan a finales de julio de 2019, cuando el docente, quien alquilaba una habitación contigua a la vivienda del menor y su madre, aprovechó la relación de confianza que mantenía con la familia. “El menor, mientras jugaba solo en el pasadizo compartido, fue llevado por el agresor a su cuarto con el pretexto de invitarle un vaso de chocolate”, explicó el Ministerio Público de Cusco. Pero el comportamiento del niño, en los días posteriores, generó sospechas que, más adelante, sería clave para descubrir el crimen.
Un factor crucial para esclarecer el caso fue la intervención de la profesora del menor. Luego de notar actitudes inusuales en el niño, logró que este relatara lo sucedido. “Fue gracias a la maestra que el hecho salió a la luz; ella contactó a la madre y se presentó posteriormente la denuncia ante la policía”, según informó el Ministerio Público. Tras el reporte inicial, el caso fue trasladado a un representante del Ministerio Público, quien inició las diligencias correspondientes para imputar al sospechoso.
El proceso judicial, liderado en Cusco con pruebas y testimonios contundentes, contó con la participación activa del fiscal Avilés Gonzales, quien fundó la acusación de manera detallada. “La minuciosa indagación permitió fundamentar una condena ejemplar que protege los derechos de los menores de edad”, añadió el Ministerio Público, subrayando el trabajo de los operadores de justicia involucrados.
En cuanto a la reconstrucción de los hechos, se supone que, tras consumir el vaso de chocolate ofrecido por el docente, el niño experimentó malestar físico como dolor de cabeza y mareos, quedando inconsciente por aproximadamente una hora. “El niño presentó síntomas preocupantes, incluyendo deposiciones con sangre y molestias en su zona anal, situación que alertó a quienes lo rodeaban”, indicaron las investigaciones compartidas por el Ministerio Público. Esto, sumado a los cambios en la conducta del menor, generó las primeras sospechas en el círculo cercano del pequeño.
El uso de engaños y el abuso de confianza por parte del agresor destacaron como agravantes en la sentencia dictada. Esta condena responde al esfuerzo por combatir los delitos contra niñas, niños y adolescentes en el país. “La cadena perpetua aplicada en este caso refleja una justicia que no tolera actos como este y busca actuar con severidad en beneficio de las víctimas”, según destacaron fuentes judiciales sobre el veredicto.
Otro caso similar reciente fue mencionado por la entidad judicial, buscando generar conciencia y reforzar el mensaje de cero tolerancia hacia este tipo de crímenes. La Corte de La Libertad, por ejemplo, ratificó hace poco una condena de cadena perpetua por el abuso sexual de otro menor, lo que evidencia un patrón de atención a estos delitos dentro del sistema judicial peruano.
El sistema judicial en Cusco también ha registrado la importancia de las líneas de denuncia inmediata para prevenir, detectar y actuar ante casos de abuso de menores. Este caso en particular, fortalecido por la denuncia oportuna de una figura educativa, destacó la importancia del rol de los docentes en la protección de sus estudiantes, una lección dura pero crucial para la sociedad peruana.